Escalofriante serie de muertes a puñaladas en el oeste neuquino

Ayer asesinaron a otro hombre; es la tercera víctima desde el domingo. El denominador común es la saña y sería por una guerra entre bandas.

NEUQUEN (AN)- Una escalofriante serie de asesinatos sacude al oeste neuquino. Los investigadores creen que se ha desatado una guerra entre bandas, que dirimen sus diferencias cuchillo en mano. Entre el domingo y ayer hubo dos hombres muertos y otro herido de gravedad en distintas peleas; entre las tres víctimas recibieron más de sesenta puñaladas.
Los investigadores buscan relaciones entre los tres crímenes, que a su vez estarían vinculados con el asesinato de un joven ocurrido en diciembre del año pasado. Hasta anoche había algunos demorados, todos menores de edad.
El homicidio más reciente fue descubierto ayer a la 1.30 en el lote 13 de la manzana "J" del barrio Belén. Allí la policía encontró en medio de un charco de sangre el cadáver de Nelson Gregorio Millalef Huaquifil, chileno de 35 años. El médico que lo revisó contó 15 puñaladas que le aplicaron el o los asesinos en distintas partes del cuerpo.
Millalef vivía en Villa Ceferino y se dedicaba a reparaciones de plomería y artefactos a gas. Al parecer el lunes estuvo trabajando hasta tarde en la instalación de un calefactor en una vivienda del barrio Belén, a menos de cien metros de donde luego aparecería su cadáver.
Fuentes de la investigación relataron a "Río Negro" que una vez culminado su trabajo, Millalef juntó sus herramientas y se estaba retirando cuando en la calle se cruzó con un grupo de jóvenes de ambos sexos.
Un testigo que presenció los hechos le dijo a la policía que existió una discusión verbal entre el trabajador y los jóvenes que fue subiendo de tono. Llegaron a los hechos, y Millalef le habría pegado una cachetada a una chica que integraba el grupo.
Al parecer eso motivó que los otros se le fueron encima armados con por lo menos un cuchillo, y lo apuñalaron con saña. Tres de las quince puñaladas que recibió el plomero le interesaron órganos vitales, le provocaron una fuerte hemorragia y murió casi de inmediato.
Anoche había tres menores de 17 años demorados por su presunta participación en el hecho.

31 puñaladas

Los investigadores tratan de descubrir si el crimen de Millalef tiene alguna vinculación con el asesinato de Rubén Fernández, acaso el más salvaje de los que ocurrieron últimamente en esta capital.
Como se informó en la edición del lunes, el cadáver de Fernández (23 años) apareció en su vivienda del lote 11 manzana 4 del barrio Toma Norte, que está cerca del barrio Belén.
Ayer se supo que había recibido 31 puñaladas, 23 de ellas en el corazón. Además, le abrieron la cabeza a la altura de la frente de un hachazo, y en la nuca tiene un hueco como si le hubiera pegado con un martillo bola.
Las puñaladas fueron aplicadas con dos cuchillos de diferente hoja, y las terribles heridas en el cráneo fueron provocadas con otra clase de armas. Esto habla de que los asesinos son al menos tres personas.
Según se cree, Fernández fue asesinado en otro lugar y los autores tiraron su cuerpo en el interior de la vivienda, donde la policía lo encontró el domingo al mediodía alertada por un llamado anónimo.
Los expertos piensan que el lugar del crimen fue otro, porque resulta llamativa la falta de sangre en el sitio donde apareció el cadáver. "Con tantas puñaladas tuvo que sangrar más", indicaron.
El sábado a la noche, Fernández estuvo reunido con una decena de personas compartiendo un asado. La última vez que lo vieron con vida fue a la 1 del domingo, un rato antes de que empezara el partido Argentina-Nigeria.
¿Quién pudo matarlo con tanta saña? "Muchos habrán pensado que tenían motivos", dijo una fuente vinculada a la investigación.
"Era un joven muy conflictivo, que había tenido serios problemas, e incluso estaba acusado de participar en el asesinato de Sergio Barros, ocurrido en el mismo barrio el 19 de diciembre del año pasado", agregó la fuente.
La madrugada que mataron a Fernández hubo otro hecho de extrema violencia muy cerca de Toma Norte: en el barrio Almafuerte 1 un joven de apellido Huentemán (o Huenumán) fue atacado y recibió 15 puñaladas en distintas partes del cuerpo.
De los tres casos ocurridos en el oeste neuquino, es el único que sobrevivió pero está grave y todavía no pudo declarar ante la justicia.
"El ataque a Huentemán y la muerte de Fernández están vinculados. Trabajamos sobre esa hipótesis", admitió uno de los investigadores. En cambio parece más difícil probar alguna conexión entre estos hechos y la muerte ayer de Millalef, aunque esa línea no se descarta.

Un ajuste de cuentas detrás del otro

NEUQUEN (AN)- En el fondo de la serie de crímenes que están ocurriendo en el oeste neuquino podría estar el asesinato de Sergio Nelson Barros, de 24 años, ocurrido el 19 de diciembre pasado en Toma Norte.
La madrugada de ese día, tres personas se enfrentaron contra otras dos al parecer por la posesión de un arma.
La pelea fue descomunal y se desarrolló en el interior de la vivienda de un vecino que nada tenía que ver con las bandas que estaban confrontando.
Barros recibió un cuchillazo en el costado del cuerpo que le provocó la muerte. Se sospechaba que uno de quienes lo atacaron fue Rubén Fernández, asesinado de 31 puñaladas el domingo a la madrugada en una vivienda muy cercana del mismo barrio. Incluso estaba procesado como autor de "homicidio en riña".
La persona que acompañaba a Barros la noche que lo mataron desapareció de los lugares que solía frecuentar, pero habría regresado hace pocos días. Algunos testigos juran haberlo visto después de mucho tiempo.
Desde que volvió, tres personas fueron atacadas a puñaladas. No hay testigos, nadie vio nada, nadie escuchó nada. El temor campea en las calles de esos barrios.
¿Tiene relación el regreso de esta persona con los crímenes que comenzaron a ocurrir el fin de semana en el oeste? Esa es la pregunta que se hacen los investigadores. Creen que si encuentran la respuesta tendrán resuelto parte del misterio.

Foto: En las calles de algunos barrios del oeste neuquino hay miedo. Los cuchillos corren veloces segando vidas.