Jueves 20 de junio de 2002

 

"La guerra y la poesía" en Neuquén

 

Interrogantes sobre el hombre y sus dudas ancestrales

 
NEUQUEN (AN).- El Teatro de Títeres La Huella de Roca, regresa a esta capital para presentar el espectáculo para público adulto, "La guerra y la poesía", nombre elegido para desarrollar diferentes historias con títeres, objetos y actores. Respondiendo a una invitación de la Escuela Provincial de Títeres, para su sala "Daniel Vitulich" ubicada en Anaya y Planas (ingreso por Anaya), estará para los neuquinos mañana, a las 21.
Fue considerada como "un desafío para los espectadores porque se trata de una puesta de riesgo, que alude a temas polémicos como la muerte, la religión, la intolerancia, la solidaridad". Este nuevo trabajo de La Huella es estrictamente para adultos.
Daniel Zapata y José Limonao son los actores-animadores. El diseño de luces estuvo a cargo de Eduardo Safigueroa y Laura Vinaya y César Nadín es el autor de la dramaturgia, la puesta en escena y la dirección general del espectáculo, mientras que la banda sonora estuvo a cargo de Marcelo Pellejero.
"Río Negro" entrevistó a César Nadín, para saber detalles respecto del material que volverán a presentar en Neuquén y las modificaciones con relación al estreno que llevaron a cabo el año pasado en Roca.
-¿Hay diferencia con el espectáculo del 2001?
-La obra se fue ajustando en cuanto a la animación y actuación, pero la estructura es la misma.
-¿Trae recuerdos de la tan afamada "La guerra y la paz"? ¿Tuvo algo que ver esa obra extraordinaria o sólo cierta evocación?
-No, no tiene nada que ver con esa obra maravillosa. Está ambientada en nuestro país, tomamos "La guerra y la poesía" que cada ser humano llevamos adentro, que nos hace ser como somos.
-¿La poesía va a la guerra? o ¿se puede cambiar en paz una realidad a través de la poesía?
-Creo fundamentalmente que se puede mejorar el ser humano en cualquier circunstancia y lugar. Todos tenemos esa oportunidad. La violencia, la injusticia, son siempre noticias en cualquier medio y lugar, pero la mayoría no queremos eso. La sensibilización que se logra a través del arte, nos hace comprender mejor al otro, al que vemos y consideramos "diferente", por cuestiones de piel, sexo, religión, nacionalidad. Y la poesía es la base de todo.
-¿Pensar esto, reflexionar puede parecer ingenuo, de gente bohemia? ¿o todo lo contrario?
-Cuando la gente ve este espectáculo, que es muy duro, con imágenes muy fuertes, muy críticas, le sucede que después de finalizado, se motiva para la lucha, para producir cambios. Pega fuerte pero pega bien.
-¿Cómo la han estructurado? ¿Qué obstáculos salvaron?
-La fui pensando bastante tiempo. Está armada por historias unitarias. Siete en total, donde nos metemos con temas como la religión, la fe, la solidaridad, los ídolos, los desaparecidos. El principal obstáculo fue vencer nuestros propios prejuicios, miedos y tabúes.
-¿Cuesta que el adulto acuda a ver títeres? ¿O se van dejando los prejuicios?
-Cuesta bastante, pero cuando acuden, como en esta obra, salen fascinados. Pasa mucho que en los espectáculos infantiles van muchos adultos, aproximadamente un cincuenta por ciento. Por suerte poco a poco se van sumando más espectadores, en nuestro caso nos gustaría que vinieran más adolescentes y jóvenes.
   
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