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Domingo 2 de junio de 2002 | |
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Gotas, el mantra de una realidad distinta |
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Bajo la consigna "Gotas", la fotógrafa Fernanda Hernández desarrolló una excelente muestra. Permanece abierta en el Museo Municipal de Bellas Artes Juan Sánchez de Roca. |
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Llueve en el sur del mundo. Las gotas reinterpretan paisajes desolados, gentes, casas, gestos, utensilios para la ropa, colores. Las gotas son el mantra que despierta una nueva realidad. Por un segundo atraviesa el espíritu de la naturaleza y revela en las pupilas de los afortunados intensidades pocas veces vistas.
El clic suspende aquel río de la existencia. Algunas veces la luz queda impregnada en material fílmico, en otras en la memoria de una cámara digital. Para cada ocasión Fernanda Hernández encuentra íntimos motivos. "Ahora estoy todo el tiempo con la digital encima, cuando veo algo interesante lo tomo", dice Fernanda a modo de anécdota sin importancia, aunque cuánto revela de ella misma esta actitud. Luego describe con mil palabras lo que sintetizan sus imágenes. "¿Ves esta línea que atraviesa el paisaje?", dice y hace una circunferencia con un dedo tratando de enseñarnos la delicada interrupción de un tono oscuro en una de sus fotografías. Son delgadas, gruesas, poderosas y frágiles gotas las que Hernández ha reunido en esta muestra. Nos enseña a mirar a través de ellas, desde ellas, hasta su destino, en el vértice de su génesis, donde nacen o mueren. Una fotografía con el título "Las gotas no se abrochan", muestra una gota a punto de caer desde un broche en una situación exquisita de contenido y contraste de colores que, sin pretenderlo la artista, recuerda las postales preferidas por Oliverio Toscani, el célebre fotógrafo de la compañía Benetton. En "Náufrago" la imagen habla de un protagonista ausente, como el Godot de Beckett y el cheque del coronel Aureliano Buendía. Se trata de una fotografía tomada durante las últimas inundaciones en la zona de Paso Córdoba. Esta obra recibió el Segundo Premio de Fotografía Color de la Primera Bienal de Artes Visuales Patagónicas. Sin el espectro de los hombres golpeados por el caudal del río, representados en su conjunto en un cajón de manzanas a medio hundirse, Hernández logra un efecto estremecedor con su toma. La desolación, la impotencia y el patetismo se escapan dentro del lente. Es Latinoamérica. Es la naturaleza y la civilización a los tropezones. "Un..." deja la puerta abierta. Un... tantas cosas como pueda construir la imaginación. En "Casa que no se ve", Hernández continúa en esta línea conceptual. La imagen dice pero propone mucho más desde la confusión, desde una dinámica superpoblada de sensaciones, tonos y rasgos físicos que le permiten al observador sacar sus propias conclusiones. Entregarse a un espejo interno que siempre tiene algo para decir. "Obstáculo" es una de las fotografías más logradas de una muestra de alto nivel y ante todo bien pensada. Otra escena que no es una obviedad. Un cerco de metal impide el paso de los aventureros pero al fondo un cielo gris, misterioso, se abre bajo el marco de los árboles. La imagen es perfecta. Invita al desafío. A los sueños que llevamos guardados en el bolsillo. Propone al alma a ser más alma y jugarse por lo que puede suceder más allá, donde el horizonte se vuelve una oportunidad. Los horizontes y sobre todo las texturas de lo que se desarrolla en un espacio impreciso, entre lo real y lo imaginario, son algunas de las obsesiones de Fernanda Hernández. Su trabajo incita a atravesar la barrera del plano estético para acercarse sutilmente al existencial. Sus fotografías son caminos abiertos. La muestra "Gotas" permanece abierta en el Museo Municipal de Bellas Artes Juan Sánchez de Roca, Villegas y Sarmiento. Claudio Andrade |
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