Domingo 26 de mayo de 2002

 

Colombia vota en medio de una ola de violencia

 

Unos 24 millones de colombianos podrán acudir hoy a las urnas para elegir al próximo presidente, que tendrá como principal misión intentar terminar con más de 40 años de guerra civil que ya ha dejado más de 10 mil muertos en los últimos años. Tangi guerrilleros como paramilitares intentan amedrentar a los votantes con atentados en varias ciudades.

  BOGOTA (Reuters) - Colombia elegirá hoy a su presidente, en medio de una escalada de ataques con bombas de la guerrilla izquierdista en diferentes regiones del país y el temor de los electores ante la posibilidad de nuevas acciones violentas.
El candidato Alvaro Uribe, un disidente del Partido Liberal con un discurso de línea dura contra la guerrilla, es el amplio favorito para ganar las elecciones en la primera vuelta y suceder al conservador Andrés Pastrana.
Aunque la violencia es rutinaria en esta nación andina de más de 40 millones de habitantes, azotada por una guerra interna de casi cuatro décadas, en los últimos días las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) instaron a la población a no votar e intensificaron sus hostilidades.
Unos 24 millones de colombianos están habilitados para sufragar entre 11 candidatos al nuevo presidente que gobernará desde el 7 de agosto de este año hasta el 2006 y que tendrá como principal desafío hacer frente al conflicto interno que dejó 40.000 muertos en la última década.
La policía informó que nuevas acciones de violencia dejaron al menos dos civiles y cinco civiles muertos, que se sumaron a los combates que el viernes dejaron 13 muertos entre militares, rebeldes y civiles, y a la escalada de ataques contra la red energética que mantiene sin electricidad a varios pueblos y ciudades del país. Los rebeldes dinamitaron un puente del selvático departamento del Putumayo, en el sur del país, estallaron un vehículo cargado con explosivos en las afueras de Ciénaga, en el caribeño departamento de Magdalena, y una bomba de bajo poder en la ciudad de Riohacha, en La Guajira.
También provocaron daños con explosivos en una oficina electoral en el pueblo de Cocorná, en el departamento de Antioquia y robaron material electoral en el suroccidental departamento del Cauca, donde combatieron con el ejército.
El ejército y la policía abortaron ataques con explosivos cerca de Cartagena y las ciudades de Pereira y Supia, en la región cafetera central del país.
El propio Pastrana admitió la posibilidad de que se presenten nuevos ataques, pese a que unos 212.000 efectivos de las fuerzas armadas mantienen un dispositivo de seguridad en todo el país en medio del Plan Democracia, para garantizar el normal desarrollo de las votaciones.
"Tenemos que estar preparados para actos terroristas", dijo el mandatario al pedir a los colombianos acudir masivamente a las urnas para derrotar con los votos a los violentos.
El temor es evidente entre los electores, incluso en grandes ciudades como Bogotá, la capital colombiana , que permanece militarizada. "Voy a votar a primera hora, pero tengo miedo de lo que pueda pasar, que la guerrilla explote un carro bomba o haga algo peor", dijo Johana Castro, una joven ejecutiva de 25 años.
La policía también reportó el secuestro y posterior asesinato de Arnulfo Silva, alcalde del pueblo de Montañita, en el sureño departamento del Caquetá, a manos de rebeldes de las FARC.

Serpa: con el lastre de ser oficialista

Aguerrido, polémico y liberal hasta los tuétanos, Horacio Serpa, de 59 años, disputará la presidencia de Colombia por segunda vez con un discurso punzante contra el derechista y candidato favorito, Alvaro Uribe, a quien señaló como "el candidato de los paramilitares".
A la usanza de antaño, con su puño en alto golpeando en el aire, Serpa afiló su discurso contra el derechista Uribe, a quien señaló como el candidato de los paramilitares y del presidente conservador Andrés Pastrana.
Tras haber labrado cuidadosamente una imagen de estadista, Serpa vio disminuir su popularidad hasta caer a un 26% en el último sondeo de intención de votos.
Su caída coincidió con la creciente impopularidad que fue tomando el proceso de paz entre el gobierno de Andrés Pastrana y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y a cuyo fracaso quedó asociado tras haberlo apoyado los tres años de negociación.
En su intento por contrarrestar el ascenso de su rival, el más duro crítico del diálogo de paz y de las FARC, Serpa se lanzó contra Uribe alertando que es partidario de la "guerra total", del neoliberalismo y del continuismo de Pastrana.

Un "duro" que es favorito

Disidente del Partido Liberal, Alvaro Uribe, de 49 años y favorito para suceder a Andrés Pastrana, basó su campaña en la necesidad de una mano dura para afrontar a las acciones de la guerrilla.
Las FARC lo consideran objetivo militar desde el año pasado, razón por la cual Uribe realizó su campaña bajo estrictas medidas de seguridad, que ya abortaron un ataque dinamitero.
La violencia política ya se había ensañado con la vida del candidato en1983, cuando su padre, el ganadero Alberto Uribe Sierra, fue asesinado por rebeldes que pretendían secuestrarlo. A partir de ese momento Uribe endureció su posición ante los insurgentes.
Como alcalde de Medellín, y gobernador de Antioquia Uribe defendió la aplicación de la fuerza para derrotar a los guerrilleros, los paramilitares de derecha y los narcotraficantes. La propuesta más controvertida de su campaña es sumar a un millón de colombianos en la cooperación con las Fuerzas Militares.
Tras unos anteojos delgados que le dan un aire intelectual, el abogado Uribe -a quien las encuestas dan un 51% de intención de voto- es definido como un hombre chapado a la antigua, que reza y recita poemas, abstemio y amante de los caballos. Se graduó en 1993 como especialista en administración en Harvard -donde también estudió "negociación de conflictos".

La guerra civil más antigua de Latinoamérica

Colombia es escenario de un sangriento conflicto armado, el más antiguo de Latinoamérica, en el que participan desde hace cuatro décadas las guerrillas izquierdistas y en los último 20 años los paramilitares de ultraderecha.
El origen del conflicto se remonta a 1948, año en que fue asesinado el dirigente liberal Jorge Eliécer Gaitán (atribuido a la CIA), en un hecho que recrudeció la violencia partidista que se registraba desde los años treinta en las zonas rurales del país.
En medio de la violencia entre liberales y conservadores -que se han alternado el poder en los últimos 150 años- nacieron las primeras células insurgentes que en 1964 dieron origen a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) y al Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista). Varios años más tarde, en la década de los ochenta, surgieron los grupos paramilitares, financiados por terratenientes y narcotraficantes para garantizar la seguridad de las propiedades de éstos y evitar los secuestros y las extorsiones
Con unos 17.000 combatientes distribuidos en 31 de los 32 departamentos del país, e ingresos anuales superiores a 400 millones de dólares, las FARC son en la actualidad el mayor ejército rebelde de América Latina.

foto: El intenso control de los militares no ha impedido nuevos ataques. La población vota en medio del miedo a la violencia de derecha o izquierda.

     
     
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