Sábado 25 de mayo de 2002

 

Intervienen mercado de combustibles

 

El gobierno intenta contrarrestar el desabastecimiento y bajar precios

  El gobierno declaró en emergencia el abastecimiento de hidrocarburos en todo el país hasta el 30 de setiembre próximo, por lo que facultó a la Secretaría de Energía para determinar los volúmenes de la producción de petróleo crudo y gas licuado que deberán ser destinados obligatoriamente al mercado doméstico.
La decisión, adoptada mediante un decreto, implica también incluir al petróleo crudo y al gas licuado de petróleo en la lista de hidrocarburos cuyos contratos de exportación están sujetos a un registro y análisis previo.
La medida se respalda en la Ley 25.561 de Emergencia Pública y de Reforma del Régimen Cambiario, y el texto señala que "en el marco de la crisis que vive el país resulta necesario asegurar el suministro de combustibles al mercado interno, teniendo en cuenta que se han verificado deficiencias en el abastecimiento de gasoil por parte de las firmas industrializadoras y comercializadoras" del rubro.
Añade que "junto con la crisis de abastecimiento se ha verificado un aumento generalizado de los precios de los combustibles, en particular el gasoil, lo que potencialmente afecta la viabilidad económica de un gran número de actividades".
Economía impulsó este decreto luego de varias semanas de gestiones con las principales empresas productoras de crudo y gas del país, por caso YPF, Pan American Energy, Astra, Pluspetrol, Pecom, Chevron San Jorge, y Total Austral, y también con las mas importantes refinadoras y comercializadoras, la propia YPF, Shell, Esso y Eg3, procurando un cierto equilibrio entre sus intereses comerciales y la necesidad de garantizar el normal abastecimiento de combustibles a nivel local.
De hecho, y a pesar del contexto favorable que se presentó desde la devaluación del peso, algunas de las empresas productoras declaran haber reducido el nivel de sus ventas al exterior que, por otra parte, constituyen desde mediados de la década del 90 una de las principales fuentes de ingresos de divisas al país, rondando los 4.000 millones de dólares anuales.
Además, estas exportaciones están gravadas con un derecho o retención de 20% para el caso del crudo y 5% para los derivados. Tanto las productoras como las comercializadoras han insistido en los últimos años en la necesidad de revisar la composición fiscal que pesa sobre los combustibles, habida cuenta de la distorsión que provocó en la industria refinadora local la cada vez mayor demanda de gasoil -con menos impuestos- y la menor demanda de naftas.
Esto último incluso en un contexto general de baja en el consumo registrado por efecto de la recesión económica y caída del poder adquisitivo de la población. (DYN y EFE)
     
     
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