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Domingo 26 de mayo de 2002 | |
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La peña: Caros, pero mejores |
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En realidad, pensaba hablar de todos, pero sobre todo de los no tan conocidos, de los que se vienen y de los que ya se perfilan como futuros exponentes del folclore argentino. Sin embargo, los lectores marcan tendencias y entre los que escribieron, la gran mayoría pidió hablar de Los Nocheros, ya consagrados. También están los que reclaman la presencia del folclore regional, a quienes desde ya les anticipó que habrá lugar para ellos, que son muchos y los hay muy buenos.
Qué decir de Los Nocheros que no se haya dicho. Por empezar, ya no son más Los, son Nocheros a secas, aunque para el grueso de sus seguidores esté instalado el primero de los nombres y así seguirá siendo. Indiscutible su éxito, indiscutible su calidad y su trabajo y menos aún su profesionalismo. Entre quienes escuchan folclore lograron generar una imagen uniforme, sólida, que creció lentamente aunque para muchos pareciera meteórico. Llevan 16 años trabajando juntos y han logrado instalar un nombre, un estilo, al fin y al cabo una trayectoria que en esta parte del camino está repleta de éxitos, aun en la mayor crisis que vive el país. Conjugaron el romanticismo y la sensualidad con las raíces mismas de la música folclórica y hallaron un público multiplicado por miles. Impusieron un estilo propio, tan propio que cuando comenzaron a ser conocidos en todo el país, a muchos no les gustó ni medio el modo en que interpretaban zambas o chacareras arraigadas en la gente con estilos enormemente distintos. Sin embargo, Nocheros hoy no es otra cosa que la suma de años de mamar el folclore de Los Fronterizos, Los Cantores del Alba, Daniel Toro y otros salteños por el estilo. Y tal vez por hacer su propio folclore, surgido de esa conjunción, es que les costó tanto, pero les valió abrir una etapa nueva en la música nacional que ellos mismos encabezaron, pero a la que se sumaron Soledad, Luciano Pereira, Tamara Castro y una tanda joven interminable. Insisto con un concepto ya tocado antes. Joven no es sinónimo de mejor, pero sí de renovación, sobre todo cuando en una época todos cantaban casi igual -por ejemplo- "Zamba de mi esperanza", o "Merceditas", o "Carpas de Salta". Nocheros es hoy sinónimo de éxito, comercial y artístico, es igual a asegurar una noche o dos o las que sean con estadios o teatros repletos. No es casual que sean los más caros, pero los más taquilleros. No sé si no les interesa o no lo intentaron, pero por ahora en esta larga y a la vez corta carrera, Nocheros no salió fuera del país, no se mostró en una América Latina que normalmente recibió muy bien a nuestro folclore, como el de Los Cantores del Alba en México, Soledad en Chile o Los Visconti en Venezuela. Tal vez ésa sea la otra etapa, la inexplorada, o tal vez ser lo que hoy son en el país alcance para sus pretensiones. Nocheros no es un éxito pasajero, no se termina ahora, augura más éxito a corto, mediano y largo plazo. Sólo hay que esperar que eso vaya sucediendo.
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