Domingo 21 de abril de 2002

 

Jones & Crockett antes del turismo de aventura

 

Por Francisco N. Juárez

  "Mi padre Jarred nació en 1863 en Bosque County, Texas, y a los 10 años ya era socio de aventuras de John Crockett", aseguró Matilde Jones de Barber, esa tarde en Melipal, a mediados de los años 70. Muy cerca de ella y de visita –vivía en la estancia paterna Tequel Malal-, su hermano Duke Jones se recostaba sobre el cuero trenzado que había sobado el viejo Jarred y tendió al armazón de sus codiciadas sillas de guindo.
Se trataba de rescatar el perfil del dúo Jones & Crockett llegados de Estados Unidos en busca de la prosperidad que lograron. Jarred, como estanciero y primer poblador blanco del Nahuel Huapi; Crockett llevando las riendas de negocios (como lo hace con las del carro de la foto. Buscador de oro, empresario de tropas de carros, granjero en Dolavon (estancia La Turbina, con energía eléctrica sacada al río Chubut) y contratista de ferrocarriles regionales.

El vaquero solitario

Jones fue un vaquero de estilo provinciano, duro e indómito como todo pionero. Por estar siempre armado y gobernar una extensión considerable y privilegiada, se acostumbró a las determinaciones contundentes que dio pié a cierto mito.
Distantes pobladores lo llamaron "Juan" Jones y también Juan Lago y el ralo imaginario popular le inventó un pasado fuera de la ley y hasta apropiaciones de tierras cordilleranas, a lo que no pocos problemas vecinales contribuyeron a fogonear esas fantasías nunca comprobadas. Max Rothkugel, el ingeniero forestal que estudió la región para el Ministerio de Agricultura como aporte a la Comisión Bailey Willis, incorporó a su informe comentarios sobre los incendios de los años 1912-1913. Además de denunciar que el incendio de "noviembre (del 12) cerca de la chacra del señor Eggers al noreste de la entrada del golfo de Puerto Blest", se originó en la casa de su yerno que hizo una roza intencional, explicó que las habladurías en Bariloche sobre las acusaciones mutuas por incendios destinados al arreo de orejanos cerca de Traful eran de otro carácter. Fuego y acusaciones se alternaban entre la sociedad propietaria "regenteada por el señor Rickert, uruguayo, y otra del señor Jones, norteamericano". Pero a Rothkugel le parecía existir un entendimiento mutuo para despejar espacios con ñire y otras especies, eludiendo condenas y beneficiándose mutuamente.
John Crockett, que era más mundano que Jones y nada corpulento al lado del altísimo vaquero amigo, no se afincó en la región del Nahuel Huapi. Cuando Jones fundó su estancia Tequel Malal cerca del lago en los albores de 1890, John tuvo un valioso aliado en la cordillera. Aunque ambos eran buenos cazadores, sabían que la prosperidad buscada en la lejana Patagonia no llegaría de la mano de oficio errante y a los tiros. Sus descendientes siempre sostuvieron que John descendía de Davy Crockett, el famoso cazador que llegó al Capitolio con chaqueta de cuero y flecos y cayó muerto durante la heroica defensa de El Alamo, en el atrio de la capilla (San Antonio, Texas) en 1836. Considerándolo su tatarabuelo –de lo que no hay pruebas- la hija de John Crockett visitó El Alamo y desde allí escribió sentirse "muy ancha" a su madre, la bellísima Elizabeth Walters. La historia oral dice que John conoció a Elizabeth en el hotel céntrico de la madre, cuando en Buenos Aires los norteamericanos e ingleses se juntaban a fines de siglo XIX en el bar Sportman.
Según los hermanos Jones, Crockett era hábil para cazar también con boleadoras y su mujer donde ponía el ojo ponía la bala. Su belleza conmovió a la región de Nahuel Huapi y cierta noche que debió quedar sola en la carpa, mantuvo a raya, rifle en mano, a un aborigen incontenible. Su hija Alice se casó con el capitán de fragata Eduardo Jofré, pero separada, formó otra pareja que perduró por años con quien la sobrevivió. Según ese segundo marido (en una entrevista de los años 80), no conoció a John pero sabe que como buscador de oro "explotó en Chile la mina Madre de Dios y su hija Alice, mi mujer durante 45 años, dijo haber tenido lingotes en sus manos". También sostuvo que Elizabeth Walters era inglesa nacida en Portmouth, "hija de un marino inglés y que separada de John se casó nuevamente en Chile".
"Ella fue compañera de aventuras de John, de gran puntería con el rifle pero inhábil con sus manos, según mi padre", contó Matilde Jones. "Cierta vez –continuó- después de mucho tiempo de cacería con su esposo y con Sheffield, ella quedó necesitada de ropa y papá le dio un poncho y tijera para que se cortarse un vestido, pero le quedó un retazo como para una corbata. "Mi padre cortó y cosió su vestido". Cocinaba bien (le gustaba el pollo frito) "y hasta hizo de partero en Laguna Blanca, hacia 1909. Estábamos en carpa y allí papá tenía un flamante fonógrafo".
Otro de sus hijos –Andrés Jones- contó que J & C fueron contratados como cazadores en el Chaco, pero como era para cazar indios, se volvieron y quedaron en las bonaerenses sierras de Curumalal –estancias de los Casey- a domar potros. Como arrieros llevaron hacienda a Cuyo y a San Luis. Llevaron sus primeros arreos patagónicos a los campos neuquinos de los Alsina y de Manuel Guevara. Solo después vino la contrata para la compañía inglesa de Leleque.
El robusto Jones tuvo sus inconvenientes de salud. En La Florida había contraído la malaria y en Pulmarí, hacia 1892, tuvo la brava quebradura de una pierna. Querían amputársela pero decidió sufrir mucho y salvarla. Armó una alargada jaula de alambre para protegerla montado y volvió a sus pagos, asoció a Enrique Niel en el 25 por ciento de alguna hacienda para dejarlo al frente de lo suyo –la sociedad duró 25 años- y atravesó penosamente la cordillera. Allá opinaron igual: volvió y viajó al porteño Hospital Británico. Salvó la pierna pero cojeó toda la vida, mantuvo su tarea vaquera y fue cazador de jabalí hasta los 80 años (murió en 1957, a los 93). Fue progresista, guía a todo explorador. Acogió a Ramón Lista (1894) y al Perito Moreno (1896) y le proveyó sin cargo caballadas para tareas limítrofes. Acompañó en los estudios lacustres a Titcomb para la adaptación de las truchas norteamericanas ("a papá le gustaba la pesca" aseguró Duke). Con Titcomb bajó el Limay que navegó varias veces, proveyó de carne en la hambruna de funcionarios del telégrafo de Nahuel Huapi; guió el transporte de embarcaciones desarmadas hacia el lago; apadrinó la primera publicación de la región; trajo los tres primeros automóviles que radicó en la zona, por lo que viajó a los Estados Unidos en 1913 y no estuvo cuando pasó Roosevelt por el lago. Allá visitó a familiares y de Buenos Aires se acompañó del mecánico Bill Smith para atenderle sus Ford. Sam Wagner asistió a Jones como domador, mecánico y alambrador (Jones decidió proteger sus posesiones con alambrado desde1908).
Para ser titular de su campo –primitivo asiento del cacique Inacayal- compró certificados de premio por la expedición al Río Negro y aunque las tierras que solicitó en adjudicación "no está comprendido entre los señalados por el Gobierno para la ubicación de certificados", el presidente Julio A. Roca firmó el decreto del 3 de agosto de 1900 sin pestañear basado en "informes del señor perito Dr. Francisco P. Moreno" de lo que "resulta plenamente comprobado su calidad de antiguo poblador de la región del lago Nahuel Huapi y su desinteresados y eficaces servicios a las subcomisiones demarcatorias argentinas". Jarred Augusto Jones murió a los 93 años en 1957 en su Tequel Malal. A su amigo John Crockett un cáncer de páncreas lo llevó a la tumba del cementerio disidente de Chacarita a los 80 años. Había nacido en el estado de Tennesee en 1858 y murió el 24 de febrero de 1938.


fnjuarez@interlink.com.ar

Sociales de esta semana

• En la medianoche del 24 al 25 de abril de 1906 murió de pulmonía a los 58 años y en las cercanías de Río Grande, Tierra del Fuego, Ralph Newbery, dentista, buscador de oro, padre del aviador y hermano de George, también dentista, poblador estanciero de las cercanías del Nahuel Huapí y las cordilleras donde ambos tuvieron concesiones para cateos auríferos.
• El 21 de abril de 1908 nacía en Leipzig, Alemania, Carlos F. E. Engelmann (Heini). Conoció Bariloche en 1938 y en el 40 levantó la primera casa –o casi- de la Villa Catedral (bombeaba el agua del arroyo en tres etapas y descongelaba la cañería a soplete). Fue socio Nº 3 del Club Argentino de Ski y construyó el primitivo ski-lift del cerro.
• Según La Prensa del lunes 23 de abril de 1917, unas 400 leguas cuadradas cercanas de Ñorquinco y Las Bayas fueron sepultadas por cenizas que provenían del volcán chileno Calbuco. En Bariloche se sintieron temblores.
• Un editorial de La Voz Andina del sábado 29 de 1944 abogaba combatir la desocupación y comprar productos de la incipiente industria barilochense.
• El 26 de abril de 1944 en la biblioteca Sarmiento el Dr. Rodolfo De los Santos evocó al Segundo Sombra. Hubo cena en El Palenque, de la esquina de Mitre y Quaglia -hoy El Viejo Munich- que inauguraba su servicio de comidas (teléfono 156). El bar Romántico de Peduzzi e hijos (calle San Martín), amenizaba su servicio de copas el conjunto Nahuel Huapí de Mario Guerrisi. Según La Voz Andina, escaseaba la nafta y los neumáticos pero los vecinos usaban las calles como autódromos. Se inundaban con lluvias y no sólo sobraba agua: también ebrios que marchaban en imaginario slalom.

   
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