Sábado 20 de abril de 2002

 

Surgen negocios poco claros en el juicio a Ferracioli

 

El ex ministro está acusado de administración fraudulenta. Es por una frustrada compra directa de vehículos para la policía. La operación, por más de 700 mil pesos, no llegó a concretarse.

  NEUQUEN (AN)- La administración de Felipe Sapag insistió con la compra de 30 camionetas marca TATA destinadas a la policía pese a que en dos licitaciones se las desaconsejó, porque había informes técnicos que las declararon poco aptas para ser utilizadas como patrulleros. A pesar de eso, los vehículos fueron adquiridos mediante contratación directa a un costo superior a los 700.000 pesos, aunque luego la operación se deshizo.
Las alternativas de este negocio frustrado comenzaron a ventilarse ayer durante la primera jornada del juicio oral contra Silvio Ferracioli, quien fue ministro de Economía en la anterior gestión de Felipe Sapag.
Junto con Ferracioli están imputados un suboficial a cargo de los talleres de la policía, Fernando Navarro, y un ex representante de la empresa que vendía las camionetas, Sebastián Alonso Ortiz. Los acusan de administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública, aunque el dinero para pagar las TATA nunca llegó a desembolsarse.
La primera audiencia sirvió, más que nada, para ventilar algunos mecanismos poco transparentes que rigen en el Estado a la hora de hacer las compras. Aunque en este caso no hubo pérdidas para el erario público ya que la operación no llegó a concretarse.
Según se supo en la audiencia, la primera licitación para adquirir vehículos destinados a la Policía se realizó en abril de 1997. Un mes antes aproximadamente aterrizaron en Neuquén dos camionetas TATA, una marca hasta entonces desconocida. Nadie explicó con claridad cómo llegaron a los galpones de la Gobernación, donde se invitó a diversas reparticiones para que las examinaran.
Uno de los vehículos fue a parar a la Jefatura. Allí se la examinó a fondo y se comprobó que no servía para ser utilizada como patrullero, entre otros motivos porque le faltaba reacción, su encendido era a inyección indirecta, y por defectos de terminación ingresaba agua en el interior. El examen de las camionetas y el informe desfavorable lo hizo el jefe de la división Tránsito, subcomisario Roberto Navarro, uno de los testigos que declaró ayer. Un mes después de esa prueba se produjo el llamado a licitación y la empresa Los Cóndores se presentó para ofrecer las TATA. "¿Eso no le llamó la atención? ¿Es común que una empresa ofrezca sus productos a prueba un mes antes o durante un proceso licitatorio?", preguntó el fiscal Ricardo Mendaña al testigo Luis Rodríguez, quien participó en la comisión de preadjudicación. "No lo sé", fue la respuesta.
La comisión de preadjudicación rechazó la oferta de Los Cóndores, y la licitación quedó desierta. Se hizo un segundo llamado, Los Cóndores insistió en ofrecer sus camionetas y la licitación volvió a fracasar.
Mientras tanto, la Jefatura de Policía insistía en que necesitaba renovar su parque automotor. De los 174 vehículos que tenía en ese momento, 102 estaban en mal estado. Entonces Economía, a cargo de Ferracioli, autorizó la compra directa de los patrulleros, y eligió a Los Cóndores y sus camionetas TATA. Ocurrió algo curioso: esta vez los vehículos recibieron un informe favorable, redactado por el suboficial Fernando Navarro, hermano de subcomisario Roberto Navarro.El informe tiene inexactitudes, por eso Fernando Navarro está acusado en esta causa.
   
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