Lunes 1 de abril de 2002

 

Una señora de novela

 

Lleva más de cuarenta años con el teatro y la televisión, y desde muchos personajes secundarios, como las mucamas de las telenovelas, siempre trascendió con gracia y talento. Se llama Mabel Pesén y en la reciente tira del verano "Maridos a domicilio", junto a Fabián Gianola y Juan Leyrado supo destacarse como una conflictiva madre. Aunque el programa está por dejar la pantalla, ella sigue adelante con proyectos culturales en su barrio.

 
Mabel Pesén es, como todas las actrices de carrera, una luchadora en un universo cada día más invadido por los improvisados.
También es una testigo de una época y motivo de comparación con la actualidad tan difícil también para la pantalla chica.
Pero no se amilana, desde su Barracas natal ya tiene una entidad cultural en marcha que promete revolucionar a esos vecindarios, "siempre busco trabajo y sé que lo voy a encontrar" señala con el optimismo de los que dejaron sus huellas en los teatros y los canales de televisión.
Siempre sabiendo que para un artista de su nivel, en el amplio espectro de la comedia, "no hay papeles chicos".
-¿Cómo empezó esta dilatada carrera?
- Por supuesto, fui egresada del Conservatorio Nacional con medallas y premios, y empecé profesionalmente en la televisión en marzo de 1962.
Pero ya había hecho teatro, debuté en "La zapatilla prodigiosa" en l958 y cuando salía al escenario sentí al "monstruo de las mil cabezas" como se llama al público.
En esa oportunidad dirigida por Juan Carlos Passaro trabajé con Fernando Vegal y Susana Mara, entre otros, también trabajé en teatro independiente en "Un tranvía llamado deseo" con Carlos Melo, y pasé al desaparecido teatro Odeón haciendo "El farsante más grande del mundo" con Mabel Manzotti, Susana Rinaldi, Elena Tasisto, Jorge Rivera López, Alfredo Alcón y María Rosa Gallo, mirá qué elenco.
-¿Siguió con el teatro y pasó a la televisión?
- Sí, pasé a la televisión donde hice unitarios y telenovelas, como "Señoritas alumnas" un unitario que salía todos los miércoles a las 20.30 en vivo.
Me acuerdo que una vez en esa tira Teresa Blasco tenía que hacer un general y un payaso, cuando hacía el general se ponía cejas grandes y cuando tocaba el turno al payaso se hacía unos lunares, pero se equivocó e hizo todo al revés y nos deliramos de risa, era una excelente comediante y muy buena compañera.
Era la época que estábamos con Marilina Ross, Catalina Esperoni y Evangelina Salazar.
Luego pasé al Canal 9 con la familia Mores, "Mujeres en presidio", "Su comedia favorita" y "La familia duerme en casa", que la hacía Abel Santa Cruz. Fue cuando conocí a Alejandro Doria, quien me llevó a trabajar con Alberto Migré, y te voy a decir una cosa, yo empecé a trabajar en "Pobre diabla" con Migré donde Soledad Silveyra y Arnaldo André eran los protagonistas, mi papel estaba pensado para durar tres días y terminé siendo la coprotagonista.
Luego hice "Dos a quererse", "Los que estamos solos", "Pablo en nuestra piel", "El hombre que amo" y sigue la lista.
-¿Cuáles son las diferencias de aquella televisión con respecto a la actual?
- La inmediatez, ahora se improvisa todo, todo es para ayer y apurado. Antes teníamos más tiempo para leer el libro y más ensayos antes de grabar, ahora no. Antes nosotros para hacer una obra teníamos que estudiar mucho.
Me acuerdo que Migré en un párrafo abría un paréntesis y te hacía decir: " No somos más que dos, Sancho, mi amigo, y somos bastante, escasean empresas de gigantes, pero estando contigo me siento muy feliz, y a veces desafiante".
Todo un parlamento literario, incluso recitábamos a Julia Prilusky Farni, la gran poeta que acaba de morir.
Eran cosas más elaboradas, ahora todo es más light. Aquello era cultura para el pueblo, que es para lo que sirve la televisión, para entretener, informar, para cultivar a los televidentes, ahora los atonta.
Aunque los reality shows, gracias a Dios no ha prosperado. Porque el público no es tan tonto. A la gente le gusta que no le falten el respeto, el público también nos ama, sabe muy bien quién es el actor que hace las cosas con respeto y dedicación, y se da cuenta del oportunista, por lo menos los que tienen formación y son mayores, no tanto los jóvenes.
Un muchacho de la producción me dijo: ustedes los actores mayores tienen otra disciplina, tienen respeto, son más agradecidos y valoran el trabajo.
-¿Se refería a los actores mayores, pero cuando ustedes comenzaron, tenían las mismas cualidades?
- Yo empecé con gente como María Herminia Avellaneda y nos enseñaban a respetar y escuchar al actor mayor, hoy eso no sucede, salvo casos excepcionales hoy no se lo considera, los jóvenes te discuten como si fueran dueños de la verdad, hay un estado de falta de educación y cultura.
Porque una persona culta generalmente siempre es educada, falta eso, por problemas económicos y de improvisación, tal vez por falta de humildad y poco acceso a libros y lo serio de la cultura.
La inmediatez y el apuro no ayudan, tampoco la forma de pago al actor, justamente se levantó "Maridos a domicilio" por atrasos en ese sentido y estamos ante la incertidumbre.
-¿Cómo fue la experiencia con "Maridos a domicilio", revivió el clima de antaño?
- Fue linda, aunque no revivió aquellos tiempos el equipo fue muy bueno.
Hace poco me descompuse y me tuvieron que llevar al hospital para hacerme un electro, ese día había una reunión muy importante respecto del futuro del programa y nadie me dijo nada, todo el elenco me acompañó y me mimó, sin preocuparme por la situación.
Me enteré al otro día.
Me sentí protegida por ellos, soy feliz y rica en ese sentido, tengo la suerte de trabajar en lo que me gusta y con la gente que quiero.

Julio Pagani

Los artistas nunca descansan

Que los artistas nunca descansan parece ser la idea de Mabel Pesén, quien agrega "casi siempre estamos en la calle esperando por un trabajo". También desliza un pensamiento bastante realista, "las empresas extranjeras vienen a comprar, pero para ganar, si no levantan los programas y ponen cualquier cosa , entonces ahora estamos luchando para no perder un espacio de 60 minutos, porque luego viene un programa de preguntas y respuestas que resulta una estupidez, y pobrecitos todos nosotros".
Lo dice con su aire de pizpireta eterna en un rostro con una tersura que desmiente la edad, donde los bellos ojos azules y el pelo colorado son parte de las armas de una cómica de raza.
"Me gusta la comedia porque es más ágil, no te duele el corazón, si vos tenés que llorar hay un grado de esfuerzo interior, al menos yo no puedo hacer nada superficial, sé trabajar con las vísceras y una parte dramática compromete todo tu organismo".
No descansa, mientras espera ver qué pasará con el ofrecimiento de hacer "Las de enfrente" se dedica a su otra labor como presidenta de ABC, Asociación Barracas Cultural, una entidad que formalizó el pasado año junto a nativos del barrio de Barracas, como Martha Frigerio, Roberto Martínez, Elba Orellanos y otros notables abocados a generar eventos culturales. Ya empezaron con una muestra en el Club Boca Júniors con 30 pintores de la zona, encuentros deliberativos y búsqueda de sede y teatro.
"Esto recién empieza" dice con energía Mabel Pesén, que viene de trabajar también con Bebán, Leonor Benedetto, Elena Lucena, Juan Carlos Thorry, María Rosa Gallo, que la emociona mientras que la actriz se muere de risa con ella, Graciela Borges y Carlos Monzón entre muchos otros en todos estos largos años de carrera.
Confiesa amar a los grandes como Solita Silveyra o China Zorrilla, pero también Anna Magnani, Julieta Massina, Marlon Brando, Robert De Niro, Al Pacino, Vitorio Gassman y el gran Anthony Hopkins,
A Mabel Pesén también le importa esta realidad de la crisis, "porque también el arte tiene que ver con la política, por eso me importa todo lo que pasa", dice. (J.P.).

   
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