También en el Club del Trueque hay abusos

En el polideportivo se juntaron 2.000 personas. Hubo discusiones y quejas por "negocios".

CIPOLLETTI (AC).- Claudet comenzó a participar del Club del Trueque en Cipolletti pensando en ayudar y en ayudarse. Establecía los valores de los productos que canjeaba pensando en eso, pero se encontró con una realidad que la indignó.
"Hace un tiempo vendí una mochilita de mi nena a 15 créditos y después, cuando fui a Neuquén, esa persona la estaba vendiendo a 40 créditos", contó.
El espíritu del trueque se desvirtuó. Algunos de los que concurren a los puestos en Cipolletti buscan más "hacer una diferencia" que "parar la olla".
Así y todo, es increíble la cantidad de gente que se reúne cada semana. El jueves, más de 2 mil personas se concentraron en el polideportivo municipal para realizar canjes. Herramientas, verduras, ropa... Hay de todo. Como también, abusos.
Cuando "Río Negro" concurrió al polideportivo municipal -el intendente autorizó ese espacio para el desarrollo de la actividad- nadie sabía decir quién estaba detrás de la organización. Abel Navarrete, del área de Juntas Vecinales del municipio, lo presentó. "Hace tres semanas que se han implementado los créditos nacionales en la red global del trueque. Tiene su aceptación. De a poquito tenemos que implementar algo que es fuerte y de nosotros porque esto es un futuro bueno", dijo Ariel Puccio, quien dijo estar en la organización.
"Acá no sé si falta organización o la gente no se concientiza lo que es el club del trueque", explicaba Puccio. Decía que hay que jerarquizar el valor de los créditos porque mucha gente se abusa. Y criticaba también los créditos norpatagónicos, resaltando los nacionales.
Mientras, algunos se arrimaron a escuchar: -¿Y esa plata que hicieron adónde va? El dice que es coordinador acá; lo tiene que elegir la gente. El martes se va a elegir, no a dedo como se eligió él acá. Está vendiendo créditos y no sabemos adónde va la plata, dice que va a Buenos Aires pero ¿cómo sabemos? -interrumpió Jorge Castillo, uno de los puesteros.
-No confundas política con el trueque, hermano. -le contestó Puccio.
-No ando en política, lo único que quiero...
-La red global del trueque exige a todo socio... - le intentó decir el organizador.
-A nosotros no nos importa Buenos Aires, nosotros estamos cagados de hambre acá en Cipolletti. ¿Qué me importa Buenos Aires a mí?
-Está bien, formá tu grupo.
-¿Cuánta plata han hecho? -insistía el puestero-. El viernes compraste cosas acá en Cipolletti a 3 créditos y las estás vendiendo en Neuquén a 7.
-¿Sabés qué vendo yo?, pan rallado y ropa. No embarrés la cancha -le contestó Puccio.
La discusión se hizo cada vez más tensa. Y desnudó realidades muy ajenas a las iniciales intenciones del trueque. "Yo tuve que entregar un cajón de tomate para llevarme un kilo de azúcar", reveló Vicente Díaz.
Las quejas principales que se escuchan no mencionan la falta de control bromatológico e higiene, sino los precios.

Nadie sabe cuánto vale un crédito

Nadie supo precisar cuánto vale un crédito en Cipolletti. Ariel Puccio, el representante de la red, dijo que en muchas partes del país está estipulado entre 75 centavos y 1 peso. A él le parece conveniente establecerlo a 50 centavos. Pero en los puestos se ve de todo.
"Acá se ha desvalorizado. Piden 20 créditos un litro de aceite y en otros lugares está en 3 créditos o 2,5. Un kilo de azúcar piden 10 créditos cuando en otro lado está a 2", reconoció Puccio a quien le reprocharon autoproclamarse "coordinador".
-¿Quién establece los valores?
-Se pregunta uno con otro. Por ahí dicen `me parece caro`, pero se dicen `vendelo porque todos lo venden así`. Por ahí me da vergüenza de representar una red global nacional porque viene uno de afuera y seguro que dirá "eh, loco pará los precios".
-¿Se ha ido de las manos el trueque en Cipolletti?
-No es que se haya ido de las manos. Falta un poco organizar, pulir. Se están manejando otros créditos de la región que no tienen sentido.
-¿Quiere decir que sale más caro adquirir un producto acá que en un supermercado?
-Exactamente.

Foto: Comestibles, pero también ropa, herramientas y útiles entraron en un febril intercambio.