Martes 12 de marzo de 2002

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Bush adelantó los próximos pasos de la guerra

 

Irak, Yemen, Georgia y Filipinas serán los escenarios de la confrontación con las fuerzas del terrorismo, dijo ayer el presidente de EE. UU. al conmemorar los seis meses de los atentados terroristas en su país. Bush hizo especial hincapié en desarticular a aquellos grupos o países que pudieran desarrollar o acceder a armas de destrucción masiva, químicas o biológicas.

  WASHINGTON (Reuters/ EFE ) - Seis meses después de los ataques que sacudieron el mundo, el presidente George W. Bush dijo ayer que la guerra contra el terrorismo entró en una nueva fase, con operaciones contra militantes vinculados a la red Al Qaeda en lugares como Yemen, Georgia y Filipinas. Al mismo tiempo, el vicepresidente Dick Cheney comenzaba una gira por Medio Oriente para buscar apoyos a un eventual ataque a Irak.
El mandatario dijo que el próximo paso de la lucha contra el terrorismo será evitar que bandas armadas o regímenes que los apoyan tengan a su alcance armas de destrucción masiva.
"Se debe hacer que cada terrorista viva como un fugitivo internacional, sin lugar donde establecerse u organizarse, sin lugar donde esconderse ni gobiernos detrás de los cuales ocultarse, y ni siquiera un lugar seguro donde dormir", dijo Bush.
"Nunca se puede permitir que los hombres sin respeto por la vida puedan controlar los instrumentos supremos de la muerte", agregó.
El mandatario habló en el Jardín Sur de la Casa Blanca para conmemorar los seis meses de los ataques del 11 de septiembre. Al acto asistieron unas 1.300 personas, entre ellas miembros del Congreso, más de 100 embajadores, unos 300 familiares de las víctimas y socorristas que respondieron a los desastres.
Más de 170 banderas ondearon en una simbólica muestra de solidaridad con Estados Unidos.
En una escalofriante coincidencia, aviones que despegaban del Aeropuerto Nacional de Washington, ubicado a poca distancia, sobrevolaron la Casa Blanca, mientras agentes de seguridad en el techo examinaban el cielo con binoculares.
Con la guerra de Afganistán bajo control, Bush dijo que Estados Unidos está suministrando entrenamiento y equipos militares a los gobiernos de Filipinas, Georgia y Yemen, que representan la siguiente fase de la guerra contra el terrorismo.
Bush ha sido criticado por el líder de la mayoría del Senado, Tom Daschle, por no explicar bien el rumbo estratégico que tomará Estados Unidos después de la guerra en Afganistán.
Bush dijo que en Filipinas "terroristas vinculados a Al Qaeda están tratando de apoderarse de la parte sur del país para establecer un régimen militante". Estados Unidos ha enviado más de 500 soldados para entrenar a las fuerzas filipinas.
En Georgia, dijo Bush, "terroristas que trabajan de cerca con Al Qaeda operan en el desfiladero de Pankisi, cerca de la frontera rusa", y Washington está planeando enviar hasta 150 entrenadores militares a fin de preparar a los soldados georgianos para restablecer el control.
"En Yemen, estamos trabajando para evitar la posibilidad de otra Afganistán. Muchos reclutas de Al Qaeda provienen de cerca de la frontera entre Yemen y Arabia Saudita, y Al Qaeda podría tratar de reconstituirse en los rincones remotos de esa región", dijo Bush.
El discurso fue uno de cuatro actos programados para conmemorar los seis meses de los ataques del 11 de septiembre, cuando dos aviones secuestrados demolieron las torres gemelas del World Trade Center en Nueva York, otro fue estrellado contra el Pentágono en Washington y una cuarta aeronave cayó en Pennsylvania.
Los otros actos se llevaron a cabo en Nueva York, el Pentágono y en Londres.

Cheney, Irak y la bomba

El vicepresidente estadounidense, Richard Cheney, calificó de "exageradas" las informaciones acerca de que Estados Unidos podría usar en el futuro su arsenal nuclear.
Cheney comenzó una gira por Oriente Medio, con el fin de recabar apoyo a un eventual ataque a Irak.
Tras dialogar con el primer ministro británico, Tony Blair, en Londres, Cheney aseguró que el documento secreto no es más que un "repaso regular de nuestras capacidades" nucleares. En la prensa estadounidense se aseguró que en el informe se mencionan siete países como posibles blancos de ataques nucleares, planes que generaron rechazo en todo el mundo. Sin embargo, el vicepresidente norteamericano confirmó que en el documento se citaba a Irak, Corea del Norte, Irán, Libia y Siria como países peligrosos.

Un argentino entre los creadores del monumento

Las potentes luces que a partir de ayer iluminan el cielo de Nueva York, en recuerdo a las víctimas de los ataques contra las Torres Gemelas, fueron concebidas en principio como un homenaje a la vida, según explicó Gustavo Bonevardi, uno de los creadores del monumento.
Este arquitecto argentino es uno de los integrantes del grupo de seis artistas y arquitectos que concibió y diseñó el monumento luminoso, a los pocos días de ocurrir la tragedia y que fue iluminado anoche hasta el 13 de abril próximo.
"La idea nació como una forma de inspirar a la ciudad. Cuando creamos la idea, no teníamos en mente un tributo a la muerte porque, en ese entonces, teníamos la esperanza de que cientos de personas fueran rescatadas con vida", señaló Bonevardi a la cadena hispana Univisión.
Pero con el paso de los días, el proyecto finalmente se convirtió en un tributo a quienes perdieron la vida bajo las toneladas de escombros a las que quedaron reducidas las Torres Gemelas, estimadas en 2.830 personas. Dos potentes haces de luz, que serán visibles desde más de 30 kilómetros de distancia, fueron encendidos por la niña Valerie Webb, quien perdió a su padre Nathaniel, un policía, en los atentados.
Las dos torres de luz, que emularán a las Torres Gemelas, constan de 88 focos de gas xenón, distribuidos en dos grupos y asentados sobre un espacio próximo a la "zona cero". El arquitecto argentino explicó que el proyecto es un homenaje a las víctimas "pero también un símbolo de esperanza para la ciudad de Nueva York", que intenta recuperarse en medio del dolor y de la crisis económica . (EFE)

Emotivos homenajes a las víctimas y héroes

Seis meses después, Estados Unidos conmemoró ayer con emoción los atentados del 11 de setiembre, que cambiaron el curso de su historia, reafirmando su determinación de no inclinarse ante el terrorismo. En una mañana tan soleada como la de hace seis meses, los estadounidenses recordaron la terrible imagen que los agobia desde entonces: dos Boeings 767 clavándose contra las torres del World Trade Center. Poco después, un tercer aparato se estrellaba contra el Pentágono, en Washington, y un cuarto cayó en una zona rural de Pensilvania (este)
En Nueva York, el alcalde, Michael Bloomberg, llamó a sus administrados a "mirarse el corazón" durante unos momentos de silencio y recogimiento, que coincidieron con los minutos de la catástrofe.
"El 11 de setiembre cambió a Estados Unidos para siempre. Perdimos, pero también ganamos", declaró Bloomberg. Con su predecesor, Rudolph Giuliani, y el gobernador del Estado de Nueva York, George Pataki, inauguró cerca de la "Zona Cero" -la herida abierta que sustituyó a las torres- un memorial provisorio en homenaje a las 2.830 víctimas. Las campanas de los cuarteles de bomberos de toda la ciudad sonaron en seguida, marcando los cinco golpes que tradicionalmente señalan la muerte de un bombero.Caída de la noche, dos gigantescas columnas de luces abrazaron el cielo de Manhattan, resucitando durante 32 días, gracias a 88 superpotentes proyectores, el fantasma de las torres gemelas.
En el Pentágono, donde 189 personas perdieron la vida, una delegación de alcaldes estadounidenses depositó una ofrenda. El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, recibió a representantes militares de 30 países de la coalición antiterrorista. (AFP)

     
     
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