Comenzaron a rastrear las llamadas telefónicas

Los peritos de la investigación trabajan con un sistema muy similar al Excalibur, utilizado en el caso Cabezas. Investigan las comunicaciones entre las familias Rinaldi y Riquelme. Además del contenido de las conversaciones, las pericias apuntan al destino y la duración de los contactos mantenidos. Una fuente judicial dijo que se confía en que el resultado de los exámenes periciales permitirá determinar con precisión la causa del deceso de la joven.

NEUQUEN (AN).- Los investigadores pusieron bajo la lupa las llamadas telefónicas de las familias Rinaldi y Riquelme en busca de algún nuevo elemento que ayude a despejar el camino de un caso que hasta ahora permanece empantanado.
Según una alta fuente relacionada con la investigación los peritos trabajan con un sistema sofisticado -similar al Excálibur, usado en el Caso Cabezas- para reconstruir el historial de los contactos telefónicos de las semanas previas al crimen de María Alejandra Zarza, la joven embarazada, cuyo cuerpo sin vida fue hallado el martes 26 de febrero pasado en una laguna situada en la periferia de esta ciudad.
Las pericias apuntan a determinar destinos y duración de los llamados e incluso se puede avanzar sobre aspectos relacionados con el contenido de las conversaciones.
Mientras, los investigadores aguardan el resultado de las pericias que se efectuaron en Capital Federal y Neuquén capital respectivamente. Confían en que los análisis de ADN y patológicos contribuirán en gran medida a encaminar la investigación que hasta el momento está desbordada por las dudas. Sobre todo, creen que esclarecerá la causa de la muerte de María Alejandra.
Una alta fuente judicial vinculada a la causa indicó que "llama la atención la demora de las pericias", aunque observó que los especialistas con seguridad se tomarán el tiempo suficiente para no dejar margen de error.
María Alejandra salió de su domicilio la noche del martes 19 de febrero cuando la pasó a buscar su ex novio -y supuesto padre del bebé que llevaba desde hacía casi ocho meses en su vientre- Nicolás Rinaldi, que fue la última persona que vio a la joven de 25 años.
Sin embargo, el cuerpo de María Alejandra apareció siete días después en una laguna, ubicada en una zona de canteras sobre el barrio Valentina Sur, situado en las afueras de esta capital.
Desde ese momento el trabajo de los investigadores ha chocado con una serie de contratiempos y sorpresas. En primer lugar no encontraron el feto en el vientre de la joven y tampoco habían rastros del útero.
Además cuando los investigadores ordenaron vaciar el espejo de agua donde fue descubierto el cadáver en busca de algún rastro no pudieron concretar el objetivo por las características topográficas del lugar.
Por eso, entre los investigadores está instalada la idea de que los autores serían profesionales, aunque también se especula con la participación de autores intelectuales.
Por su parte, el juez Alfredo Velasco Copello, quien intervino desde el principio en la causa, optó por tomarse vacaciones respaldado en el beneficio de la compensación de ferias que contempla el Poder Judicial. Antes de marcharse el juez había rechazado la detención de Nicolás Rinaldi que había pedido del fiscal Mario Rodríguez Gómez
Así, la investigación cayó en las manos del juez Daniel Geloni que ordenó el allanamiento de la vivienda de la familia Rinaldi en busca de algún elemento que aclare la investigación. Por ejemplo, medicamentos que se utilizan para provocar abortos.
Por el momento los investigadores continúan trabajando con un hermetismo casi impermeable, mientras la familia Rinaldi aún mantiene la esperanza de que el bebé que llevó durante casi ocho meses María Alejandra esté vivo.

Foto: Sólo el resultado de las pericias, que aún se demora, podrá establecer la causa de la muerte de la joven.