El gobierno podría ordenar que se pare el torneo

Hoy se realizará una reunión en el Ministerio del Interior. Existe mucha sensibilidad tras los incidentes del domingo.

El vice de Chacarita cree que la situación es de alto riesgo

BUENOS AIRES (DyN) - El vicepresidente de Chacarita, Armando Capriotti, adelantó su opinión de que "si esto sigue así", en referencia a los últimos sucesos de violencia, habría que suspender la actividad futbolística, porque "son hechos muy penosos y muy graves que no se pueden de ninguna aceptar".
Sobre los incidentes protagonizados por la parcialidad de su club con la policía en el estadio de San Lorenzo, aceptó el dirigente que "nosotros reconocemos que se originó una pelea entre varios hinchas, que fue el origen del incidente que luego se calmó".
"Por las versiones que tenemos, a la parcialidad de Chacarita -relató- no se le permitió ingresar con unas banderas con unos palitos de plástico. Es una especie de mástil muy finito para las banderas. La tribuna de Boca las tenía toda entera. Es decir, a Chacarita no, a Boca sí".
Según Capriotti, "eso originó la reacción de la parcialidad de Chacarita. Incluso había en la hinchada de Boca bombos, lo que a la parcialidad de Chacarita no se le permitía ingresar. Pero luego si se permitió el ingreso".
Respecto de la responsabilidad de los dirigente, aceptó el vicepresidente, en declaraciones a radio Continental, que es "mucha, nosotros somos muy cuidadosos de estos temas, pero tampoco usted puede prevenir un hecho de esta naturaleza".
"La responsabilidad nuestra está también en prevenir -continuó-, pero ésto es un hecho imprevisible. Pero ya lo vamos a solucionar de aquí en adelante".
Interrogado sobre si el tema no es más complejo, Capriotti comentó que "yo estaba recién leyendo los diarios. Hubo incidentes en muchos lados. Es evidente que no es ajena la situación social que vive la república y yo creo que la gente va a la cancha y descarga toda esa tensión, esa frustración. Acá por un palito y una bandera son capaces de hacer una guerra mundial, lo cual es muy triste".
"En la semana el presidente (de Chacarita, Luis Barrionuevo) va a tomar las decisiones necesarias para que aquellos que pueden haber sido responsables de estos hechos no entren más a la tribuna", adelantó finalmente Capriotti.

Tratar el tema con mayor responsabilidad

No hay que sacar más de su estadio a Chacarita. Nada justifica que se le niegue la localía. Por el contrario, cuando Chacarita juega en su cancha casi no hay problemas. Chacarita era un escenario muy complicado, es cierto. Pero su titular y ahora senador Luis Barrionuevo un día visitó a los violentos personalmente y les dijo que los conocía, que sabía dónde vivían y que no aparecieran más por la cancha de San Martín. No volvieron a aparecer. Esto lo dijo públicamente el vicepresidente de Chacarita Armando Capriotti.
Barrionuevo no es obviamente ningún ejemplo a seguir. Tiene fama de patotero y múltiples sospechas de procederes irregulares en su vida de gremialista, político y dirigente deportivo. Pero en la problemática barrabrava al menos encontró una alternativa que por ahora funciona.
Otros que se creen las personas más honestas, ingeniosas y sensatas del mundo, pontifican todo el tiempo sobre este asunto y no han solucionado nada. Pura retórica barata y ninguna idea interesante para terminar con el flagelo.
Una de las causas principales del "estallido" en el Nuevo Gasómetro fue justamente la ira desatada por hinchas de Chacarita a raíz de haber sido una vez más desalojados de su propio estadio. Se insiste: no hay que sacar a Chacarita de su estadio. Está comprobado que genera más violencia y rencor.
En cuanto a la policía, habrá que educarla antes de asignarla a operativos que en su gran mayoría arrojan resultados opuestos a los deseados. Falta el factor fundamental, el de la prevención, lo cual lleva a que siempre sobre el de la brutal represión. Como ocurrió en la cancha de San Lorenzo, donde unos veinte policías apalearon y patearon en el piso a un muchacho totalmente indefenso. Inocente o no, pero sí indefenso. Esto es un acto de barbarie como el que suelen perpetrar las barras bravas. El mensaje es patético: en ese punto no hay ninguna diferencia entre barra y policía. Son la misma cobarde basura.
Desde luego que esto les cabe también y en misma medida a políticos y dirigentes de fútbol que probadamente utilizan a los violentos y a la violencia como gran ocasión de mostrarse en los medios, sobre todo en el televisivo. Por lo general lo hacen minutos después de renovadas tragedias, se suben a los taburetes, prometen que será la última vez y luego computan con particular atención los réditos personales que les ha dejado su voracidad mediática.
Esta gente sabe muy bien dónde está el veneno y tiene a mano el antídoto para eliminarlo. Pero su miedo es tremendo y, por supuesto, nada tonto. Pero los tipos quieren seguir sacando ventaja de la miseria.
En el transcurso de la semana se sucederán reuniones para volver a tratar la violencia en el fútbol. Ya se habla de suspender el fútbol.
En rigor, habría que suspender las reuniones, desplazar a todos los inútiles que por años enteros no solucionaron nada ni tuvieron sinceras intenciones de hacerlo y buscar gente nueva que se ocupe en serio y responsablemente del tema.
Adrián Villegas (Agencia DyN).