Los petroleros le declararon la guerra al impuesto al crudo

El gremio que comanda el ex subsecretario de Trabajo de Jorge Sobisch, Guillermo Pereyra, advirtió ayer que paralizará la producción en rechazo al gravamen a la exportación resuelto por el presidente Eduardo Duhalde. El gobierno neuquino le pidió, no obstante, que "no confundan" al adversario. El santacruceño Kirchner le dio un tibio respaldo al decreto presidencial.

NEUQUEN.- El gremio de los petroleros privados declaró la guerra contra las retenciones del 20% en las exportaciones de crudo y del 5% en las ventas al exterior de derivados del petróleo decididas por el gobierno de Eduardo Duhalde y amenazó con un paro por tiempo indeterminado en todos los yacimientos, campos y establecimientos que incluye el cierre de pozos y estaciones de bombeo de gasoductos y oleoductos.
La medida, que dejará sin suministro a los usuarios de gas de todo el país y afectará a los ductos que llevan gas y petróleo a Chile, comenzará el miércoles cuando culmine el cronograma de asambleas del sindicato. El gobierno neuquino, en boca del ministro Alfredo Pujante, dijo que el gremio "confunde al adversario" que no es la producción ni las empresas sino "las autoridades nacionales que dispusieron una medida injusta e irracional".
También el gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner, apeló a "la responsabilidad y seriedad" del presidente Duhalde y su equipo económico, ante la posibilidad de que se aplique el impuesto y por el "perjuicio económico y social" que la medida podría provocar en la región patagónica, pero expresó que "si el presidente aplica un impuesto de esta naturaleza, habrá previsto esta circunstancia".
Ayer, el secretario general del sindicato, el ex subsecretario de Trabajo Guillermo Pereyra, dijo que el decreto afecta la continuidad laboral de 5.000 trabajadores de la región. El decreto, que sorprendió a los gremialistas, pulverizó el convenio elaborado la semana pasada por las petroleras, los sindicatos y funcionarios de la cartera de Energía -cuyo titular insinuó que renunciaría si se aplica el tributo .
Ese acuerdo establecía un tributo de entre el 4 y el 8% a la producción de hidrocarburos atado al precio internacional del barril de petróleo. Contemplaba, en el mejor de los casos, un aporte de 350 millones de dólares anuales siempre que el precio del crudo superase la franja de los 20 dólares y a cambio, las petroleras podrían deducir del pago del impuesto a las ganancias el 30% de lo invertido en exploración, pero se comprometían a mantener su programa de actividades para este año sin aplicar despidos.
El decreto 310 que firmó Duhalde el miércoles por la noche contempla la retención del 20% en las exportaciones de crudo y el 5% en las que se hagan en los derivados: naftas, gasolinas, gasoil, kerosene y lubricantes desde el uno de marzo próximo. El impuesto no alcanzará la exportación de gas natural a Chile, según explicó en Santiago la titular de la comisión nacional de energía de ese país.
El gobierno argentino piensa recaudar no menos de 600 millones de dólares por año. Las provincias petroleras afirman que perderán inversiones en las zonas de producción y auguran reducciones en la percepción de regalías aunque el artículo sexto de la ley 25561 de emergencia pública -gracias a la labor de los legisladores nacionales de la Patagonia y otros estados productores- impuso un paraguas a la alícuota y preservó a las regalías del tributo.
En las oficinas de Repsol YPF en Madrid y Buenos Aires trascendió la "sorpresa" de sus directivos, y aunque no se anticiparon cifras oficiales, se dijo que el aporte del gravamen a las arcas argentinas será de unos 1.000 millones de dólares en los cinco años de vigencia del impuesto. Eso significa un impacto negativo del 10% en sus ganancias. Sin embargo, las acciones de la petrolera registraron un alza del 1,56% en la bolsa madrileña.
La compañía hispano argentina, junto con Pérez Companc, Chevron-Texaco y Bridas -de Carlos Bulgheroni- elaboraron con Pereyra y Daniel Cameron- el borrador que el sindicalista anunció el sábado pasado como "gran acuerdo nacional"
Anoche no pudo confirmarse si habrá aumento de los combustibles, un mercado donde más de la mitad es negocio de la petrolera española. Sin embargo, en la cámara de expendedores local "no hay ninguna novedad, absolutamente nada", dijo uno de sus dirigentes. E indicó que cualquier aumento "será fatídico por el impacto social que generará en una economía ya deteriorada".
Pereyra, en una rueda de prensa, escudado por delegados de distintos puntos de la provincia, señaló que el impuesto era "una barbaridad" y subrayó que la inseguridad jurídica espantará a las inversiones. Cuando se enteró de la decisión del presidente, se reunió de inmediato con el sector de empresas de servicios para evaluar el impacto de la medida y sostuvo que le anticiparon que comenzaron a paralizar los equipos en los pozos de baja producción, que en la región representan casi 2.000 puestos de trabajo.
Así, "el negocio deja de ser rentable para las empresas" porque a 20 dólares el barril, con un 20% de retención, el precio desciende a 16, y el costo de producción ronda los 11 dólares. "Además hay que sumar las regalías e impuestos". agregó. (AN/EFE/Telam/DyN)

"Si prospera, tengo que irme"

BUENOS AIRES (ABA).- "Si el gravamen a las exportaciones prospera, yo tendré que irme". Las palabras fueron pronunciadas ayer en la Comisión de Energía de Diputados por el virtual secretario de Energía de la Nación, Daniel Cameron, quien a pesar de que no tiene nombramiento oficial, coordinó las negociaciones entre las empresas y el gobierno para revertir el tributo del 20% a los hidrocarburos.
Cameron presentó ante los legisladores el plan alternativo para gravar la producción petrolífera en boca de pozo con un impuesto del 8%, y pidió la que los allí presentes lo estudiaran ya que sería uno de los pocos caminos para que las provincias no perdieran regalías.

Foto: El mandamás del sindicato petrolero, Guillermo Pereyra, reveló que no bien conoció la firma del decreto presidencial se reunió con las empresas.