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Miércoles 13 de febrero de 2002 | |
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Se trabó el proyecto para gravar la actividad hidrocarburífera |
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El gobierno de Duhalde no oficializó el texto que habían acordado las empresas, las provincias y los gremios. |
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| BUENOS AIRES (ABA).- Se trabaron anoche en el Congreso Nacional las discusiones relacionadas con el gravamen que deberán pagar las empresas petroleras que operan en el país para compensar la pesificación de las deudas en dólares del sistema financiero. Según lo que trascendió en medio de las negociaciones oficiosas, el presidente Eduardo Duhalde decidió no oficializar el proyecto que se venía elaborando en el Poder Ejecutivo e instruyó para que sea Diputados, como cámara de origen, el que decida sobre la amplitud del impuesto que divide agua entre las provincias productoras y las que no lo son. Según el secretario general del gremio de los petroleros privados en Neuquén y Río Negro, Guillermo Pereyra, "hoy (por ayer a la tarde) se pudrió todo por la inoperancia de algunos legisladores (a los que no quiso identificar, salvo a algunos del ARI, como "Lilita" Carrió y Mario Cafiero) que están jugando otro partido y que tienen la fantasía de recaudar unos mil millones de dólares anuales". Pereyra, como se encargó de hacerlo público el sábado en Neuquén, promueve, con la venia de los gobernadores patagónicos y el de Salta, un aporte anual de las petroleras de unos 350 ó 400 mil dólares por año, hasta 2005. En fuentes gubernamentales -el epicentro de las discusiones se ubica en la jefatura de gabinete- se le dijo ayer a esta agencia que el tema técnico ya está agotado y que ahora se trata de una cuestión de Estado gravitante. Ello, debido a que la idea es mejorar la recaudación fiscal sin disminuir las inversiones extranjeras ni afectar el índice de ocupación de las compañías petroleras. Esperando a Remes "Está todo en el aire. Debería haber resoluciones inmediatas, pero no suena lógico que haya una determinación antes del regreso del ministro Remes Lenicov de Estados Unidos", se confió a "Río Negro". El titular del Palacio de Hacienda retornará mañana a Buenos Aires, tras reunirse con las máximas autoridades del tesoro estadounidense y del Fondo Monetario Internacional. Visiblemente molesto por el curso que habían tomado los acontecimientos, tras los consensos alcanzados la semana pasada, el sindicalista Pereyra advirtió que si Duhalde termina aplicando un impuesto más gravoso a las exportaciones las consecuencias serían "gravísimas". En tal sentido, el neuquino mencionó la delicada situación que deberían afrontar las refinerías. "Si el mercado no les conviene, Shell y Esso, dos monstruos mundiales, son capaces de irse de la Argentina". El ex titular de la cartera de Trabajo de Neuquén comentó que "hay legisladores con un pensamiento antiguo que están influyendo sobre Duhalde y que quieren destruir lo que elaboramos con el jefe de gabinete, el secretario de Energía, el subsecretario de Ingresos Públicos y el sector petrolero", dijo. Uno de los más interesados en fogonear el proyecto era el senador nacional Pedro Salvatori, del MPN. El gobierno de Jorge Sobisch cree que con un impuesto de envergadura podrían esfumarse las inversiones petroleras en la provincia y, por ende, desaparecer puestos de trabajo en el área. De todos modos la iniciativa debe ingresar por la Cámara de Diputados y allí hay algunos duhaldistas de la provincia de Buenos Aires y de la capital federal (Pereyra se negó a identificarlos) que se han puesto como meta recaudar mil millones de dólares al año con este impuesto. "No saben de los que están hablando, no han visto nunca un equipo de perforación, salvo en fotos", atacó con dureza el sindicalista petrolero. |
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