Lunes 4 de febrero de 2002

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La canasta escolar cotizará hasta 30% más cara

 

En los libreros predomina la incertidumbre y las acusaciones cruzadas con los fabricantes y proveedores. La cotización del dólar, el crédito cortado y el imprevisible escenario económico complican a un sector que necesita insumos importados hasta para las hojas de los cuadernos.

  NEUQUEN (AN) - El interrogante de todos los años vuelve a plantearse: ¿cuánto saldrá mandar un chico a la escuela? Esta vez, en medio de una profunda crisis económica, la respuesta se parece más a un acertijo que al frío cálculo financiero que bajo el manto protector de la convertibilidad, empresarios y comerciantes ya se habían habituados a hacer en estos casos.
No obstante, con la advertencia de un panorama enrarecido por la disparada del dólar, el corte de créditos, la falta de stock y la estrepitosa caída de las ventas entre muchos otros factores, para el próximo ciclo lectivo estiman un incremento de la canasta escolar entre un 10 al 30 por ciento en promedio.
Los libreros apuntan a la responsabilidad de proveedores y fabricantes porque no les envían mercadería ni precios, pero reconocen que cada uno protege sus intereses y en el marco de un confuso panorama nadie arriesga con operaciones a futuro.
Sostienen que no debería haber incrementos significativos en artículos producidos en el país y que con producción nacional puede salirse del paso.
Los fabricantes opinan distinto: relativizan la capacidad de la industria nacional, aseguran que es inevitable guiarse por la cotización en el extranjero y, fundamentalmente, que antes de entregar mercadería quieren cobrar la que ya facturaron.
"Para artículos elementales como cuadernos, carpetas, lápices, lápices de colores, gomas, cartucheras, hojas de carpeta, que son fabricados en el país, puede esperarse aumentos de un 30 por ciento. Pero es una estimación con un amplio margen de variación, ante un panorama dominado por la incertidumbre", dijo Juan Carlos Helou, dueño de la librería Platerito.
En términos parecidos se expresó Daniel Peluffo, vicepresidente de la Cámara Argentina de Papeleros, Libreros y Afines (Capla). "Hoy por hoy no hay confirmación de precios, pero si hablamos de una canasta con artículos nacionales no hay que esperar grandes incrementos. Una estimación arriesgada podría hablar de un 10% de aumento". Añadió que "nosotros no somos formadores de precios".
Helou y Peluffo sostienen que la canasta puede satisfacerse con productos argentinos y consecuentemente el costo no tendría que estar directamente influenciado por la relación peso-dólar.
"Tranquilamente puede satisfacerse la demanda con productos nacionales, lo que pasa que hay productos importados de menor calidad que los nuestros, por ejemplo los chinos, que cuestan igual o menos", explicaron a "Río Negro".
Para Peluffo "la canasta se puede conformar con artículos nacionales, que deberían tener incrementos, salvo aquellos que contienen una parte de materia prima importada. Aún así -añadió- con un 40% de aumento en el dólar la suba en el artículo no debería superar el 20 ó 30%".
Para Carlos Justiniano, gerente de la Cámara de Proveedores y Fabricantes de Artículos de Librería, con sede en Buenos Aires, el análisis de la situación no sólo pasa por si la mercadería es nacional o importada.
Con contundencia puso en duda la capacidad de respuesta de la industria nacional: "por ejemplo, los bolígrafos no se fabrican en el país; gomas, sólo hay una fábrica en Argentina; cuadernos, el papel se hace en el país, pero las planchas de impresión, tintas y otros insumos hay que importarlos".
Agregó que "las cosas no se manejan con el dólar a 1,40, con el importador hay que hablar de la cotización del dólar libre" (ver aparte).
Los libreros dicen que afrontan todas las contra: la caída de ventas, que en enero rondó el 40 y 50 por ciento, la falta de stock, la incertidumbre de si va a recibir mercadería, cuándo, a qué costo y en qué condiciones. Encima: la feroz competencia de los híper.
Adrian Barente, de "Las 3 B", dijo que "habitualmente a esta altura del año ya teníamos comprada la mercadería, hecha la proyección de ventas hasta marzo y programada las financiaciones. Hoy estamos desorientados".
Sostuvo que no hay entregas de las fábricas y proveedores, no hay precios y, algo a lo que le atribuye singular importancia, no hay planes de comercialización. "Estábamos habituados a comprar a 30, 60 y 90 días, hoy esa posibilidad no existe", indicó.
A pesar de la confusión del mercado, Helou dijo que "mercadería no va a faltar porque todos estamos urgidos por vender. Lo que pasa es que atravesamos una transición y debido a la incertidumbre no hay precios".
En tanto Peluffo dijo que "no es que el fabricante y proveedor retenga la mercadería, ocurre que si hay deudas atrasadas no la entrega si no cobra lo atrasado. Es así por la falta de crédito".
Norberto López, de Topsy, dijo que aún no tienen preparada la temporada, no han definido el proveedor y desconocen el tema precios. La temporada, habitualmente, la planifican a mediados febrero.
En Jumbo respondieron que están alistando la mercadería, pero se abstuvieron de hablar de precios.
En indumentaria, en los comercios consultados se dijo que no han preparado aún sus stock, aunque señalaron que lo harán en breve, y que no tienen valores. Sólo accedieron a ofrecer precios referenciales, pero sujetos a los vaivenes de un mercado "imprevisible".

La incidencia de lo importado

NEUQUEN (AN)- "No se puede hablar de una canasta nacional porque hay artículos que indefectiblemente llevan algún insumo importado, por lo tanto incide en el costo", dijo Carlos Justiniano, de la Cámara de Proveedores y Fabricantes.
Puso como ejemplo el cuaderno, que se hace con papel argentino pero necesita insumos importados, más cuando se habla de tapa con ilustraciones. "Además la cotización del dólar a 1,40 peso es aparente; a la hora de cumplir con el proveedor extranjero hay que manejar el dólar libre", sostuvo.
Respecto del reclamo de los libreros de que el fabricante no entrega mercadería, el directivo dijo que "antes de acordar nuevas ventas, el fabricante necesita asegurarse que le paguen la que ya entregó, porque él también tiene deudas con el intermediario o la representación local de la empresa extranjera. Tampoco puede desprenderse de mercadería que no sabe con certeza a cuánto debe cobrar, cuándo y cómo la va a cobrar".
Pero más allá de los precios, Justiniano analizó la situación a partir de la falta de financiación bancaria. "No hay crédito, por lo tanto se corta la financiación que uno le daba al librero. Si me daban un crédito de 20 pesos yo podía financiar a 10 y a su vez el proveedor a 5, pero ahora no tenemos esa alternativa", comentó.
En este contexto también complica el corralito para las operaciones comerciales, con dificultades para giros, transferencias, extracciones de depósitos y libramiento de cheques.

Aseguran el abastecimiento

NEUQUEN (AN)- Mauro Obrach, de la revista Stationarey, especializada en temas de fabricación, venta y distribución de artículos de librería, opinó que "no faltará mercadería para satisfacer la demanda de los artículos elementales. Ocurre que los proveedores están sentados sobre la existencia, porque hay un juego de intereses muy fuertes".
El columnista de la publicación añadió que "nuestro criterio sobre el tema, a partir de un sondeo que hemos realizado, es que no faltará mercadería en el ajuar escolar. El consumo siempre va a existir, porque aquello más necesario -el cuaderno, el lápiz, la goma, las hojas para carpeta- estarán disponibles".
"No es por insensatez que se llega a esta instancia, hay que tener en cuenta que juegan diversos intereses y factores, en el marco de un panorama de gran confusión", concluyó.

   
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