Domingo 17 de febrero de 2002

 

Bush, cada vez más vinculado con Enron

 

Revelan cartas entre un ex ejecutivo de la firma y el actual presidente.

  Washington (EFE).- El presidente dimisionario de Enron, Kennet Lay, quien vendió sus acciones antes de la quiebra de la empresa energética estadounidense, estableció una extensa red de conexiones políticas y personales que incluía al gobernante del país, George W. Bush, según documentos revelados ayer.
Documentos presentados esta semana ante la Comisión del Mercado de Valores (SEC) confirman que Lay vendió cien millones de dólares en acciones poco después de que una vicepresidenta de Enron le advirtiera sobre el inminente colapso de la empresa, debido a una serie de irregularidades financieras. Aunque se desconoce el total de sus ganancias, Lay vendió 70 millones de dólares en acciones de vuelta a Enron, entre febrero y octubre de 2001, según las pruebas entregadas a la SEC.
Esos documentos, citados por el diario The New York Times, revelan el doble discurso de Lay en torno a la verdadera situación financiera del gigante energético. Mientras Lay aseguraba públicamente a sus subordinados, primero el 22 de agosto y después el 26 de septiembre del año pasado, que la empresa se encontraba en "terreno firme", ya había iniciado la venta de sus acciones en Enron.
Enron, hasta hace poco una de las siete principales empresas del país, es objeto de diversas investigaciones federales por parte del Congreso, de la SEC y de los departamentos de Justicia y Trabajo.
En el centro de las investigaciones están el posible tráfico de influencias y las presuntas irregularidades de contabilidad de Enron, en las que infló sus ganancias y minimizó sus deudas, ocultando así su situación financiera. La quiebra de la comercializadora de servicios y productos energéticos dejó en la ruina a miles de trabajadores, accionistas e inversores.
Entre tanto, decenas de documentos divulgados el viernes en Austin (Texas) revelan que, contrariamente a lo que alega la Casa Blanca, Lay mantuvo una estrecha amistad con el presidente Bush, relación que, al parecer, quiso aprovechar para beneficio de Enron.
Pese a que la Casa Blanca ha insistido en que Bush y Lay no eran amigos muy cercanos, los documentos entregados por las autoridades de Texas, sugieren que la amistad de ambos era muy estrecha y sus contactos, extensos.
Enron y algunos de sus ejecutivos de mayor rango, incluyendo a Lay, figuraban entre los principales contribuyentes de las campañas políticas de Bush. Enron donó 312.000 dólares para las dos campañas de Bush para la gobernación de Texas y más de 100.000 para la presidencial en 2000.
Entre los documentos figuran unas 350 páginas de correspondencia que ambos mantuvieron cuando Bush era gobernador de Texas, entre enero de 1995 y diciembre de 2000. En algunas cartas, Lay pedía el respaldo de Bush a un proyecto de ley que hubiese beneficiado a Enron. Varias cartas trataban directamente la controvertida desregulación de los mercados energéticos, mientras que otras eran de carácter más personal, incluyendo agradecimiento por obsequios navideños y felicitaciones de cumpleaños, así como invitaciones a actos sociales y comerciales.

De gira por Asia

Washington/Seúl/París (dpa).- El presidente estadounidense, George W. Bush, partió hoy de Washington a una gira de seis días a Japón, Corea del Sur y China, en la que centrará las conversaciones con sus interlocutores asiáticos en la lucha contra el terrorismo a escala mundial.
Corea del Norte, junto con Irak e Irán, integran lo que el presidente estadounidense denominó el "eje del mal" en su discurso anual sobre el estado de la Nación.
Anticipando su visita, la televisión surcoreana KBS emitió este sábado una entrevista con Bush, en la que dijo que Kim Jong Il, el presidente de Corea del Norte, no representa la voluntad del pueblo norcoreano. "Eso no debería suceder en el siglo XXI", aseguró.
"Los surcoreanos son libres y ricos. Los norcoreanos, por el contrario pasan hambre y no tienen esperanza alguna", añadió Bush, mientras en Corea del Norte se iniciaban ayer las celebraciones por el 60 cumpleaños de Kim. Bush volvió a subrayar el deseo de su gobierno de dialogar con Pyongyang, pero denunció que Corea del Norte se negaba a ello.
     
     
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