Martes 19 de febrero de 2002
 

Don Vecchi y sus cartas

 

Por Héctor Pérez Morando (*)

  El pedido y esperado milagro de la comunidad salesiana y amigos no llegó. El 23 de enero pasado a las 9:50 hora italiana, 5:50 argentina, el salesiano P. Juan Edmundo Vecchi entregó su último suspiro en la romana casa generalicia de la orden, cerca de Don Botta y la monja colombiana que lo asistía. El terrible mal cerebral, en ciertos momentos, pareció otorgar alguna esperanza, ésa que nos manifestara en varias cartas y el deseo, si ello acontecía, de visitar nuevamente la Patagonia. Pero no.
Lo conocimos y tratamos bastante en Viedma, lugar de su nacimiento (23/6/1931), cuando era director del Centro de Formación para jóvenes salesianos de la Argentina o Instituto Filosófico, hoy colegios primario y secundario (1962-66), cuya dirección también ejerció el después obispo salesiano Jaime de Nevares y el misionero P. Antonio Mateos, hoy misionando silenciosamente por la precordillera neuquina. Aquel centro de la sociedad salesiana formaba parte de la famosa "quinta" que frecuentaron Ceferino Namuncurá y Artémides Zatti, asiento también por un tiempo del hospital San José. Lugar con historia desde fines del siglo XIX, actualmente porción de tierra junto al río Negro, sumergida en la quietud viedmense... La capilla era lugar de culto dominguero para los salesianos y algunos vecinos. En el púlpito, Don Vecchi -sin duda extraordinario orador sagrado- entregaba sus siempre esperadas palabras. Oratoria que, sin nombrar a Dios ni a la Virgen -a veces-, los dejaba ubicar en cada uno de los presentes. Años en que acompañado por aquel amigo muy agnóstico y socialista, fallecido, nos metíamos a revolver explicaciones posibles sobre el boato romano, la Inquisición, el obligado celibato de ellos. Escalones de pobreza y riqueza y donde no dejaban de estar presentas lecturas y comentarios sobre Alexis Carrel, Darwin, Marx, Teilhard de Chardin y algunos argentinos como Ameghino, Estrada, Palacios y Gálvez. En muchas oportunidades las charlas las escucharon manzanos, durazneros y animales en caminatas por la "quinta", que con su producción servía para el abastecimiento de los salesianos. "Fueron hombres... somos hombres..." excusaba el P. Vecchi cuando nuestras preguntas buscaban alguna justificación, pero las más de las veces -las más- su extraordinario dominio bíblico y teológico, en forma sonriente siempre, daba por tierra con nuestra presunta dudosa sapiencia inquisidora.
Eran charlas muchas veces convenidas o surgían con motivo de cualquier acontecer. Siempre con su meridiana claridad, humildad y predominante amabilidad en todos los aspectos. Por ejemplo, nos lo hizo notar aquel galés que nos visitó en Viedma, R. Bryn Williams, periodista, escritor e historiador que llegó a ser director de la Biblioteca Nacional de Gales, autor de -entre otros- "Teithiau Tramor", (Viajes por el mundo) en galés, en el que habla de Río Negro y Carmen de Patagones, cristiano pero no católico, cuando después de un largo almuerzo en la "quinta" nos expresó más o menos en perfecto castellano: "Sacerdote sobresaliente... no he conocido otro así...". Y eso que Williams era viajero mundial. Por aquellos años fue cuando le decíamos que iba a "llegar muy alto...". Sin imaginar el máximo cargo salesiano en que lo sorprendió la muerte. Nada más que una joven premonición periodística... Años después, ya en Roma lo recordaríamos epistolarmente.
Ultimo de los siete hijos de los inmigrantes italianos Albino (Boretto, Regio Emilia) y María Monti (Montescudo, Forli) el colegio San Francisco de Sales de Viedma fue su inicial contacto salesiano. En 1947 hizo la primera profesión en la congregación y en 1958 fue ordenado sacerdote en Turín y seguidamente ejerció como director espiritual en el seminario salesiano de Fortín Mercedes. En 1961 fue director de estudios y catedrático en el secundario Domingo Savio de General Roca y al año siguiente tuvo igual desempeño en el colegio Don Bosco de Bahía Blanca. Luego pasó a Viedma con el cargo que hemos comentado y seguidamente fue miembro del consejo inspectorial de Bahía Blanca. Siguió su ascenso: en 1971 fue delegado al XX Capítulo general de la orden y relator de la comisión encargada de la redacción definitiva de las constituciones y el año siguiente, miembro del Consejo General, como consejero regional para la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Viajaba continuamente -misionero volante- y fue nombrado (1984) consejero general para la Pastoral Juvenil y luego, en 1990, vicario del rector mayor Don Egidio Viganó, a cuyo fallecimiento en 1996 fue votado Rector Mayor de la Sociedad Salesiana, primero no italiano.
Licenciado en Teología (Turín, 1958) y especializado en pastoral juvenil y pedagogía salesiana, además del castellano hablaba italiano, inglés y portugués, y comprendía el francés. Colaboró en varias publicaciones y fue autor de otras cuatro afines a su especialidad pastoral.
En carta del 22/8/1995 nos contaba que había estado seis años como consejero regional para América Latina y "pude conocer en ancho y en largo nuestra América Latina que por ese tiempo respiraba aires de liberación" y contestando a nuestras sintéticas noticias sobre la Argentina y la Patagonia, nos expresaba: "El ambiente argentino me ha hecho volver con la imaginación a nuestra tierra. "La Argentina es un sentimiento" (Mafud). Difícilmente nos deshacemos de él aún después de mucho tiempo en el extranjero". Y nos prometía una reliquia de Don bosco: "Es nuestra costumbre dar tales reliquias sólo a las iglesias. Pero en su caso, es señal de reconocimiento por su interés en la obra de los misioneros salesianos". Cumplió.
En carta del 26/1/1999 acompañaba opinión sobre nuestra tarea bibliográfica y documental patagónica: "Los trabajos que está haciendo me alegran como patagónico. Y más aún me ilusiona la idea de una biblioteca que recoja cuanto se dijo y se puede saber sobre nuestra tierra... Yo sigo con ritmo de jornadas completas, lo exige la responsabilidad que Dios ha querido entregarme en estos años. Dentro de poco salgo para España y el mes de febrero me lleva al Kenya y a la India...".
En otra (25/9/00) manuscrita, cuando la brava enfermedad se había instalado en su cerebro: "Muy estimado Héctor. Su carta me ha servido de compañía en este último período de cura que estoy haciendo. Estoy en mi casa generalicia y atiendo ya a mis ocupaciones... adelante con la biblioteca (Patagónica). El 24/2/2001: "Mi salud sigue bastante bien: puedo atender mi trabajo, aunque lo hago con ciertas limitaciones y bajo el control de los médicos". Y a un anterior comentario epistolar nuestro opinaba: "Espero que el P. Bertolone (salesiano fallecido) se ponga de acuerdo con Don Zatti: deben ser muy buenos amigos en el Paraíso".
Igual que Don Bosco, 8ยบ sucesor y patagónico, su acción estaba dirigida principalmente a la juventud como uno de los retos educativos en varios países del mundo. "Hay millones de jóvenes que viven en la extrema pobreza. La falta de mínimas posibilidades económicas compromete la dignidad de sus personas y el desarrollo de sus energías. Se trata de un daño irreparable para los jóvenes y para la sociedad futura". Agregaba: "Se propaga el desánimo juvenil, presentándose en la droga, el malvivir organizado, la aparición creciente de bandas de menores que malviven en las grandes ciudades, el recurso a las cárceles de menores son -según Vecchi- indicios de una situación que se hace peligrosa y que no puede ser subestimada" (Crónica, C. R. 6/5/96).
Algo para nuestro tiempo argentino: "No es malo elegir un partido; más bien, es propio de nuestro vivir en un tiempo y en una sociedad determinados. Pero no se puede ser hombre de partido hasta el punto de sacrificar el bien de la gente, la verdad y el derecho". (Carta B. S. julio 2000). Y relacionado con esta entelequia mundial que nos tiene convulsionados, confundidos y hasta espantados y que se llama globalización, diría que "avanza con fuerza. Pero no en todos los frentes. La globalización económica se impone con movimientos de capitales y de empresas allí donde los costos son menores, con apertura de mercados, etc... Pero hay otra globalización, verdaderamente urgente y que es la que debe garantizar la dignidad de toda persona, empezando por los niños, en cualquier parte de la tierra, provocada, mediante la solidaridad entre los poderes y las naciones... La globalización de la solidaridad -agregaría- basada en un nuevo humanismo avanza despacio... Los costos humanos de deslumbrantes progresos recaen pesadamente sobre los sectores más débiles de la sociedad. Una de estas partes débiles son ciertamente los niños y los jóvenes" (B. S. abril 2000).
No pretendemos deshumanizarlo: "Somos hombres" decía, pero sin duda formó parte de los famosos sueños de Don Bosco sobre la Patagonia. Nació en la ex capital de la Patagonia, Mercedes de Patagones, Viedma, y fue el primer rector mayor no itálico. "Privilegiaba el aspecto antropológico y educativo sobre el teológico y espiritual".
Del próximo capítulo general salesiano surgirá su sucesor. ¿Será el dinámico belga flamenco P. Luc Van Looy? Domina ocho idiomas.
Llamativas coincidencias dejó Don Vecchi: nació y falleció un día 23. También su antecesor Don Viganó murió el 23 y el ingeniero César Cipolletti el 23/1/1908. No estará en la próxima ceremonia de beatificación de su tío, Don Artémides Zatti.


(*) Periodista. Primer Premio ADEPA 1998
en Cultura e Historia.
     
     
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