Viernes 15 de febrero de 2002

 

Insisten en la búsqueda de testigos para el caso Barría

 

Desde que comenzó el juicio por el crimen del vecino barilochense, los testimonios fueron débiles. Los magistrados buscan a los testigos clave, que no se encuentran en la ciudad.

  SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La deficiente instrucción de una de las causas que más conmocionó a la opinión pública de la ciudad durante casi un año y medio, podría favorecer a los imputados en la muerte del vecino Juan Bautista Barría, dado que alguno de los testigos de cargo, considerados clave para la acusación, sólo declararon en sede policial y ahora no pueden ubicarlos para que lo haga ante el tribunal.
Los jueces tienen especial interés en lograr el testimonio del gomero que habría atendido a los imputados cuando realizaban consultas para comprar una cubierta y ahora vive en Chile. Según declaró un investigador, Jorge Melgarejo, este testigo, de apellido Alvarado, los habría reconocido, al igual que a un menor delincuente al que apodan "El Jabalí".
Hasta el momento, la única prueba irrefutable es la huella dactilar de Seguel, que los expertos de Criminalística hallaron estampada en el auto de la víctima.
Barría desapareció de manera misteriosa durante la madrugada del 13 de julio de 2000, y el temor sobre lo que pudiera haberle ocurrido se manifestó luego del mediodía, cuando su auto fue incendiado en forma intencional por dos individuos en el barrio Vivero Municipal.
La intervención de un vecino y luego de los bomberos impidió que el auto se quemara por completo, y así los investigadores pudieron observar restos de cabellos y sangre en el baúl del rodado y tuvieron la seguridad de que algo grave le había sucedido a Barría.
Como Barría se movilizaba en un moderno rodado, sus familiares temían que lo hubieran secuestrado o abandonado malherido en algún lugar. "Acababa de vender una licencia de taxi y a lo mejor pensaron que tenía plata", explicó su ex esposa, Rosbita Muñoz, quien aclaró que hasta hace poco Barría vivía del alquiler que le pagaban por esa licencia, pero hacía un mes se había visto obligado a venderla para cancelar un embargo que pesaba sobre la vivienda que ocupaba su familia.
"El lunes 10 terminó de pagar los siete mil pesos de la deuda y el miércoles a la noche vino a traerme los recibos y a decirme que me quede tranquila", comentó a "Río Negro" Rosbita Muñoz en esa oportunidad.
El cadáver de Barría fue localizado once días después por Beatriz Slipek, pero ayer los jueces desestimaron su testimonio porque no podía aportar nada que no surgiera del informe de la autopsia.
Ayer declaró Luis Toledo, uno de los camioneros a quien el auto de Barría habría sobrepasado a gran velocidad en la avenida Bustillo, y compañero del chofer que denunció a los ocupantes de un patrullero sus sospechas sobre los tripulantes del Peugeot 504.
Toledo se definió a sí mismo como un ladrón, y del mismo modo a Seguel, con quien compartió una celda en la alcaidía, aclarando que lo creía capaz de robar, pero no de matar. Después denunció ante el tribunal al subcomisario Daniel Navarro y al comisario Carlos Ferreyra, a quienes acusó de haberlo interrogado y "apretado" para saber si el que conducía el Peugeot era Seguel.
Los jueces suspendieron el juicio hasta el jueves 21, mientras la policía procura ubicar a los testigos que todavía no fueron ubicados.

Foto: José Martín Seguel junto a su abogado durante el juicio. Hasta el momento lo único que lo incrimina es una huella dactilar suya.

   
    ® Copyright Río Negro Online - All rights reserved    
     
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación