Lunes 11 de febrero de 2002

 

La doble vida de Gustavo Cerati

 

El músico revisita temas de Soda Stereo y de su producción solista acompañado por una orquesta sinfónica, dirigida por Alejandro Terán. Una agradable sorpresa que confirma el liderazgo de Cerati en la escena nacional.

 
"Todos tenemos una doble vida..." cantaba al son de un funk el joven de verticales rulos hace algo más de una década. Y lo confirmó desde entonces, compartiendo su imagen de "chico dorado del pop" con la de laborioso buceador de aguas experimentales. La salida de Soda Stereo fue seguida por la experiencia chilena electrónica de Plan V, el proyecto Ocio que conformó con Flavio Etcheto y finalmente el excelente "Bocanada".
Y así sigue aún hoy. Hace poco lanzó "11 episodios sinfónicos", con temas orquestados para una formación clásica de cuarenta instrumentos. El álbum, sucesor de "Bocanada", es un compendio de fineza y buen gusto que casi empalaga. Pero acto seguido, el ya cuarentón músico dejó en claro que su próximo disco -a editarse en marzo o abril- no será etéreo ni ambiental. No se engañen, el rey del pop regresa para hacernos mover con sus melodías contagiosas.
"El espíritu de ese disco será mucho más groovie, más arriba que "Bocanada". Al estar compuesto con una idea un poco más de grupo, a pesar de que las composiciones son mías, fue una manera de trabajar parecida a Soda. Hay un sonido más en vivo: hay elementos de improvisación", explicó Gustavo.
Cerati parece combinar una de cal con otra de arena, para construir su imagen totémica. A la exitosa producción del pop exitoso de Leo García, le contrapone un proyecto como la realización de la banda sonora del filme "+ bien", ambiental, mínimo, corto y sin mayor difusión.
Volviendo a los episodios sinfónicos, Cerati eligió para esta producción desde viejos éxitos de Soda como "Canción animal", "Persiana americana", "Signos" y "Corazón delator", hasta las más recientes canciones de "Bocanada". Además de los temas mencionados, figuran "El rito", "A merced", "Raíz", "Sweet sahumerio", "Verbo carne" y "Un millón de años luz".
Y en este viaje, a veces luminoso, a veces lúgubre, siempre inspirado y ensoñador, Cerati expone una performance vocal simplemente envidiable.
La orquestación estuvo al mando de Alejandro Terán, responsable también de los arreglos y la dirección musical. En esta megabanda clásica hay ejecutantes de violines, violas, violoncellos, contrabajos, clarinetes, trompas, trompetas, arpas, timbales, flautas y oboes. El álbum se grabó en vivo el 6 de agosto del año pasado en el Teatro Avenida de Buenos Aires, oportunidad en la que se registró un documental de tevé con 14 cámaras.
Cerati dice sin tapujos que siente que "es un disco bastante jugado", y que en su producción tuvo "la rara sensación de ver la música, de palparla todo el tiempo". (AV).

Cal y arena: de sónico a sinfónico

Cuando un artista pop quiere aggiornarse, pretender un nivel que no tiene o al que no pertenece o cuando pretende darse aires de sofisticación, seguro que echa mano a una orquesta. Y en general han sido propuestas bastante remanidas y sin demasiado vuelo creativo, que se quedan en el mismo tema de siempre con un mullido colchón de violines.
"11 episodios sinfónicos" nació hace seis años cuando un tal Diego Sáenz le propuso la idea de orquestar temas de Soda Stéreo. El proyecto quedó flotando -en "Verbo carne", grabada en "Bocanada", hubo un acercamiento a esa idea-, ya que Gustavo no quería que "simplemente fueran mis canciones en versión sinfónica. Le dimos vuelta a la cosa, vimos que era por el lado más gótico, misterioso y fantasioso".
La lista de tracks comienza con el clásico y potente "Canción animal", "Bocanada" -uno de los arreglos más logrados-, una versión estremecedora de "Corazón delator", y "El rito" en una visión de luminosidad que no difiere demasiado de la estructura original.
Siguen "A merced" como un instrumental grandilocuente, "Raíz" que asume unas líneas piazzollianas y "Sweet Sahumerio", con el que cambia el clima del disco tomando unas ideas orientales.
El tramo final se completa con "Persiana americana", en una versión lenta y aletargada muy diferente a la original, "Verbo carne", "Un millón de años luz" y "Signos", que recupera el ambiente oscuro y gótico que tiñe todo el disco. (AV).

"+ bien"

Sobre fines del 2001 Gustavo Cerati también presentó el disco de "+ bien",de la producción cinematográfica del director Eduardo Capilla, en la que además de componer la música, concretó su debut actoral.
En realidad la música del disco es una relectura de la que se escucha en la película, ya que dos años después de compuesta, Cerati llamó a Leandro Fresco para grabar nuevas versiones de los tracks. Así, estas son nuevas mezclas, con la idea de la música de la película, configurando una obra independiente del film y que fue concebido como disco, no como banda sonora.
El listado de temas se compone de "La costura de dios" -en dos versiones-, "Kuro", "Es una ilusión", "Paracaídas", "Regando", "Símil paraíso", "Todos duermen", "Llegaste", "Pasaje porcelana" y "+ bien".
   
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