Sábado 19 de enero de 2002

 

Embisten al dueño de un snack con un fourtrax

 

Sucedió en Las Grutas en un lugar prohibido para estos vehículos. Aseguran que fue intencional.

  LAS GRUTAS (ASA)- La indefensión de los cientos de turistas que optan por playas alejadas para gozar a pleno de la naturaleza y la tranquilidad, llegó a su punto extremo el jueves cuando el conductor de un fourtrax de alquiler atropelló sin miramientos al titular del snack de las Piedras Coloradas, Alberto Hughes, quien pretendía pararlo en su rauda carrera por esa zona donde el tránsito es ilegal.
El escándalo posterior casi termina en un linchamiento por parte de unas 20 personas que indignadas le propinaron una golpiza al joven conductor que afortunadamente portaba un casco lo suficientemente resistente.
El conflicto en las Piedras Coloradas con estos vehículos todo terreno es de larga data. Y a pesar de que desde algún sector se pretendan esgrimir justificaciones basadas en cierta enemistad personal entre algunos representantes de las firmas y los responsables del snack ubicado en esa calma playa, lo cierto es que la ordenanza en cuestión es clara. Establece que está prohibido transitar en vehículos por las playas, excepto en una parte considerada de sacrificio, cuyo acceso está a unos mil metros del ingreso al parador.
Lo demás son vanas discusiones. Si falta o no un cartel, si corresponde colocarlo al Municipio, a Hughes o a los propietarios de las casas de alquiler, si hay enemistad o no entre las partes, en definitiva son cuestiones menores. Lo concreto es que por el lugar no se puede circular y que desde ningún sector se hace nada para evitarlo.
Por algún motivo falta la decisión de ponerle límites a los cuatriciclos, tanto de alquiler como privados, a pesar de que sabido son los riesgos que ocasionan.
Lo ocurrido el jueves fue vergonzoso. Y podría haber terminado en una tragedia.
Tres fourtrax ingresaron al predio de la Piedras Coloradas. Recorrieron rápidamente la playa entre más de un centenar de personas que eligen la tranquilidad de ese hermoso lugar, y treparon el médano blanco, ícono de esas playas, que a raiz de estas acciones repetidas día tras día cae sobre las rocas, tapándolas indefectiblemente.
Hicieron caso omiso de los gritos de los veraneantes y uno de ellos profiriendo insultos regresó hacia el sector de playa, esquivó por poco a una mujer con un niño en brazos y cuando se alejaba se cruzó con Alberto Hughes.
El hombre, volvía de cargar agua salada en unos baldes para colocar un par de almejas que consiguió y que muestra a los turistas interesados en la fauna marina. "Dejé los baldes en el piso y traté de pararlo abriendo los brazos, pero el tipo en vez de frenar, aceleró y me arrastró unos 50 metros. Fue todo tan rápido que no me acuerdo bien", dijo. Pero habían más de 100 testigos que presenciaron el hecho. "Fue terrible, yo pensé que lo había matado", dijo un turista.
Hughes, por su parte fue trasladado al Hospital con leves escoriaciones en sus piernas. El conductor del fourtrax era un joven barilochense integrante de uno de los equipos de supercross del torneo. Sus dos amigos recién pasaron a los 20 minutos de ocurrido el encontronazo y también se llevaron algunos insultos.
Según se informó, el fourtrax pertenecería a la empresa del grutense Pablo González, quien según afirmó el comisario O`Toole hará una denuncia porque afirma que en el incidente le cortaron algunos cables al vehículo. Actualmente hay dos casas de alquiler en la villa con casi medio centenar de cuatriciclos en total.

Un viejo conflicto hasta ahora sin solución

El conflicto con los fourtrax es de larga data. El tránsito, tanto por la playa como por el casco urbano es incontrolable, en especial porque la policía no ejerce casi ninguna acción.
"Yo no puedo poner un hombre bajo el sol en las Piedras Coloradas para controlar eso", dice el comisario Francisco O"Toole e insiste en que lo que hace falta es un cartel. Sin embargo, los letreros cada vez que se ponen son arrancados y los que coloca Alberto Hughes en la playa rara vez son leídos por los enloquecidos conductores que creen que los cuatriciclos son juguetes para "hacer rostro".
Seguramente la adrenalina que generan no es la misma ante la mirada de 100 personas que impotentes los ven destrozar el médano, que en soledad en lugares donde no hay bañistas y expresamente habilitados para ello.
El director de Inspección General Cristian Mora, que asumió en diciembre, reconoció que aún no pudo tomar el toro por las astas. "El tránsito por convenio le corresponde controlarlo a la Policía, pero...", atina a decir. "Y los carteles aunque estén no los ven e igual hacen lo que quieren", dijo tras haberse enterado del incidente.
Que por cierto, no es el primero. Los accidentes con fourtrax conducidos por menores son cosa de todas las temporadas y las acciones con saña tampoco son nuevas. Basta recordar cuando el conductor de un fourtrax atropelló a un lobito marino hace tres veranos. En esa oportunidad el intendente Adrián Casadei, recientemente electo y próximo a asumir prometió límites para tanto avasallamiento. Límites que nunca llegaron, mal que le pese a la gran cantidad de turistas que buscan tranquilidad y que solamente pretenden ser respetados. Para ello, sólo resta que se cumpla al menos la parte de la ordenanza vigente que establece que el acceso a la zona habilitada está mil metros al sur del cartel de Piedras Coloradas. Hasta ahora parece mucho pedir.

   
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