Martes 15 de enero de 2002
 

Testigos que vieron todo comprometen a Julio Fuentes

 

"Río Negro" tuvo acceso al expediente judicial.

  NEUQUEN (AN).- "Paralos Julio, mirá cómo le están pegando a Hettinger".
"¿Y a vos qué te importa si no es compañero tuyo?".
"En serio te digo... acá hay compañeras que están embarazadas, paren con esto".
"Está bien... Vamos".
Este diálogo entre Julio Fuentes y otra persona, presenciado por un testigo que se lo contó a la justicia, es una de las pruebas más fuertes que hay en el expediente en contra del secretario general de ATE y la CTA, quien ayer cumplió su cuarto día de detención.
La escena relatada por el testigo ocurrió en el cuarto piso del edificio del Instituto de Seguridad Social de Neuquén el miércoles pasado, cuando un grupo de manifestantes ingresó al despacho del administrador Gerardo Hettinger, lo golpeó salvajemente y lo arrojó escaleras abajo. Otros dos funcionarios del organismo también fueron agredidos.
Esa mañana de locura y violencia fue reconstruida por la justicia en base a por lo menos quince testigos.
"Río Negro" accedió ayer a algunos tramos del expediente, en los cuales figuran las pruebas que incriminan a Fuentes y los otros tres sindicalistas detenidos. Y donde también constan al menos dos datos llamativos:
*Al momento de las agresiones, la custodia policial del edificio había desaparecido sugestivamente.
*La negativa de Julio Fuentes a ofrecerle al juez una versión amplia y clara de lo sucedido le jugó en contra, y por eso -entre otros motivos- sigue preso.
Junto con él están detenidos Horacio Fernández, Hilda Locatti y Miguel Peralta. Otras siete personas vinculadas a ATE tienen pedido de captura y están prófugas.
El dirigente cumple su primera detención en una década de mandato frente al gremio estatal porque por primera vez lo acusan de un delito que no es excarcelable: "coacción agravada", que se castiga con 5 a 10 años de prisión.
Consiste en amenazar a un funcionario para que abandone su lugar de trabajo. Según la justicia, los sindicalistas que el miércoles invadieron el despacho de Hettinger querían lograr ese objetivo.
La prueba está en las declaraciones de las víctimas (además de Hettinger fueron golpeados el secretario general del ISSN, Néstor Martín, y el consejero directivo José Cifuentes), y de varios empleados que observaron la escena y la desaprobaron.
Entre ellos figura quien presenció el diálogo de Fuentes con otra persona que intentó persuadirlo para que cesara la agresión. Al declarar ante la justicia, ese testigo agregó que "cuando Fuentes dijo "vamos" se fueron todos".
Otro testigo relató que mientras Hettinger era golpeado y caía escaleras abajo, el contador Martín intentó defenderlo. Pero fue interceptado por un activista que lo tomó de las solapas, lo llevó contra una ventana y lo empujó reiteradas veces contra los cristales. "Tiralo, tiralo", se escuchó gritar a alguien.
La escena fue observada desde otro sector del edificio por otra persona, que declaró: "me pareció que estaban a punto de tirar a alguien por la ventana".

Otra causa que se suma

Para complicar la situación jurídica de los imputados, a la causa abierta el miércoles se sumó otra que existía desde noviembre pasado.
Se trata de un expediente iniciado por una denuncia presentada luego de un hecho prácticamente idéntico que ocurrió el 30 de octubre de 2001, y que hasta ahora no había tomado estado público.
Ese día los sindicalistas se metieron en el despacho de Hettinger, arrancaron los cables de su computadora, quemaron tapizados con cigarrillos y rompieron una foto del gobernador Jorge Sobisch.
Según consta en ese otro expediente, los estatales querían la llave de una oficina. Y amenazaron al titular del ISSN: "nos das la llave o te tiramos por la ventana".
Aquella frase, pronunciada hace casi tres meses, toma otra dimensión analizada bajo la óptica de los gravísimos incidentes del miércoles último.
Según consta en la declaración de un testigo, el titular del ISSN les ofreció sentarse a dialogar. "Dejate de joder, no queremos hablar", fue la respuesta.
Al calor de la discusión, uno de los activistas le gritó: "acordate de esta carita porque la vas a volver a ver", y cuando se retiraron lanzaron la última amenaza: "la próxima vez no vamos a venir a pedirte nada".
Ese antecedente jugará en contra de los dirigentes detenidos y de los que tienen pedido de captura, ya que la causa por el incidente de octubre se acumulará a la abierta por los hechos del miércoles pasado.
Hasta ahora los recursos legales de los abogados para liberar a Fuentes han fracasado. La única esperanza que tiene de recuperar su libertad es que el juez Alfredo Velasco Copello cambie la acusación de "coacción agravada" por otra menos severa.

Faltó presencia policial

NEUQUEN (AN)- Los testigos del grave incidente ocurrido el miércoles en el ISSN aportaron un dato interesante a la Justicia. Ese día a la mañana había por lo menos 15 policías custodiando el edificio. Sin embargo cuando llegó la manifestación, alrededor de las 10, sólo se vio a dos. El resto sugestivamente había desaparecido.
Este dato hizo nacer la hipótesis de la celada.
"No lo podemos probar, pero nos parece que hace rato que el Gobierno estaba buscando que Julio Fuentes cayera en una situación así. Por eso la prevención policial siempre falla en las movilizaciones sindicales y nunca pueden impedir los destrozos", dijo una de las fuentes judiciales que hablaron con "Río Negro".
Para la justicia, la prevención es central. "Nunca entienden que el sistema penal llega después, cuando el hecho ya fue cometido. Si no quieren que pasen cosas graves como esta, tienen que hacer prevención. Y de eso se encarga la Policía, que es manejada por el Gobierno".
En los pasillos de Tribunales campea un sabor amargo por esta situación. "El Gobierno no quiere pagar el costo político de reprimir, entonces pretende que el trabajo lo haga la justicia. Y dicen que no presionan a la justicia, pero repiten cada vez que pueden que están esperando que metan a alguien preso", observó el funcionario judicial.

El silencio en la indagatoria le jugó en contra al decidir sobre su excarcelación

NEUQUEN (AN)- "Soy inocente de todos los cargos. No le pegué a nadie. Es lo único que voy a decir, no voy a responder preguntas".
Cuando estuvo ante el juez Alfredo Velasco Copello, el sábado pasado, el sindicalista Julio Fuentes habló poco. Era su derecho, como imputado hasta podría haber mantenido un silencio absoluto. Pero esa parquedad le jugó en contra al momento de decidir sobre su libertad.
Como se sabe, después de indagarlo el juez rechazó el pedido de excarcelación que habían presentado sus abogados.
En un párrafo de ese escrito, Velasco Copello hizo alusión al "principio de inocencia", según el cual nadie es culpable hasta que se lo demuestre. También citó las pruebas en contra del imputado, y las contrapuso con la falta de un descargo que por lo menos hiciera tambalear la versión de los hechos que habían dado las víctimas y los testigos.
"Si Fuentes hubiera dado argumentos razonables sobre lo que sucedió, por ejemplo en términos de que la situación se fue de las manos, o que no hubo manera de controlar el episodio o algo similar, quizá el juez lo habría dejado en libertad", dijo una fuente judicial.
Otro vocero de Tribunales señaló que "al juez no le quedó más remedio que rechazar el pedido de excarcelación, y lo hizo después de indagar a Fuentes. Si le daba otra versión de los hechos, quién sabe qué hubiera pasado".
Sobre Fuentes han llovido innumerables causas penales, pero en todas faltaron elementos para incriminarlo. Las últimas denuncias las presentó el Gobierno a través de la fiscalía de Estado, responsabilizándolo de organizar los desmanes cometidos durante el paro del 13 de diciembre.
Sin embargo las pruebas que presentó resultaron insuficientes: fotos y filmaciones que lo mostraban hablando por celular.
"Esas fotos no dicen nada, a menos que se pretenda una caza de brujas. Pero lo del otro día en el Instituto fue muy concreto; en ese caso sí hay pruebas, testigos, declaraciones", dijo una de las fuentes judiciales consultadas.
Probado el hecho, falta saber si el juez sostendrá la acusación de "coacción agravada" que es la que mantiene a Fuentes preso.

Foto: Julio Fuentes está comprometido por las declaraciones de varios testigos que detallaron cuál fue su actitud el día que agredieron al titular del ISSN.

   
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