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Duhalde quiere encuadrar a las provincias
El presidente pretende impedir actitudes corporativas y estudiar los casos provinciales de manera individual. Menem presiona a través de los gobernadores que le responden. Sobisch, mal visto. Hay malestar con la actitud del neuquino de encabezar un fuerte "lobby" en favor de los intereses de las compañías petroleras.
Las conversaciones con los mandatarios le lleva mucho tiempo, es cierto. Pero por allí se pueden encontrar, en estas dos semanas de gestión duhaldista, los mayores éxitos del Gobierno. El método implementado por Eduardo Duhalde consiste en atender a los gobernadores uno por uno, y concederles audiencias lo suficientemente largas como para resolver la mayor cantidad de problemas posibles. "El objetivo es romper la fuerza corporativa de los grupos, que venían a pelear en patota por prerrogativas, a pesar de las diferencias notorias en la situación de sus administraciones", se sinceró ante "Río Negro" un operador de Presidencia.
El fin de Duhalde es romper el poder de presión que acumuló en los últimos tiempos el denominado Grupo Federal, integrado por los gobernadores justicialistas de las provincias "chicas". Este sector, con fuerte presencia en ambas cámaras del Congreso, fue el que catapultó a Ramón Puerta como presidente provisional del Senado y, luego, llevó a uno de los suyos, Adolfo Rodríguez Saá, a un interregno en la Presidencia de la Nación.
Hoy, el ex presidente Menem, principal opositor del Gobierno, está intentando hacer pie entre los Federales, para construir desde allí su proyecto Menem 2003. Son cinco los gobernadores que responden al caudillo riojano: Rubén Marín (La Plampa), Angel Mazza (La Rioja), Carlos Manfredotti (Tierra del Fuego), Gildo Infrán (Formosa) y Juan Carlos Romero (Salta). El puntano Rodríguez Saá también está regresando poco a poco al redil menemista. "Pueden hablar todo lo que quieran con Menem, pero para negociar la coparticipación y los envíos tienen que hacerlo con Duhalde", ataja Gabrielli, ministro del Interior.
Jorge Sobisch, gobernador de Neuquén, es otro de los "poco queridos" en la Rosada, aunque no por menemista. "Actuó sin disimulos como vocero de los petroleras, en un momento en que el Gobierno necesitaba mostrar unidad para poder negociar con Repsol", protestó el operador presidencial.
En términos generales, el Gobierno central se comprometió con los gobernadores a repartir antes del 23 de enero los 1350 millones de pesos que había prometido Fernando de la Rúa; los primeros 800 millones se pagarán en Lecop y llegarán a las capitales del interior la próxima semana.
Pero la agenda de temas que tratan los mandatarios en sus reuniones individuales con Duhalde abarcan otros rubros: la coparticipación, las deudas provinciales con entidades privadas y distribución de los fondos sociales, en manos de la primera dama. El Presidente aprovecha también para pedir "colaboración" en el Congreso y la aprobación del Presupuesto 2002.
Diez gobernadores pasaron ya por la Rosada, en el marco de este método de negociación. Eduardo Duhalde les dedica hasta un par de horas, los escucha y les explica su proyecto. Luego los mandatarios pasan a la "segunda instancia": el comité de negociación, formado por Capitanich, Gabrielli y Remes Lenicov. Incluso los gobernadores menemistas reconocen que el sistema es "beneficioso para ambas partes". "Nosotros transmitimos nuestros problemas y el presidente puede acordar mecanismos de ayuda en el mano a mano", dijo Manuel de la Sota.
"Los panoramas de cada provincia son heterogéneos, por eso hay que negociar cada caso por particular. San Luis, Santiago del Estero, La Pampa y Santa Cruz, por caso, tiene un bajo endeudamiento y buenas condiciones a futuro. Pero otros estados provinciales dependen absolutamente de las partidas nacionales. El 83% del presupuesto de Jujuy corresponde a los ingresos por coparticipación", señala un funcionario del ministerio del Interior.
La devaluación tampoco ayudó a las maltrechas economías del interior: su deuda con el sistema financiero pasó de 20 mil millones a 28 mil millones. Por allí pasa otro de los ruegos que repiten los gobernadores: que el Estado nacional presifique esas deudas o los ayude a solventarlas.
Foto: Duhalde no quiere que los gobernadores se acerquen a negociar "en patota".
Gonzalo A. Guerrero
Concertación: Preocupa la deuda social
Los distintos sectores que participan de la ronda de conversaciones del "diálogo argentino" coinciden en que saldar la deuda social es el "primer gran requisito" para avanzar en un acuerdo primario en pro de restablecer el bien común.
Esta idea que -según reconocieron las fuentes consultadas- surge "espontáneamente" en todos los encuentros desarrollados en la sede de Cáritas Argentina, será el eje central del primer balance que la mesa coordinadora de la concertación le llevará mañana al presidente Eduardo Duhalde.
La reunión con el jefe de Estado está prevista para las 10, en la residencia presidencial de Olivos, hasta donde acudirán los obispos Jorge Casaretto (San Isidro), Juan Carlos Maccarone (Santiago del Estero), y Ramón Staffolani (Río Cuarto); el asesor local del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, el español Carmelo Angulo; el vicejefe de gabinete, Juan Pablo Cafiero; y el legislador Juan José Diaz Bancalari.
Voceros eclesiásticos confiaron a DyN que lo "más destacable" de las dos primeras jornadas es la coincidencia "casi absoluta" de los dirigentes, en que "el primer gran requisito para avanzar en coincidencias para un primer acuerdo es saldar la deuda social". (DYN)
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