Miércoles 16 de enero de 2002

 

El gobierno colombiano exige resultados concretos

 

Prorrogó sólo hasta el domingo la zona neutral. Pastrana quiere firmar una agenda de temas clave. También presiona por un rápido cese del fuego.

  Bogotá (EFE/Reuters).- El acuerdo alcanzado ayer por el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC gracias al apoyo internacional salvó las negociaciones de la peor crisis en tres años, pero las partes deberán lograr avances antes del domingo, cuando vence de nuevo la vigencia del área neutral.
Si las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) no presentan antes del 20 de enero un programa específico para avanzar hacia una tregua, deberán enfrentar una ofensiva militar, anunciada por el presidente, en el enclave desmilitarizado bajo su poder en el sur del país.
"Es claro para el país que la tregua no está ni puede ser decretada en días, sería iluso e irresponsable pensar eso. Lo que se va a buscar son unos cronogramas y un plan de trabajo muy preciso, muy específico", afirmó en una entrevista radial el alto comisionado para la paz, Camilo Gómez.
La reactivación del proceso emprendido en 1999, conseguida por el grupo de diez "países amigos" y por el asesor especial del secretario general de la ONU James Lemoyne, fue recibida con satisfacción en toda Colombia, pero algunos sectores políticos pidieron más resultados.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) admitieron que hay garantías para seguir negociando en la zona neutral, y el gobierno no modificará los controles militares alrededor de este territorio de más de 42.000 kilómetros cuadrados. Sin embargo, la prórroga de la vigencia legal de esa zona, que se amplió por última vez en octubre por tres meses hasta el 20 de enero, estará supeditada a las decisiones que se adopten de inmediato.
Los embajadores de los "países amigos" regresaron ayer a Bogotá para presentar los términos del acuerdo al presidente Andrés Pastrana, que el lunes advirtió a las FARC de que antes del 20 de enero se deberá establecer una agenda de trabajo que conduzca un alto el fuego y el fin de los secuestros.
En consecuencia, las partes reanudarán las gestiones hoy en la zona de distensión, esta vez con la presencia de delegados internacionales, que serán los embajadores de Francia, Daniel Parfait, y de España, Yago Pico de Coaña, así como el presidente de la Conferencia Episcopal colombiana, Alberto Giraldo.
El territorio neutral, conformado por cinco municipios y situado a unos 350 kilómetros al suroeste de Bogotá, estuvo a punto de ser recuperado el lunes por las Fuerzas Militares, que tenían preparado un plan con más de 12.000 hombres, aviones, helicópteros y carros blindados.
Las partes habían pactado un plazo de 48 horas para suspender la zona de distensión en caso de que se diera por terminada la negociación. Sin embargo, cinco horas antes de cumplirse ese plazo, en la noche de ayer, la mediación del delegado del secretario de la ONU y de los "países amigos" logró la conciliación de las posiciones del gobierno y de los guerrilleros.
Para algunos analistas, el nuevo entendimiento con la más antigua y numerosa guerrilla del continente implica una victoria para Pastrana, quien, afirman, por primera vez desde que inició su gobierno mostró carácter y jerarquía sobre los rebeldes.
Sin embargo, para el analista político Vicente Torrijos, la reanudación del proceso no trae grandes beneficios para el jefe de Estado, de 47 años y a siete meses de culminar su mandato. "Frente a los militares, la brecha de desconfianza que ya existe se acrecienta. Frente a los Estados Unidos, Pastrana entra en sospecha porque el mismo Colin Powell había aceptado la posición drástica de la ruptura", explicó.
Según el politólogo, si el proceso no cambia de manera radical, tras el fracaso del modelo de negociación en medio del fuego cruzado, las FARC "se habrán salido con la suya, que es avanzar hacia el poder".

Un tenaz alemán, personaje del día

Un alemán, nacionalizado en Estados Unidos y ex corresponsal de prensa extranjera, fue ayer , por su especial dedicación que le permitió salvar el proceso de paz, el "personaje del día" en Colombia.
James LeMoyne, nuevo delegado especial de paz en Colombia de las Naciones Unidas, logró mediante un trabajo diplomático persuasivo recomponer el desgarrado proceso de negociación de paz con los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y regresarlos a la mesa de diálogo.
Voceros de las FARC reconocieron el trabajo de LeMoyne y elogiaron su dedicación en la búsqueda de la fórmula que permitió corregir el rumbo del proceso.
LeMoyne, quien vivió en el pasado en Colombia, donde su padre ocupó un cargo, inició su mandato el 2 de enero y tan pronto como llegó a su oficina en Bogotá las circunstancias lo llevaron a debutar como facilitador de paz. Con algo más de 45 años, LeMoyne tiene títulos universitarios de Harvard, Oxford y del London School Of Economics y una experiencia positiva en procesos de negociación de paz en el mundo. Pese a su corta edad, LeMoyne ha intervenido en los conflictos como los de Nicaragua, El Salvador, Haití, Bosnia, Irlanda del Norte y Guatemala.. Con absoluto dominio del castellano, LeMoyne puntualizó con claridad los errores de la ruptura del proceso, dijo una fuente de la negociación.
Entre viernes y lunes, se reunió en varias ocasiones con líderes de las FARC, dirigentes políticos y funcionarios. Trabajó hasta muy tarde en estos días y, sin importarte el cansancio, madrugó siempre para iniciar temprano su trabajo. La imagen de LeMoyne estampando un beso a una niña tras la lectura de la reapertura del proceso, fue repetida varias veces por la televisión colombiana. y del mundo. (ANSA)

EE. UU. aumentaría su apoyo económico y militar al gobierno

Estados Unidos, que reiteró ayer su apoyo al reanudado proceso de paz de Colombia y a su presidente Andrés Pastrana, evalúa la posibilidad de aumentar su ayuda al país andino como parte de su lucha contra el terrorismo global.
"Estados Unidos reitera su apoyo a los esfuerzos sin descanso del presidente Pastrana en favor de la paz en Colombia", dijo ayer el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Philip Reeker.
También agradeció al enviado especial de la ONU, James LeMoyne, y a los diplomáticos del grupo de países amigos sus esfuerzos por salvar las negociaciones de paz entre las autoridades colombianas y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
A ese grupo le pidió que "paren el terrorismo contra los colombianos, refrenen sus tácticas obstruccionistas y se comprometan de buena fe en las negociaciones".
Reeker se refirió también a que los objetivos de la política estadounidense hacia Colombia "no han cambiado" y aseguró que la Administración del presidente George W. Bush "quiere ayudar al país en la democracia y en el combate contra el narcotráfico, a reforzar las instituciones democráticas, avanzar en derechos humanos y promover el desarrollo socioeconómico".
El portavoz subrayó que esos objetivos coinciden con el contenido del Plan Colombia diseñado por Pastrana para renovar al país, y que tendrá un coste estimado en 7.500 millones de dólares, de los que EEUU ya ha contribuido con 1.300 millones en 2000.
Esa cantidad se asignó a un programa para la erradicación de plantíos, la destrucción de laboratorios y el desmantelamiento del contrabando de drogas en los países andinos.
El programa tiene un alto contenido militar -armamentos y transportes para la Policía y el Ejército- y cuenta también con otros ingredientes como la educación y el fomento de actividades productivas que brinden a los campesinos una alternativa para su subsistencia.
El responsable de asuntos latinoamericanos en el Consejo de Seguridad Nacional, John Maisto, dijo que "la política del presidente George W. Bush hacia América Latina y el Caribe es muy clara y directa y no ha cambiado: queremos el fortalecimiento de la democracia, y la administración mantiene su compromiso con el comercio libre".
Reeker declinó comentar la información publicada por el diario "The Washington Post" que señala que el gobierno de EEUU estudia ampliar su asistencia a Colombia en la lucha contra la guerrilla y que entre las propuestas que se estudian, figura aumentar el intercambio de información sobre las actividades guerrilleras.

     
     
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