Miércoles 16 de enero de 2002

 

Otro violento incidente sacudió al barrio La Toma
 

Desconocidos pusieron un explosivo en la puerta de una casa. Las aberturas y el alero sufrieron los efectos de la explosión. No hubo heridos pero los dueños de casa abandonaron la vivienda.

  CIPOLLETTI (AC).- La situación se hace cada vez más compleja en el barrio Anai Mapu de Cipolletti. En los primeros minutos de ayer, un explosivo destruyó el acceso a la casa de uno de los vecinos que lideró la ocupación de las tierras que luego se convirtieron en "La Toma". Si bien no había nadie en la propiedad, tanto los familiares del dueño de casa como algunos vecinos, manifestaron su preocupación por lo que está sucediendo.
"El problema no viene de ahora", coincidieron. Desde hace varios meses, un grupo de sujetos mantiene en vilo a varios vecinos: "amenazan, disparan y hasta han usurpado algunas viviendas. Se han hecho denuncias pero nadie hace nada", afirmaron algunas personas que prefirieron resguardar su identidad.
El hecho de ayer sorprendió a todos. Ya no se trataba de las "corridas" y "tiros" de los que están acostumbrados a escuchar habitualmente, sino de una terrible explosión que llegó a oírse hasta en distintos barrios de la zona norte de la ciudad. "La cama se llegó a levantar", describió la vecina más inmediata a la vivienda que sufrió el atentado.
Según informaron algunos vecinos, la noche se presentaba tranquila en La Toma. No se había escuchado nada extraño hasta alrededor de la una.
Fue en ese momento cuando un aparato explosivo estalló en la casa de Gabriel Alberti, una de las personas que encabezó la lucha de vecinos por permanecer en las tierras del barrio Anai Mapu que luego fueron denominadas "La Toma". En ese lugar se construyeron luego más de cien casas por medio del plan de Mejoramiento de Barrios.
Desde hacía al menos un mes el joven ya no estaba en su vivienda. "Está trabajando afuera", dijo su madre, Rosa Antipán.
Se supo que se fue luego del último enfrentamiento importante que hubo en el barrio (ocurrió antes de Navidad) cuando un hombre resultó herido de arma de fuego. La mujer y los hijos estuvieron un tiempo más, pero en la madrugada de ayer ya no estaban.
"Esto viene desde hace bastante tiempo. Es casi como una persecución para que nos vayamos del barrio", relató Antipán. La mujer no quiso dar nombres, pero dijo que se trata de las mismas personas que vienen molestando en el barrio. "Nosotros no nos dejamos someter y por eso nos hacen esto. Muchas cosas están pasando", enfatizó.
El explosivo fue colocado en la puerta de entrada de la vivienda. Los vidrios de las ventanas y parte del alero de madera se destruyeron.
Al mediodía, nadie custodiaba el lugar. La puerta había quedado abierta y en el interior se veían las pocas pertenencias que dejó Alberti.
En el barrio el temor seguía estando presente y se hablaba de eventuales nuevos enfrentamientos. "Hay armas, pero nunca encuentran nada", dijeron.
Algunos dicen que "hasta hay dinamita" y que el episodio de ayer puede volver a repetirse.
Entre el grupo conflictivo, el apellido que más repiten es el de "los hermanos Fernández", los que fueron conocidos por el triple crimen.

"Las camas se llegaron a levantar"

CIPOLLETTI (AC).- "Las camas se llegaron a levantar", relató ayer Sara Martínez, la mujer que tiene su casa pegada a la vivienda que sufrió el atentado.
Martínez vive sola con sus cuatro hijos menores de edad, de 13, 8, 4 y 2 años. En los primeros minutos de ayer estaba acostada, aún despierta, cuando escuchó el terrible estallido.
"No nos animamos a salir enseguida afuera", dijo. Pero después, decidió irse a la vivienda de una vecina junto a sus cuatro chicos. Previamente -aseguró- no vio nada ni escuchó ningún ruido raro.
La casa de Gabriel Alberti es una de las primeras que se entregaron del Plan de Mejoramiento de Barrios, un programa que se implementó en algunos lugares muy carenciados en el país.
"La Toma" fue durante mucho tiempo uno de los barrios de mayor riesgo en Cipolletti. Las viviendas eran muy precarias y los incendios y las inundaciones mantenían siempre alerta a todos los vecinos. Tres jóvenes murieron calcinados en este lugar.
Delante de estas casitas humildes, se construyó el nuevo plan. Es en una de las viviendas nuevas, al ingreso de La Toma, donde colocaron el artefacto explosivo.
   
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