Domingo 13 de enero de 2002

 

A "rojos" y "santos, el arco les quedó demasiado chico

 

Hubo ritmo, muchas oportunidades, pero terminaron 0 a 0

  Y a pesar de la crisis, arrancó el fútbol del verano. Le tocó a Mendoza dar el puntapié inicial. Poca gente en las tribunas y carencia de goles para un partido que, por más oportunidades que por calidad, los merecía.
Sin embargo, San Lorenzo e Independiente terminaron 0 a 0, lo que tradujo la anemia de producción de sus delanteros.
Bastante movido, quizá mucho más de lo que se podía esperar de dos equipos que vienen del clásico parate de fin de año, resultó el primer tiempo en el que Independiente 'martilló' con más frecuencia el arco defendido por Ramírez, quien zafó de los apremios más por falta de puntería de los jugadores del 'rojo' que por actuaciones suyas.
Los de Avellaneda se posicionaron mejor en la zona media, a partir de la voluntariosa tarea de Maximiliano Ayala, quien se convirtió en una 'rueda de auxilio' de Gastón Galván y Pablo Guiñazú. Entre los tres, más el acople que a veces hacía Eluchans despegándose del fondo porque no tenía a quién marcar, Independiente generó sucesivos avances sobre el fondo sanlorencista.
La primera emoción fue antes de los cinco minutos, en una jugada por la izquierda en la que Guiñazú cedió al medio con la defensa azulgrana a contrapierna, pero el disparo final de Vuoso dio en el cuerpo de Medero -de gran desempeño en la etapa- para elevarse por sobre el horizontal.
Siete minutos más tarde, el pánico sobrevoló el arco de San Lorenzo, pero en este caso con un tiro libre de Eluchans que se fue apenas alto.
A San Lorenzo le costó mucho llegar a líneas adversarias. Lo suyo fue generalmente mediante pelotazos, porque Leonardo Rodríguez no encontraba compañías. No obstante, una vez Filomeno se escapó a los defensores y puso en aprietos al golero Albil, quien sobre el cierre de la etapa volvió a lucirse ante un furibundo remate de Leo Rodríguez.
El segundo tiempo empezó con renovados bríos. Filomeno tuvo una excelente chance (minuto 7) que desaprovechó y enseguida no pudo conectar Vuoso del otro lado, en lo que fue su última acción antes de ser reemplazado.
Al ida y vuelta -ahora San Lorenzo equilibró el número de llegadas- le siguió faltando la emoción, porque los delanteros continuaron mostrándose improductivos, inclusive cuando gozaban de falencias defensivas. Sobre la hora lo tuvo Guiñazú, pero el arquero "santo" evitó todo.
   
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