Ulises Barrera: Relatos de la época de oro del boxeo argentino

El escritor y periodista recordó su contacto con figuras como Cassius Clay y "Ringo" Bonavena.

SAN MARTIN DE LOS ANDES (ASM).- "Vine a pasar unos días de descanso alejado de la hoguera de Buenos Aires, que es una selva con dirigencia de cemento". La frase pertenece a Ulises Barrera, periodista, escritor y una de las voces más autorizadas del boxeo en Argentina.
Con la marca del tiempo reflejada en su rostro y cabello, pero con el lenguaje pausado y punzante de siempre, Barrera hizo una pausa en sus vacaciones para dialogar con Río Negro sobre diversos temas, en donde se rescatan entre otras cosas aspectos relacionados con ídolos del cuadrilátero como Cassius Clay y Oscar "Ringo" Bonavena.
¿Que recuerda de aquella época de oro del boxeo?
El periodismo debería ser siempre una militancia de la cultura, la libertad y la ética. Me cuenta entre los seres más agradecidos de sus filas, porque gracias a él pude recorrer gran parte del mundo y relatar estos importantes acontecimientos ligados al boxeo. En Japón asistí a la consagración de un pequeño hombrecito como Horacio Accavallo en la categoría mosca, al recuperar la corona del que para mi fue el mejor boxeador argentino de todos los tiempos: Pascual Pérez. Después seguir a figuras como Víctor Galíndez o Carlos Monzón, y haber cubierto gran parte de la trayectoria de Cassius Clay como Clay y como Mohamed Alí.
¿Transmitió la denominada "Pelea del Siglo", no es así?
Tuve la suerte de ir al corazón de Africa para ver la pelea de Mohamed Alí con George Foreman y encontrar en el rincón del cuadrilátero a Archi Moore y Sandy Sadler. Verlo actuar a Mohamed Alí en una noche que recuperaba el título en un escenario totalmente nuevo, fue un hecho inolvidable. En ese mismo estadio se grabó un día antes un show folclórico de los negros. Incomparable.
Hablar de Clay es hacer mención también a su combate con Bonavena...
"Ringo fue un extrañísimo fenómeno, y no sólo por sus ocurrencias, sino porque era un boxeador con pies totalmente planos y sin base de sustentación. Allí me expliqué porqué este hombre para hacer footing tenía que ir al hipódromo, ya que era el único lugar donde se sentía bien corriendo en la arena. Era un milagro que subiera al ring. Solía tirar unos golpes abiertos muy largos que Luis Angel Firpo los llamaba telegramas, porque vienen muy de lejos. Llegar a pelear con Clay e inclusive hacerle temblar la osamenta con un golpe fue una hazaña para Bonavena, tanto que hoy se puede decir recorriendo récords que se convirtió en el peso pesado argentino de mejor trayectoria".
¿Es cierto que le tomó el pelo antes de la pelea?
Mohamed Alí tenía una costumbre que era burlarse de todos los rivales, incluidos los de su propia raza, pero nunca nadie se atrevió con él. Cuando llega Bonavena a Nueva York un día va a un entrenamiento y empieza a gritarle "chicken, chicken... (gallina)". Clay lo miró sorprendido. Luego cuando hacen una suerte de conferencia de prensa previa a la pelea, se presenta y dice: "Soy Mohamed Alí que va a ganar fácilmente este combate". Y Bonavena no se ocupó de eso, sino que asomó la cabeza por encima de las dos personas que lo separaban y le empezó a decir: "Clay, Clay...", y este le respondía mirándolo furiosamente "Alí, soy Mohamed Alí...". Era una cosa increíble porque le estaba tomando el pelo recordando su nombre verdadero y no el que había adoptado desde su bautismo al Islam. Se fue tan enojado y sorprendido a la vez, que todo el mundo comentó que el único individuo que le hizo eso fue Bonavena.
¿Como lo recuerda a "Ringo"?
Era un muchacho que tenía un cociente intelectual mucho más elevado del que era de suponer para un boxeador, además de poseer una vivacidad y captación sorprendente. Una de las costumbres que tenía era la de aparecerse en el noticiero de Canal 11, donde yo trabajaba, y mientras estaba en el aire me avisaba que había llegado. Eso significaba que algo quería decir. Recuerdo que se daban unos diálogos muy lindos. Me decía: "Usted es muy serio, pero vengo porque me hace bien".
¿Qué actividad le espera al regreso de sus vacaciones?
Tengo un proyecto muy lindo que quizás comience a desarrollarse en marzo, y que tiene que ver con dirigir una cátedra de posgrado en una Universidad que decidieron que lleve mi nombre, lo cual es un altísimo honor. Esto me mantendría ocupado con mucho afán, ya que si bien es cierto que yo he enseñado mucho, hacía tiempo que no me dedicaba. Evidentemente las circunstancias lo van llevando a uno a descubrir que aún tiene cosas para dar y decir.

La historia del "banquito"

SAN MARTIN DE LOS ANDES (ASM).- Una de las frases célebres de Oscar Natalio "Ringo" Bonavena fue la referida a la soledad del boxeador, y que muy bien graficó diciendo que "hasta el banquito te sacan".
Ulises Barrera recordó el momento en que el púgil la acuñó y reprodujo precisamente en uno de los reportajes que le hiciera por el viejo Canal 11.
"Una noche durante una de las tradicionales cenas de viejos boxeadores de la década del 30 que se hacían en el restaurante de un gallego llamado César Campusano, estaba presente Anselmo Casares, un negro que había hecho unas 300 peleas en la época en que no se utilizaba protector bucal", dijo.
"Sin saberlo escribió un libro de poemas de 14 páginas que me dio a leer para que le diera mi opinión. Allí había un soneto que decía: "...Boxeador, tenés un mánager, tenés masajista que te ablanda el cuerpo, y te da consejos hasta el promotor; y tenés alguno que gana la plata tanto o más que vos, pero te quedás muy solo cuando suena el gong...".
El periodista contó que Oscar Bonavena llegó al lugar justo en el momento en que estaba haciendo el discurso de cierre, recordando esa frase escrita por Anselmo Casares.
"Cuando me senté, Bonavena vino corriendo y se me puso en cuclillas al lado mío diciéndome, repítame eso de te quedás solo...". El lunes siguiente se aparece en el noticiero de Canal 11, me hace el saludo con la mano, le doy entrada y me dice al aire: Usted ha visto lo que es la vida del boxeador, porque hasta el banquito le sacan y uno se queda solo", frase que permanece imborrable en la memoria de los argentinos", recordó.

El estilo de los campeones

Fiel del paso de figuras del deporte de los guantes, Ulises Barrera definió brevemente el estilo de boxeadores de algunos campeones:

* Pascual Pérez: "Fue el mejor de todos los tiempos. Ganó 17 títulos. Fue a pelear por razones políticas absurdas de aquella época fuera del país, y esto es tener agallas y capacidad porque hay que combatir ante un marco frío y opositor".

* Nicolino Locche: "Un radar humano. Su estilo es absolutamente propio y se lo puede comparar de alguna manera con el juego del visteador criollo, cuando ponía una mano atrás y con la otra portando una alpargata jugaba con su oponente para ver quién se pegaba más. Nicolino, más que pegar, se defendía. Cuando se retiró se pretendió inventar otro Loche, pero no hubo más, porque sólo él tenía esta capacidad de percepción más amplia que la de cualquier otro deportista de este género".
* Carlos Monzón: "Era un anestesista, que llevó un calvario toda la vida y que no todo el mundo conoce. Por haber padecido raquitismo de chico tenía huesos débiles. Antes de las peleas tenían que infiltrarlo, porque de lo contrario le dolían tanto las manos y corría el riesgo de quebrarse. La última pelea fue con Rodrigo Valdez, que lo derriba luego de 80 peleas sin tocar la lona, y Monzón se levantó para perseguirlo y hacerlo caer, pero no pudo. Le ganó la pelea con el hueso de la mano fisurado y el antebrazo astillado. Podía rematar de un golpe, pero muchas veces ganaba por la acumulación de ellos.

* Víctor Galíndez: "Una conducta muy particular. Era muy fuerte y potente, pero muy díscolo. Cambiaba de entrenador cada seis meses. En un momento cuando lo dirigía Oscar Casanovas, era tan bueno su juego que en la más corta de las distancias sacaba los golpes con tal precisión que sus oponentes caían delante suyo. (ASM)

Foto: Ulises Barrera disfruta de un paseo por San Martín de Los Andes junto a su esposa.