Martes 29 de enero de 2002
 

Marco Pértile muestra el tiempo en sus pinturas

 

Hacía 12 años que no exponía sus obras en Bariloche. Afirma que el arte no escapa a la crisis nacional.

 
SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- "Para mí el tiempo no existe, funciona. Podés estar viviendo hoy y saber algo que va a pasar mañana, porque estás en otro tiempo vos, aunque el otro no lo esté", reflexionó Marco Pértile. El artista expone sus óleos en la sala Emilio Frey de esta ciudad, bajo el título "La pintura y el tiempo".
Para él, el tiempo como la pintura, no son iguales para todos. "Cuando aquí almorzamos en Australia ya están cenando. Análogamente un cuadro puede reflejar algo para uno y diferentes sensaciones para otra persona. Lo que una persona siente y vive en un momento para otra puede presentar sensaciones diferentes", dice. Y sus cuadros tienen eso, producen impactos contrapuestos dependiendo el momento y la persona que este frente a ellos.
No obstante, una de las principales características que tuvieron varios cuadros de Pértile es que fueron premonitorios: de hecho, Marco pintó nada menos que las muertes de su madre y hermano, ocurridas en sendos accidentes. También tiempo atrás, pintó dos lápidas, con destrozos, que bien podrían asemejarse a las míticas Torres Gemelas de Nueva York.
Reconoce que sus cuadros son "intuitivos, con sensaciones que todavía no acontecen pero van gestándose, en alguna forma". No obstante, el 70 por ciento de su obra está dedicada a la naturaleza y el resto se divide por series, entre las cuales se incluye la negra. Prefiere pintar cuadros grandes, aunque reconoce que en Argentina es muy difícil venderlos. "Máxime ahora, que estamos en una situación económica terminal", afirmó.
Hace doce años que el artista barilochense no exponía en su ciudad de residencia, pues a pesar de vivir por el mundo y haber nacido en Italia, Pértile tiene su casa y su familia en esta ciudad. "Si pudiera elegir, profesionalmente viviría en Suiza. Allí la pintura se cotiza muy bien y es posible vivir de ello", afirmó.
Por el contrario, opina que pintar y exponer en Argentina es casi un lujo. "Cuesta muy caro y se venden muy poco", dijo. "En otras manifestaciones del arte, como son el teatro o la música, al menos podés cobrar entrada, aunque sea a la gorra, pero el cuadro es uno solo, o se vende o no", explicó.
El artista opina que "la pintura, pocas veces fue concebida como un alimento para el alma. La gente en general no sabe disfrutar tanto de la pintura como de la literatura, música u otras manifestaciones de arte. Comprar un cuadro fue muchas veces considerado un lujo, circunscripto a los muy adinerados". Pértile predica que esto no debería ser así.
Pértile, el mayor de tres hermanos, arribó a la región del Nahuel Huapi en 1966. Previamente, aún niño, jugaba en la plaza de Sant Antonio de Padova el Gattamelatta, debajo del monumento ecuestre de Donatello, que reinicia en Europa la aventura de las grandes esculturas dejada de lado desde la época de los romanos. En la antigua arena, 1.300 años después, se construye la Capilla de los Scrovegni y en su interior Giotto pinta su propio juicio final y su bóveda. Debajo de tales escenografías, Marco jugaba a las escondidas.
Estas y otras vivencias formarán con los años la personalidad pictórica del artista, la convivencia pacífica de obras de arte enormes, no sólo en tamaño, sino también por su evidente valor artístico realizadas en diferentes materiales, estilos y épocas, que generan en él la gran pregunta de su vida: ¿qué es el tiempo?
   
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