Lunes 31 de diciembre de 2001

 

El fuego arrasó una tienda neuquina y hay peligro de derrumbes

 

Nada quedó de Balbi, ubicada en la neurálgica zona comercial de la capital.

  NEUQUEN (AN).- La tienda Balbi, un gigante de 1.300 metros cuadrados en dos plantas en el que trabajaban casi 40 personas, quedó completamente arrasado ayer por uno de los incendios más devastadores de que se tenga memoria en esta capital en los últimos años. Doce horas después de iniciado el siniestro los bomberos seguían apagando llamas y enfriando la estructura, mientras que hay serio riesgo de que se derrumben dos edificios lindantes. Por eso el tránsito vehicular y peatonal en la zona comercial neurálgica de la ciudad donde estaba el local permanecerá cortado por lo menos hasta el miércoles. No hubo lesionados y aún no se sabe qué originó el fuego.
Según informaron varias fuentes, las llamas comenzaron alrededor de las 3 de la madrugada y ayer a la tarde seguían apareciendo focos en el interior del local. Los bomberos tenían previsto seguir trabajando toda la noche para enfriar la estructura de metal, vidrio y poliuretano expandido, y además para vigilar que no se derrumben las construcciones vecinas.
Por lo menos alejaron el peligro principal: que volara la estación de servicios YPF ubicada a pocos metros del gigante incandescente.
En el combate de las llamas participaron los cuatro cuarteles de bomberos ubicados en Neuquén capital más el apoyo que recibieron de Plottier, Centenario y los camiones cisterna de la municipalidad local. Hasta anoche llevaban arrojados casi medio millón de litros de agua.
Sobre las causas del siniestro no fue posible obtener ninguna versión cierta. Algunos vecinos dijeron que habían percibido olor a cable quemado, pero fuentes de la empresa de capitales mendocinos indicaron que era muy poco probable que el origen sea un cortocircuito. También descartaron que se haya debido a pirotecnia.
"Los bomberos detectaron que el primer foco estuvo en la parte sur del local, en el fondo", dijo una de las fuentes consultadas. Otros directivos de Balbi señalaron con resignación que "se perdió todo, esto es un desastre". Dijeron que el local está asegurado.
Además del enorme sector de atención al público, Balbi tenía en el piso superior su depósito de mercadería. Y en el interior del local había hasta un flamante Fiat Palio que iba a ser sorteado entre los clientes. Pero el fuego arrasó también con él.
De acuerdo con testigos consultados por este diario, las llamas llegaron a una altura superior a los diez metros por encima del techo. Alimentadas por la gran cantidad de prendas de vestir, ropa de cama y otros elementos similares que abarrotaban la tienda, tomaron fuerza hasta vencer toda la estructura que cayó sobre sí misma.
En la caída casi arrastra los edificios vecinos, cuyos ocupantes fueron precipitadamente evacuados por personal de bomberos y Defensa Civil. Algunos regresaron a sus casas recién por la tarde, pero es probable que tengan que irse nuevamente.
Según puede verse a simple vista, las paredes tienen grietas profundas y en algunos sectores fueron perforadas por columnas de la estructura de la tienda que cayeron hacia los costados.
Por eso Defensa Civil cortó el tránsito en la calle Mitre, entre Chubut y Río Negro, y anunció que prohibirá el paso de vehículos y peatones por lo menos hasta el miércoles.
Miles de personas se acercaron ayer a la madrugada a presenciar el terrible espectáculo, y durante el día el desfile de curiosos continuó. Uno de los empleados de Balbi dijo que hubo intentos de saqueo, y varias de las personas que se acercaron al lugar preguntaban si era verdad que la empresa iba a regalar la ropa que había podido salvar.

Riesgo en los edificios vecinos

NEUQUEN (AN).- "¿Van a repartir la ropa que no se quemó?" La pregunta la hizo una mujer que espiaba detrás de unas de la vallas de contención que colocaron los bomberos. Debajo de una montaña de cenizas negras asomaba -apenas- ropa de color rosado y turquesa. Era eso lo que la mujer miraba especulando con que alguna prenda se hubiera salvado del fuego.
La cenizas de Balbi fueron ayer el centro de atención de todo el bajo neuquino, el mismo que convoca a legiones de clientes de todo linaje sobre todo los fines de año.
Un bombero admitía ayer que es muy posible que haya que demoler buena parte de los edificios laterales que desde el vamos corren peligro de caerse incluso con un viento fuerte. La mayor parte de los edificios laterales son de Santiago Mafrici, un conocido vecino de esta ciudad.
Con el incendio en vías de extinción y el sol escondiéndose, las paredes quemaban al tacto. En el edificio vecino, varios departamentos tenían las puertas rotas. Es que en pleno incendio los bomberos las derribaron a hachazos cuando no tuvieron respuestas desde el interior. "Fue para ver si había gente durmiendo y avisarle", explicaron.

"¿Qué va a pasar con nosotros ahora?"

NEUQUEN (AN).- Los empleados de Balbi empezaron a llegar temprano. Algunos volvían a sus casas cuando se enteraron de que el inmenso local de la calle Mitre estaba ardiendo. Entrada la tarde observaban estupefactos los hierros retorcidos y las ropas hechas trapo de las salía humo.
"Hubo chicos que se largaron a llorar... Es tu lugar de laburo. ¿Qué vamos a hacer? Aunque lo abran, van a tardar....¿Qué va a pasar pasar con nosotros?", preguntaba uno de los empleados que, junto a varios de sus 38 compañeros, permaneció quince horas frente a los restos del edificio.
Los empleados dicen que a pesar de la crisis, el comercio se mantuvo con las ventas en alto: "no para de entrar gente, bah, no paraba de entrar gente. Abríamos a las ocho y ya a las siete y media teníamos clientes en la puerta, gente que viene de otros lados... acá viene todo el mundo", sostuvo un muchacho que hablaba sin dejar de mirar los hierros doblados por el calor.
"Esta tienda es la que mueve todo, toda esta parte del bajo se mueve por Balbi, es una pena para todos, por la gente que trabaja ahí y los que tenemos negocios cerca", admitió un muchacho que trabaja en un clásico local de venta de ropa.
Una persona ligada a la empresa dijo que apenas se calmaron las llamas hubo gente que se acercó con intención de "llevarse algo, lo que sea. Las corrieron los mismos muchachos (por los empleados) porque se querían meter igual con fuego y todo".
El local estuvo cerrado y fue custodiado por los propios empleados durante la locura saqueadora de hace diez días. "Cerramos las puertas, nos re-cuidamos, colaboramos todos y ahora nos pasa esto...", cerró otro de los empleados.

Foto: No quedó nada de la gigantesca estructura. Hasta se quemó un Fiat Palio que había en el interior, destinado a rifarlo entre los clientes. Los bomberos arrojaron casi medio millón de litros de agua, y tenían previsto seguir trabajando toda la noche.

   
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