Miércoles 26 de diciembre de 2001

 

Un diluvio de verano dejó 42 muertos en el Brasil

 

Fue el peor temporal de los 30 años últimos en Río de Janeiro. Todavía permanecen desaparecidas 68 personas. El agua inundó calles y edificios
y sepultó viviendas precarias.

  RIO DE JANEIRO (EFE).- A las autoridades del estado brasileño de Río de Janeiro, que habitan 14,5 millones de personas, la Navidad las sorprendió ayer contando muertos, buscando víctimas y acomodando damnificados por culpa del peor temporal de que se tenga noticia en los últimos 30 años.
Según la gobernación del estado, al menos 42 personas murieron, 68 más permanecen desaparecidas y otras 2.000 buscan abrigo en escuelas e iglesias tras perder sus viviendas por los derrumbes y las inundaciones causadas por doce horas de fuertes lluvias entre la noche del domingo y la mañana del lunes.
Las autoridades temen que el número de muertos aumente conforme a la proporción de los desaparecidos declarados debido a las dificultades de las brigadas de rescate para atender a tiempo los múltiples pedidos de socorro.
El ambiente de fiesta que imperaba en esta región del sudeste brasileño cambió radicalmente con el diluvio que inundó calles y edificios, sepultó humildes viviendas con familias enteras en su interior, desbordó ríos, obstruyó carreteras y hasta paralizó las operaciones del aeropuerto local Santos Dummont.
El último balance de la Defensa Civil y el Cuerpo de Bomberos confirma que los municipios más castigados por las lluvias son Petrópolis, localidad serrana a 65 kilómetros de Río de Janeiro, donde han muerto 26 personas, y Duque de Caxías, en un poblado suburbio conocido como "Baixada Fluminense", con ocho víctimas.
En Río de Janeiro, capital del estado del mismo nombre, cuatro de los cinco personas muertas quedaron sepultadas por un alud de piedras y barro: una mujer y sus tres hijos, todos menores de edad.
La otra víctima pereció al ser arrastrada por la corriente de agua de un canal desbordado.
Otras dos personas fallecieron ahogadas en Niterói, ciudad distante 19 kilómetros.
Paracambi, municipio al sur de la región metropolitana de Río de Janeiro, fue declarado en estado de calamidad pública tras confirmarse la muerte de una persona y la desaparición de 60 más.
Los expertos señalaron que el volumen de lluvias que en doce horas desató la tragedia equivale a la media de precipitaciones registrada en un mes.
En Petrópolis, además del elevado número de muertos, resultaron heridas 100 personas y 600 más perdieron sus viviendas.
La prefectura de esta ciudad serrana pidió ayer ayuda al Ejército en las labores de auxilio que cumplen con muchas dificultades la Defensa Civil y los Bomberos.
En algunos tramos de la carretera de 92 kilómetros que une a la ciudad de Río de Janeiro con Teresópolis, decenas de personas interpusieron neumáticos y trozos de madera en protesta por la falta de asistencia humanitaria.
El temporal también provocó serios atascos en algunas vías interurbanas y prácticamente dejó incomunicadas por varias horas a Petrópolis y Teresópolis, las principales regiones turísticas localizadas en la llamada área serrana.
El gobernador de Río de Janeiro, Antonhy Garotinho, sobrevoló ayer las regiones más afectadas para definir el orden de prioridades en el desembolso de recursos para socorrer a los damnificados y reparar los daños en barrios y vías.
El ministro de Integración Nacional, Ney Suassuna, informó ayer de que gobierno del presidente Fernando Henrique Cardoso liberará recursos para la recuperación de las carreteras en las ciudades más afectadas por las lluvias en la comarca.
   
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