Domingo 23 de diciembre de 2001

 

Jack el Destripador sería un pintor

 

Patricia Cornwell apunta su investigación a un alemán discípulo de Degas.

  Londres.- Como fantasma con capa y sombrero de copa a la luz de los faroles a gas londinenses todavía sigue causando escalofríos más de cien años después. Sobre ningún otro criminal se escribieron tantos libros como sobre el nunca arrestado Jack el Destripador.
Abogados, médicos, comerciantes, poetas, carniceros, masones y budistas aparecen en la lista de sospechosos. Incluso un nieto de la reina Victoria, un mono amaestrado, un primer ministro y Lewis Carroll, autor de "Alicia en el país de las maravillas", estuvieron bajo sospecha.
Ahora la escritora de policiales estadounidense Patricia Cornwell presentó una nueva teoría sobre el gran desconocido. En su opinión, se trató del alemán Walter Sickert (1860-1942), un pintor bastante reconocido.
"Estoy ciento por ciento convencida de que el caso puede considerarse cerrado", dijo la escritora de best sellers a la prensa británica. "Sickert llevaba una terrible doble vida. De día, pintaba. De noche, asesinaba".
En los últimos dos años, Cornwell invirtió casi cinco millones de dólares para "hacer Justicia" a aquellas cinco mujeres que en el otoño inglés de 1888 fueron asesinadas y descuartizadas en un elegante barrio londinense.
La escritora, cuyo patrimonio es estimado en más de 150 millones de dólares, contrató a patólogos, genealogistas y arqueólogos. Pronto se topó con el nombre de Sickert, dado que el discípulo de Degas nacido en Munich tenía tres estudios muy cerca del lugar de los hechos.
Cornwell comenzó a adquirir parte de su mobiliario, como su caballete. "Buscamos rastros de sangre y huellas digitales, pero no encontramos nada".
Entonces compró 32 de sus pinturas. Las obras impresionistas de Sickert, entre ellas escenas de varieté y vistas arquitectónicas, cuelgan en parte en reconocidos museos como la Tate Gallery de Londres.
Sin embargo, la detective aficionada no se echó atrás a la hora de cortar en pedazos una de sus pinturas para encontrar posibles indicios. El resultado fue una obra de arte destruida, nada más.
En ese momento, Cornwell se dio cuenta de que no tenía que destripar las obras, sino contemplarlas con juicio analítico.
En 1908, veinte años después de aquél fatídico otoño, Sickert pintó varios cuadros de mujeres asesinadas. Según sus propias palabras, lo inspiró el asesinato de una prostituta en el lugar en que residía entonces.
Pero Cornwell no le cree. La escritora asegura que descubrió "sorprendentes coincidencias" entre las pinturas y algunos bocetos elaborados por Scotland Yard poco después de los asesinatos.
En una imagen de Sickert, por ejemplo, la asesinada yace casi en la misma posición que la última víctima de Jack el Destripador Mary Kelly. En otro caso, la mujer pintada presentaba rasgos muy similares a los de la cuarta víctima Catherine Eddowes.
Cornwell va más allá y desafía a quien pueda contraponer otra teoría a la suya. Claro que 113 años después es difícil encontrar pruebas para ello.
De todas maneras, si Cornwell realmente pretende lograr que Sickert adquiera póstumamente un lugar en la cámara del terror de Madame Tussaud, tendrá que enriquecer un poco el libro que tiene previsto sacar sobre el tema. Si no, claro, seguirá valiendo aquello de que el acusado es inocente hasta que se demuestre lo contrario. (DPA).
   
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