Domingo 23 de diciembre de 2001

 

Premian programa de construcción de casas

 

"Un techo para mi hermano" tiene en Valle Azul el ejemplo de su éxito.

  VALLE AZUL (AVR).- Hace poco más de diez años, el casco urbano de Valle Azul no se componía por más de unas pocas viviendas, la escuela, el puesto policial y de salud pública.
Hoy el panorama es totalmente diferente con cerca de 100 viviendas que los mismos pobladores levantaron en forma solidaria a lo largo de estos diez años y a partir de la excelente aceptación del programa "Un techo para mi hermano".
Precisamente esta situación valió para que el proyecto desarrollado por la asociación civil que dirige el programa, fuera reconocida a nivel nacional como el de "mejores prácticas" para dar solución a las familias.
La acción está volcada a hogares de bajos recursos, y precisamente quienes lograron levantar sus viviendas en esta localidad son familias que trabajan en la zona rural y que por sus ingresos están excluidos de los planes habitacionales que se construyen a través del IPPV.
Inés Pérez, presidenta de la asociación civil "Un techo para mi hermano" en Río Negro, señaló que la tarea en Valle Azul comenzó hace diez años con un grupo de 48 familias que comenzaron a levantar sus casas con la ayuda de este programa que cuenta con financiamiento de distintas organizaciones.
"Lo importante en este trabajo es que todos los beneficiarios colaboran en las tareas de construcción y una vez que las viviendas están terminadas se hace el sorteo, porque hasta ese momento nadie sabe cuál es el lote que le corresponderá" apuntó Inés Pérez.
Al mismo tiempo recalcó que la buena experiencia desarrollada "ha hecho que antes de que se termine el trabajo de un grupo, ya hay otro que está solicitando la ayuda".
Por otra parte reiteró que la acción de la asociación civil, básicamente está dirigida a la obtención mediante cesiones de las tierras, el aporte de materiales y la dirección técnica, mientras que el resto de los trabajos corre por cuenta de los beneficiarios de los planes.
A esto se suma el accionar de colaboradores que efectúan un relevamiento social de la localidad, y detectan los casos de mayor necesidad.
Por tratarse de un programa solidario, los requisitos de ingreso son mínimos, al igual que el reintegro por el aporte que efectúa la asociación civil. Cada beneficiario devuelve en cuotas el 15 por ciento del monto aportado en materiales –unos 5 mil pesos para una vivienda de 42 metros cuadrados cubiertos– para garantizar la continuidad del programa. Esto genera una nueva acción solidaria, ya que para poder cubrir las cuotas de las familias que no cuentan con recursos, los mismos beneficiarios organizan actividades que les permiten recaudar los fondos.
Pérez señaló que "nuestra asociación brinda apoyo cuando ya hay grupos organizados; priorizamos que tengan la voluntad de trabajar en conjunto y solidariamente. No vamos a ofrecer, sino que surge de la gente".
   
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