Sábado 22 de diciembre de 2001

 

Escasas reservas confirmadas en Las Grutas

 

Piensan que los turistas llegarán sin aviso previo.

  LAS GRUTAS (ASA)- La inquietud que embargaba a los comerciantes de esta villa a poco de inaugurarse la temporada veraniega -cuando se anunciaron las medidas tendientes a la bancarización propuestas por el hoy ex ministro Domingo Cavallo- se transformó de repente en extrema preocupación.
Todo indica que la gente que vacacione en esta villa en el mes de enero, saldrá de sus casas con el dinero justo y sin planear largos días de descanso: tomará sus bolsos en forma repentina y viajará a pasar un fin de semana al balneario más cercano.
Esto es de alguna manera mejor que permanezca todo el verano en su casa. Pero a este centro turístico esa espontaneidad lo perjudica, porque no tiene capacidad para alojar a los miles de visitantes que puedan llegar de golpe un viernes por la tarde o un sábado por la mañana, sin hacer las reservas correspondientes.
Durante años se intentó concientizar al veraneante que salga de sus lugar de origen con el alojamiento resuelto, para no correr el riesgo de ser estafado por el primer vivo que le ofrezca una pocilga por un precio alto y para no complicar a los oferentes serios que no pueden organizar su disponibilidad de plazas de la forma más conveniente.
Hay datos concretos que abonan los dolores del cabeza del sector privado. En otras épocas a principios de diciembre las inmobiliarias habían recibido entre un 30 y un 70 por ciento de reservas -entiéndase por ellas a aquellas por las que el interesado depositó a nombre de los propietarios el 50 por ciento de seña-. Sin embargo, este año solamente se reservó para enero el 5 por ciento de la capacidad de alojamiento de algunas de las inmobiliarias de la villa.
Un bajón estadístico notable que preocupa, no porque la gente no vaya a salir de vacaciones -ya que esas esperanzas se mantienen intactas en una amplia franja de operadores-, sino porque lo haga de forma abrupta, por muy pocos días y con el gasto extremadamente reducido. Esa situación generará escasos ingresos en muchos rubros -en especial el esparcimiento-, desorden para la obtención de alojamiento y un exceso de demanda en algunos días pico y mucha oferta libre en el resto de la temporada
En este cuadro inquietante, en el que los turistas no dan señales inapelables de su interés por vacacionar, muchos inversores se contagiaron y ante la falta de seguridad acerca de la recuperación del dinero desembolsado, optaron por no contraer deudas, esperar vientos de cambio y analizar cómo evoluciona la situación institucional y económica del país.
Cuando Cavallo anunció las nuevas decisiones económicas, un importante referente empresarial grutense le dijo a este medio: "A mí no me preocupan estas medidas, será cuestión de acostumbrarse a las tarjetas de crédito y débito y adecuarse a las circunstancias. Lo que podría complicar a Las Grutas sería un quiebre institucional, porque ahí sí la vamos a pasar feo".
El desgraciado pronóstico se dio y ahora los tiempos venideros no parecen ser los mejores de la historia del balneario, aunque como en todos los casos, la esperanza es lo último que se pierde.

Algunos datos alentadores

Ante tanto dato negativo Las Grutas mantiene algunos elementos que imprimen cierta confianza entre el empresariado y las autoridades. En primer lugar podría situarse la expectativa de que el tiempo continúe como hasta ahora. Todos los días de playa, el agua del mar siempre caliente y limpia, la suave brisa que no incomoda y las noches espectaculares para disfrutar al aire libre. Con buen clima, Las Grutas tienta a todos, y pocos veraneantes de la zona que cuenten con algunos pesos en el bolsillo podrán resistirse a hacer un viaje relámpago a disfrutar de estas playas.
Otra información interesante la da la simple mirada de la costa: cientos de personas caminan por la arena o se bañan en las aguas azules. La gente de a poco llega, busca un alojamiento y se instala a pasar este fin de semana.
Y por otro lado, la misma crisis amarga tiene un lado alentador. El turista necesitará por su salud mental, después de tanto desastre sucesivo, unos días de tranquilidad. No más problemas, paz y naturaleza, lejos del riesgo país, y de los saqueos.
Las Grutas es el lugar tranquilo y natural por excelencia, donde los veraneantes, en pleno centro del balneario o en alguna playa alejada pueden mirar el mar, poner la vista en blanco y pensar solamente en la belleza del golfo.
   
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