Jueves 20 de diciembre de 2001 | ||
De "sabedoras" de oficios y usos del campo, a "navegantes" virtuales |
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MANZANO AMARGO (ACHM)-La Escuela Albergue 253 del paraje Manzano Amargo cobija a niños para quienes concurrir a estudiar se traduce en recorrer de a caballo, por senderos de cordillera, el camino que conduce desde su casa hasta la escuela y sortear además los cordones montañosos, los ríos y las inclemencias climáticas. Este es el caso de Marta y Cristina Morales, dos hermanas que deben recorrer 30 kilómetros a caballo desde el paraje El Huemul a la escuela de Manzano Amargo. Entre miradas picarescas, las jóvenes relatan el camino que deben recorrer los lunes para llegar hasta la escuela y los viernes para regresar a su humilde hogar donde las esperan sus padres Pablo y María Inés, además de sus hermanos Andrés, Lázaro, Deba, María, Raquel, Mirta y Daniel. Los lunes, mientras toma unos mates que le prepara su esposa, Pablo prepara el caballo que será utilizado por sus hijas Marta de 14 y Cristina de 13. "Enancadas en el caballo" y con la compañía de algún familiar las chicas recorren el sendero que conduce a la escuela y que les demanda más de 3 horas de viaje hasta llegar a la margen izquierda del río Neuquén. Allí dejan el caballo, cruzan la pasarela y caminan unos 500 metros mas para llegar al establecimiento. El caballo es regresado al hogar por quien las acompaña. El haber nacido en un hogar de crianceros hace que conozcan a la perfección el trabajo de campo y el cuidado de los animales. Recientemente ayudaron en la parición, pero además saben trabajar la huerta, hacer quesos caseros, tejer en telar o "a palillos" medias, matras, caminos y peleros de lana de oveja. Muchos de estos productos, cuya enseñanza es un legado de su madre, son vendidos para ayudar en la economía familiar. Los ponchos de lana y las rodilleras de cuero son elementos indispensables para hacer frente a las duras condiciones climáticas, especialmente para el inicio y finalización del ciclo lectivo del período septiembre mayo, dado que en ambos meses la nieve es uno de los principales obstáculos. Ayer, Marta, que concurre a séptimo grado tuvo la posibilidad de acceder junto a 11 niños a una clase de computación y emocionada relataba: "Me sirve para comunicarme con personas lejanas", ya que fue la primera que pudo "navegar" cuando se puso en marcha el sistema. Foto: Marta y Cristina Morales. Su hogar queda a 30 km de la escuela. |
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