Lunes 17 de diciembre de 2001

 

Secundarios investigaron el impacto de los "híper"

 

Alumnas del CPEM 29 suman ideas a un tema de actualidad. Señalan cambios de hábitos en el consumo y en materia laboral.

  NEUQUEN (AN).- Ni los molinos de viento que Alonso Quijano confundió con monstruos ni los espacios posmodernos asociados con el Nirvana consumista. En el medio, los hipermercados que desembarcaron en Neuquén produjeron impactos en la vida cotidiana, cambiaron hábitos y días de compra y venta de la gente, modificaron los regímenes laborales de los empleados de comercio, absorbieron una demanda que antes atendían los comercios chicos y tradicionales y las cadenas de supermercados locales y transformaron el paisaje urbano.
Esas mutaciones, propias de la última década del siglo pasado, merecieron el análisis de dos chicas de quinto año del CPEM 29, un establecimiento secundario emplazado en el barrio Canal V. Según el programa, los alumnos realizan una pasantía laboral antes de finalizar su ciclo y en una actividad vinculada con la orientación elegida. Malén Apolonio (18 años) y Carolina Lima (17), por cuestiones administrativas eligieron realizar un trabajo.
La orientación contable-económica las decidió por los hipermercados como nueva forma de comercialización en la provincia, y el alto impacto producido.
Así, reunieron material de diferentes ángulos: consultaron legislación vigente -nacional, provincial y municipal-; reglamentaciones en el país y en el exterior para estas grandes cadenas; debates sobre "regulación sí, o regulación no"; las hipótesis barajadas por los estados al momento de otorgar las licencias. Descubrieron una serie de asimetrías -por ejemplo, presión fiscal diferente sobre los grandes comercios y los pequeños, con desigualdades para estos últimos- que analizaron con concejales, gerentes de los establecimientos en el nivel local, dirigentes sindicales, funcionarios y bibliografía.
La investigación les demandó un mes y medio y hace dos semanas se lo entregaron a la concejal Betty Kreitman, que lo apoyó calurosamente, y a los integrantes del Centro de empleados de comercio y del Frente del comercio en lucha. La primera conclusión es que "es necesario imponer ciertas regulaciones: ubicación, horarios, regímenes laborales o productos que se venden", dijo Apolonio.
Analizaron también los registros del Indec sobre las ventas en los supermercados: en Neuquén, en junio pasado "hubo una mejora de casi el 13% con relación al mismo mes del año anterior debido principalmente al incremento del 20% en los clientes que optaron por los grandes establecimientos", dicen en el informe, pese a que la población no aumentó considerablemente. También detectaron que los consumidores eligen los hipermercados a la hora de decidir dónde comprar electrodomésticos. En el lapso analizado -junio 2000 a junio 2001- los establecimientos aumentaron en el país de 36 a 39.
Estos "grandes formatos comerciales", explican las chicas, tuvieron un efecto negativo porque povocaron "la desaparición de los negocios de proximidad". Esa ausencia, aseguran, "genera el oscurecimiento de las calles y sus consecuencias inmediatas -inseguridad, suciedad, degradación-" y se desertizan los cascos urbanos y los centros históricos. "Se alejan los artesanos, los colegios, los cines y los profesionales", y los ciudadanos "deciden emigrar a otros lugares más limpios y seguros: los barrios cerrados". También cuestionan la relación con los productores locales, a quienes les prometen comprar la producción, para que "puedan salvarse", pero por lo general "lo que pagan por esa producción no alcanza para cubrir los costos de los pequeños y medianos empresarios".
Con el paso del tiempo, concluyen, los hipermercados "van aspirando a los pequeños y medianos comercios" que terminan con el cierre de sus puertas por su impotencia para competir con esas estructuras. En estos casos se requiere la intervención del gobierno para regular esas cadenas, tanto en lo laboral como en la cuestión fiscal.

Un capítulo dedicado a analizar la incidencia en el campo laboral

NEUQUEN (AN).- El desembarco de los hipermercados modificó, además de las costumbres de los consumidores, los esquemas laborales de los trabajadores. En esta ciudad, "el promedio de despidos de la actividad mercantil durante octubre y noviembre de 1999 fue de quince empleados por día, según datos del Centro de empleados de comercio", dice la encuesta de las chicas del CPEM 29.
"Las condiciones de empleo que imponen estas cadenas comerciales dejan indefensos a los trabajadores", continúan y explican que "una rápida mirada sobre lo que ocurre en el resto del mundo nos puesta que la extensión de la jornada laboral en Argentina es superior a la de los países desarrollados, y en su gran mayoría no existe diferencia salarial". Tras reseñar las discusiones y polémicas en varios países sobre la regulación o desregulación de las jornadas laborales y de las restricciones a la circulación de determinados productos o grupos de artículos en las grandes superficies -desde la semana de 35 horas en Francia a la prohibición japonesa de vender productos frescos-, el análisis menciona los controles de la cartera laboral "para evitar abusos y mejorar la distribución del trabajo, haciendo cumplir las 48 horas semanales, ya que actualmente se trabaja de 50 a 60 horas por semana".
El trabajo alude a la "desintegración que implica el tener que trabajar domingo, feriados y, en el mejor de los casos, descansar un día de la semana mientras el resto de la familia cumple con sus actividades cotidianas". La flexibilización laboral permite hablar de "contratos basura" en la actividad, que no son consecuencias "inexorables" de un nuevo ordenamiento mundial. Tampoco se trata de desconocer "otros puntos de vista que consideran a estos centros de consumo como una fuerte impronta cultural incorporada masivamente por la población neuquina y aledaña".
Hablan también de "una conmoción global" en el mundo del trabajo que se dirime entre dos alternativas: el exceso del trabajo y el desempleo, consecuencias de "esta nueva etapa evolutiva del sistema capitalista, denominada globalización", que supone un impacto sobre el territorio asignado a la vida privada.

Foto: Los hipermercados agregaron nuevas costumbres a los consumidores.

   
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