Domingo 16 de diciembre de 2001

 

Las tempestades sísmicas de la historia

 

Importantes civilizaciones fueron destruidas por los terremotos.

  Cataclismos naturales como los terremotos, y no las guerras, provocaron la caída de importantes civilizaciones desde Micenas hasta el Imperio Maya, según estudiosos norteamericanos que están reescribiendo capítulos de la historia a partir de nuevos conocimientos geológicos. Esta conclusión satisface completamente el interrogante que, según Amos Nur, docente de geofísica de Stanford University, inspiró la investigación: cómo es posible que la caída de tantas civilizaciones está ligada a la casi completa destrucción física de los asentamientos urbanos.
El mejor ejemplo son las civilizaciones de Micenas y Troya, barridas de la tierra sobre la que habían surgido en el arco de un tiempo alrededor del 1.200 a.C. El examen geológico, subrayó Nur durante la reunión del American Geophysical Union que se realiza en San Francisco, muestra que la región estuvo a merced de una suerte de "tempestad sísmica" (una larga serie de sismos cercanos en el tiempo) ocurrida entre el 1225 y 1175 antes de Cristo.
El gran cataclismo no es tal vez la única causa pero ciertamente contribuyó de manera determinante, afirmó Nur, que admitió sin embargo que por ahora su teoría se basa en elementos asociativos más que en comparaciones verificables. Igualmente parece natural pensar que algo capaz de destruir palacios y monumentos, por comenzar las sedes del poder, pueda precipitar situaciones de crisis en civilizaciones ya en decadencia. Esta explicación parece además tener más entidad que la que imputa las caídas de las grandes civilizaciones mediterráneas pregriegas a un fantasmal "pueblo del mar", es decir bandas de piratas que por decenios habrían aterrorizado a la región.
Robert Kovach, un colega de Nur en Stanford, empleó el mismo argumento para la civilización Maya, fijando un momento de crisis central a fines del IX siglo después de Cristo, cuanto imprevistamente se transformaron en abandonadas florecientes ciudades como Quirigua y Benque Viejo, no lejos de la zona de las fallas de Chixoy Polochic y Motagua, afectadas en ese período por un movimiento telúrico de enormes proporciones.
La teoría de Nur es también suscripta por Manika Prasad, del Laboratorio de física Rock de Stanford, para explicar el derrumbe de la civilización de Harappa, surgida alrededor del 3.000 a.C. y que desapareció de manera repentina en el 1.900 a.C. en la parte alta del Valle del Indo, justamente en ese período sacudida por una serie de fuertes sismos. (ANSA)
   
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