Domingo 16 de diciembre de 2001

 

Chicos les buscan hogar a perros abandonados

 

"No al abandono, sí a la adopción responsable. No al sacrificio, sí a la esterilización masiva y continua" es la consigna con la que trabajan adolescentes de dos colegios de Cipolletti.

  CIPOLLETTI (AC).- "¿Si quiero qué?", pregunta, sorprendida, María Pía, por el intercomunicador de su amplio semipiso, mientras cerquita un coqueto pequinés se regodea en la mullida alfombra del living, amo y señor del lujoso territorio.
"Un perrito, señora, un perrito", musita desde abajo la voz de una adolescente.
"No, querida. Pero en la casa de al lado puede ser que sí", responde la bella mujer de unos 45 años, cabello rubio hasta la cintura, mientras piensa, mirando a su mascota "no te voy a ser infiel, quedate tranquilo", pero a la vez dándole una salida a la inquietud de la niña.
El diálogo, uno entre tantos, se corresponde con la solidaria campaña que están llevando adelante alumnos de dos colegios, uno público y otro privado, en apoyo de la Asociación Protectora de Animales de Cipolletti, ubicando perritos abandonados, o que están en la hipersaturada guardería canina que funciona en un predio de Servicios Públicos del municipio.
El caso es que las profesoras Andrea Villar, del Instituto Julio Krause, y María Stierli, del CEM 17 "Patagonia", juntamente con alumnos de las primeras escalas del nivel medio, han emprendido la loable iniciativa de ubicar en casas de familia a perros que ya no tienen lugar en la guardería y a los que recorren las calles, solos o en abigarrados grupos, en un espectáculo que no es el más saludable para una comunidad, y no sólo por el aspecto estético.
"No al abandono, sí a la adopción responsable. No al sacrificio, sí a la esterilización masiva y continua", es uno de los lemas de esta gente que le está poniendo fuerza y sangre nueva a una institución señera -APRA- pero que hasta hace no mucho se debatía en el dilema del ser o no ser, porque sus integrantes se sentían impotentes frente a la indiferencia y al cúmulo de problemas. Si no, que lo digan Isabel y Mabel, dos damas emblemáticas que tanto hicieron y siguen haciendo por los perros abandonados y para proteger la salud de los cipoleños.
Andrea Villar, con sus alumnas Sasha Bueti y Tania Echegoyen, las dos de 13 años, y María Stierli, con Roxana Comar (14) y Valeria Baronobeik y Aitué Domínguez (13) contaron al periodista las instancias de una campaña que ha sellado un pacto de amor con el perrito callejero, ese que siempre es llamado "el mejor amigo del hombre" pero que a veces se lo desampara con un trato de enemigo.
Las profesoras sostienen que la campaña de apoyo a la protectora "nació del interés de los chicos ante las propuestas relacionadas con la tenencia responsable de mascotas, la problemática de los animales abandonados, los deberes humanos para con ellos y la necesidad de esterilizaciones masivas".
Y los chicos dijeron lo suyo, unos porque los impactó un video de matanzas indiscriminadas que les mostró María, y otros por el proyecto que está desarrollando Andrea.
La actividad contempla la difusión de afiches alusivos a la tenencia responsable. "Si usted abandona un animal porque estorba, sus hijos aprenderán la lección. Cuando usted sea viejo y estorbe, ellos podrían recordar la enseñanza", proclama, con una contundencia implacable, uno de esos papelitos que los pibes dejan por todos lados.
En el Paseo de la Familia, en el corazón del centro cipoleño, ya forma parte del paisaje cotidiano la actitud de los estudiantes con perritos en los brazos, o colocados en cestillas, o ubicados juntitos sobre el césped brillante, ofreciéndolos al vecindario. Unos se paran, acarician al perrito que los atrae, y se lo llevan, los más acicateados por el "dale, papi, lo quiero" de los chicos para quienes una mascota es un amigo inseparable, tal vez un tesoro más apreciado que el mejor juguete.
Otros miran, y siguen. Lo cierto es que la actitud de profesoras y alumnos merece respeto, consideración y apoyo. Aún en los tiempos más difíciles, de bolsillos flacos y esperanzas acotadas, un poquito de amor a los animales puede ser también un bálsamo para el espíritu, y una ayuda para que los cachorros, y los más grandes, de miradas vivas y patitas inquietas, también tengan su lugar en el mundo.

Foto: En Cipolletti hay un pacto de amor con el mejor amigo del hombre: detectan hogares para los perros abandonados en la ciudad.

   
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