Lunes 10 de diciembre de 2001

 

Casi 400 chicos se quedarían sin almuerzo en Viedma

 

Durante 15 días de enero cierran comedores en los barrios Lavalle y Mi Bandera de Viedma. Para muchos chicos, la comida que allí se sirve es el único alimento que ingieren en el día.

  VIEDMA (AV)- Casi 400 chicos de humilde condición podrían quedarse sin el principal sustento alimenticio que reciben diariamente del Estado, como consecuencia del receso oficial que se avecina.
Se trata de niños que habitan los conglomerados urbanos de Lavalle y Mi Bandera, dos barriadas que habitualmente se convierten en el fiel reflejo de la crisis en la que está sumida la capital rionegrina a partir de altos índices de desocupación.
Este nutrido grupo -que va desde los cuatro años hasta entrada la adolescencia- recibe apoyo alimentario durante el ciclo escolar con la habitual copa de leche y luego el almuerzo.
Estos sustentos que consigue merced a la inversión de los Estados provincial o municipal son casi los únicos, por cuanto en la vivienda que los niños habitan junto a su familia proliferan las carencias al punto tal que por las noches sólo puede haber en sus mesas, algo de mate cocido y un poco de pan duro. En caso de una restricción, sus estómagos sufrirán las consecuencias porque tampoco tienen garantías de alimentarse durante los sábados y domingos.
Quien mejor explica este tipo de cosas, es Susana Salamanca, la presidenta de la Junta Vecinal del Barrio Lavalle. Indicó que si bien se consiguió apoyo desde Acción Social de la provincia -habitual abastecedor de materia prima- a partir de sobrantes de comida deshidratada recuperada de comedores escolares, advirtió que durante los primeros 15 días de enero -en el que se profundizará el receso- sólo se les podrá dar el desayuno a los 185 niños que concurren al comedor de esa sede.
"Nosotros en ese lapso -se conformó- le pondremos brindar la copa de leche y desde el 15 de enero estaríamos ya con la remesa de comida para poder continuar las actividades durante el verano".
Advirtió que "si en esos primeros 15 días decidimos dar el almuerzo, no lo podremos continuar en el resto de enero y febrero, pues la demanda nos superará porque cierran los comedores (escolares) y en consecuencia nuestra infraestructura de cocina no dará abasto".
Agregó que "pensándolo racionalmente nos veríamos desbordados" pero "si nosotros damos la leche a la mañana estaríamos cubriendo algo, dado que la Junta Vecinal del barrio Mi Bandera brindará el refrigerio de la tarde, y estaríamos equilibrando y compensando" las necesidades.
La Junta Vecinal del barrio Mi Bandera que creció junto al Lavalle, a fines de la década del "80, reúne en las mismas condiciones a casi 200 chicos. Para peor, las demandas se siguen incrementando. Las familias requieren cada vez más de los servicios de comedor, y la muestra es la nota que Salamanca recibió días atrás un ruego por escrito de una madre en la que pidió que su hijo sea atendido porque en su familia viven 16 en una sola habitación y ninguno trabaja.
   
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