Domingo 30 de diciembre de 2001

 

Verani seguirá gobernando con el veranismo

 

Lo ratificó ayer ante un pedido de su vice de abrir el gobierno.

  El gobernador Pablo Verani se negó ayer a conformar un gobierno de coalisión para superar la crisis. El pedido lo había formulado rato antes el vice Bautista Mendioroz, al reclamar abrir el Ejecutivo y darle caracter de coalisión.
Esta definición fue la única conclusión derivada de la asamblea que reunió ayer en Viedma a los principales referentes radicales.
Esa resolución provincial emergió de un pretendido debate que sólo quedó en las exposiciones aisladas. Es cierto también que se transparentaron en ese ámbito las serias diferencias de Verani y Mendioroz.
La decisión más clara se centró en el mandato que asumió el radicalismo de Río Negro: se opondrá a la convocatoria de las elecciones y propone la abstención si finalmente hay comicios presidenciales. (ver aparte).
El encuentro congregó a un centenar de radicales entre diputados, intendentes, concejales y dirigentes de comités.
Verani intentó dejar el debate rionegrino para otra oportunidad y para eso habló en el inicio de la situación nacional y anunció su retiro con intendentes para acelerar la distribución de los planes laborales. No fue posible. Los dirigentes no veranistas reclamaron su permanecía, entonces el gobernador volvió al Salón Penitenciario. Dos mujeres -Verónica Alduvino y Laura Siera- fueron las que inicialmente lo increparon por su abandono y, después, Oscar Machado lo acusó de "rehuir el debate". Verani se quedó pero dedicó media hora a evaluar con los intendentes -casi todos de su propio riñon- si permanecía o se retiraba del cónclave.
El mandatario regresó por la presión originada en los extraños pero, aún así, poco más pasó en las restantes tres horas de la cumbre. Cada exponente habló de lo suyo.Tampoco sobraron críticas directas al gobierno, salvo Mendioroz. Tampoco Verani se ocupó de responder los cuestionamientos y sólo se referenció a planteos puntuales de acciones de gobierno, como hospitales, fruticultura, energía y otros tantos. El gobernador terminó y se fue sin mayores trámites.
Así, no hubo debate aunque Verani habló por más de una hora para reiterar su pensamiento y procurar desacreditar las criticas con algo de información nueva.
Salvo aquella irrupción temperamental de algunos cuando el gobernador intentó irse, las criticas no veranistas se resumirían en los dichos de Fernando Chironi y Víctor Medina. Aquel pidió más apertura y reclamó consolidar al radicalismo con el cumplimiento de los acuerdos políticos (fue la única elíptica referencia al polémico debate por el recambio de Delia Dieterle por Miguel Machado). La discusión interna tampoco se dio porque pocos fueron los hombres de Verani que dijeron lo suyo. Miguel Saiz negó que se rehuya el debate pero pobre aporte hizo para alentarlo. En realidad, los no veranistas debían promoverlo y, hasta entonces, el sector poco se había animado.
Mendioroz transparentó sus diferencias con Verani en ese escenario partidario. La expuso con crudeza y, según él, esas criticas se las planteó "más de una docena de veces a Pablo". Entre muchos reclamos, el vice dijo que ambos perdieron "la capacidad de acordar", pensó en "un proyecto progresista" y pidió "un gobierno de coalición". Después, Verani respondió que "no habrá cogobierno" y que seguirá reuniendo sectores, escuchando pero él gobernando. (AV)

El clima

Contrapunto. Verani y Mendioroz consultaron -en varias oportunidades- al auditorio para ratificar sus opiniones y convicciones. El vice desafió: "quiero que alguien mencione un sólo hecho de deslealtad del vicegobernador". A su turno, el gobernador recordó: "la Legislatura aprobó y aplaudió de pié cuando la ERSA se privatizó". Sin mayores menciones, esa alusión referenció a las criticas que recibe por la política energética.

Catarsis. El calor asfixiante obligó -oportunamente- a la salida de dirigentes radicales en la búsqueda de aire fresco. La ocasión también servía para exponer quejas que no podían o no querían exponer en la asamblea. Así, los cronistas -que seguían el debate desde las ventanas- fueron testigos de alguna que otra catarsis.

Asistencia. Llamativa fue la ausencia de los ministros. Sólo concurrió la mandamás de Educación, Ana Mázzaro. faltaron varios intendentes y fue buena la presencia de los diputados y perfecta asistencia de los legisladores nacionales.

   
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