Domingo 30 de diciembre de 2001

 

Bariloche necesita 3.000 planes de empleo para paliar la crisis

 

El trabajo estacional, impulsado por el turismo, dejó este año a mucha gente sin ocupación. Bajó la construcción.

  SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La desocupación se agudizó producto de la virtual desaparición del empleo estacional golpeando con fuerza en los sectores medios y bajos de la ciudad que dependían de las temporadas turísticas para sostenerse el resto del año. En este panorama la contención social instrumentada desde el municipio apenas alcanza a cubrir el "día a día".
El creciente desempleo es fruto de la fuerte retracción de la actividad turística, que se enfrenta a una de las temporadas altas más inciertas de los últimos años, y la parálisis de la construcción que en esta época del año aportaba un importante caudal de puestos de trabajo.
La secretaria de Desarrollo Social del municipio, Elsa Palomo, señaló a "Río Negro" que "en los últimos dos meses se aceleró muchísimo el proceso de exclusión" laboral producto de la falta de trabajo genuino. "El empleo temporal, de cual vivían muchas familias, disminuyó de tal manera que ya casi no existe" explicó.
La funcionaria estimó que para paliar la situación "harían falta 2.000 a 3.000 puestos (de empleo subsidiado) para Bariloche y eso es lo que se recibió para toda la provincia" de Río Negro, en el marco de las medidas sociales instrumentadas por el gobierno provisional de la Nación.
A la escasez de cupos se suma la incertidumbre por la falta de información sobre las condiciones que regirán los nuevos planes nacionales.
El sombrío panorama social que afecta a la ciudad excede largamente la crisis institucional y financiera que atraviesa el municipio, cuya resolución no cambiaría significativamente las consecuencias de la profunda recesión local.
El municipio logró saldar el viernes parte del mes de noviembre -50 pesos por trabajador- a los beneficiarios de los planes municipales "manos a la obra" y "madres cuidadoras".
Con este pago se buscó garantizar la reactivación de los centros infantiles, reducidos a comedores durante las más de dos semanas que duró el paro del personal municipal.
Ayer fue el turno de los trabajadores subsidiados por la provincia que recibieron 30 pesos en vales alimentarios, adelantados por el municipio para paliar la demorada cancelación de los haberes de noviembre mientras se define si serán descontados cuando el gobierno rionegrino abone los saldos pendientes.
"En medio de esta situación estamos cubriendo solamente el día a día" reconoció Palomo.
Paralelamente comenzó la distribución de unas 3.000 bolsas de alimentos a las familias más carenciadas, para reforzar las 5.000 raciones entregadas antes de la navidad por el Comité de Emergencia Social con las donaciones realizadas por supermercadistas y algunos particulares.
A diferencia de la semana pasada, la asistencia alimentaria fue aportada por el Estado provincial -15 mil kilos de víveres de primera necesidad- y el reparto se realiza bajo estricto control del municipio y las juntas vecinales para cubrir el faltante de casi 2.000 raciones.
"Creo que va a ser suficiente, le pedimos a las juntas vecinales que se entregue estrictamente a los más carenciados y sólo se entregará una bolsa por familia, con padrón y firma" explicó Palomo, al tiempo que destacó que cada bolsa tendrá un pan dulce aportado por el municipio.
   
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