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Domingo 30 de diciembre de 2001 | |
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Sin respuestas oficiales, el corazón de Cristian dejó de latir |
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Murió el joven viedmense que no recibió una operación a tiempo |
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| ROCA (AR).- Finalmente pasó lo peor. Cristian Contreras murió porque no soportó el segundo derrame cerebral luego de permanecer internado tres semanas en el hospital de Roca sin ser intervenido. El corazón del joven viedmense de 24 años dejó de latir en las últimas horas del viernes. Había quedado en estado vegetativo por no haber sido operado a tiempo de una aneurisma . Esa misma noche, sus familiares retiraron el cuerpo del nosocomio y lo trasladaron hacia la capital provincial, donde ayer fue velado en medio de un profundo dolor e indignación. La partida de los restos transcurrió bajo los mismos interrogantes planteados por la familia cuando les informaron del cuadro irreversible. Hasta ayer, ningún médico o funcionario a cargo del sistema público de salud en Río Negro explicó cuáles fueron los motivos que llevaron a la postergación de la intervención. Este diario intentó comunicarse ayer con el secretario de Salud de la provincia, Mario Rivoire, pero el contacto no fue posible. Lo mismo ocurrió con distintos integrantes del Consejo de Salud Pública y el "Francisco López Lima". A través de una fuente extraoficial trascendió que la ausencia de insumos médicos en el centro privado de Cipolletti que llevaría adelante la operación para solucionar los efectos de la aneurisma en el joven habría generado el fatal atraso. Sin embargo, Valentín Contreras -hermano de la víctima- había asegurado el viernes que en la misma sede del Ministerio de Salud, un alto funcionario le dijo que Cristian no podía ser operado porque la clínica cipoleña reclamaba el pago de una deuda al Estado rionegrino antes de brindar la prestación. Cabe recordar que entre las idas y vueltas que dio la familia del joven durante los 21 días en Roca se enteraron que habrían llegado 50.000 pesos y hasta hubo un turno asignado para la intervención quirúrgica, pero el muchacho jamás ingresó a un quirófano. La impotencia aumentó cuando constataron el estado de la habitación en la que permaneció internado Cristian y las escasas atenciones que el personal del "López Lima" pudo brindar ante la crisis de los hospitales en la provincia. Además de quejarse porque "le daban sólo una palangana con agua para que se bañe", el cuñado de la víctima había contado que mientras visitaba al marido de su hermana pasó a un baño y le quedó una ingrata sensación: "si vas al baño de un boliche un sábado a la noche lo ves más limpio", graficó. Antes de recibir el parte que informaba sobre el deceso de Cristian, la familia tuvo que soportar un verdadero masazo. Fue cuando un neurocirujano revisó al muchacho tras el segundo derrame y les confirmó que no habían chances de mantenerlo con vida. Eso ocurrió alrededor de las 13 del viernes. El desconsuelo se apoderó de ellos durante toda la tarde y se potenció al escuchar la peor noticia, cuando en Roca el sol estaba cayendo. En medio de la tristeza realizaron los trámites para retirar el cuerpo. La lluvia de la noche hizo más triste el regreso a Viedma, sobre una ruta en la que viajaban tres personas destruidas, una víctima inocente y ninguna respuesta a tanto dolor. |
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