Después de los saqueos: "No teníamos cómo contener tantos focos"

El jefe de la Policía, Juan Carlos Lezcano, dijo que la fuerza trabajó con los recursos necesarios, pero que no tenía "ni el personal ni los medios para contener tantos focos de violencia".

NEUQUEN (AN).- El sonido de las balas de goma comienza lentamente a disiparse y el aire en las calles del oeste neuquino se renueva para dejar atrás las nubes de gas lacrimógeno que cubrieron la zona. Con un poco más de oxígeno, el jefe de la policía provincial, Juan Carlos Lezcano, hizo un paréntesis para evaluar el accionar de los uniformados durante los acontecimientos tras las intensas jornadas de violencia que estremecieron esta capital.
En diálogo con "Río Negro" la máxima autoridad de la policía neuquina, desde diciembre de 1999, se mostró aún sorprendido por el efecto cascada que adquirió la ola de saqueos en los locales comerciales de Neuquén capital, sobre todo, en la cadena de supermercados Topsy-Bomba.
De todos modos, defendió el operativo desplegado para contener los ataques y aclaró que en ningún momento se privilegió la seguridad de un sector (por los hipermercados) para desproteger a otro. "Nosotros trabajamos con los medios suficientes, pero estamos preparados para determinadas circunstancias -subrayó-. Pero no tenemos ni el personal ni los medios para contener tantos focos de violencia".
-¿Alguna vez pensó que esta capital sería el epicentro de hechos de violencia de tal magnitud como los que ocurrieron en las últimas horas?
-No... Hemos tenido hechos de violencia de distintas características, pero esta situación es inédita.
- ¿En su opinión qué es lo que ocurrió?
-Esto se debe analizar en un contexto más amplio. En principio, la policía, que debe preservar el orden, está organizada para actuar en un determinado contexto, en una comunidad donde, sin embargo, hay desobediencia, pero al mismo tiempo, hay una institución para actuar en consecuencia. Pero lo que ocurrió en estos días se salió totalmente de ese marco. En esas circunstancias no hay posibilidades de contener una situación de esa magnitud.
-¿Se sintieron desbordados por los acontecimientos?
-Ocurrieron muchos hechos de violencia, pero no nos sentimos desbordados.
-¿Y cómo se explica la ola de saqueos?
-Porque se perdió el pacto de respeto y solidaridad mínimo y así es muy difícil contener tantos focos. Acá fueron vehículos a cargar mercadería, gente organizada para robar. Nosotros estamos preparados para determinadas circunstancias, no tenemos el personal y los medios para contener tantos focos de violencia. El hombre de la comisaría no está preparado para actuar con gases lacrimógenos, sino para hablar con los vecinos; hay otros profesionales para esa acción.
-¿Se privilegió la seguridad de los hipermercados en el operativo?
-No es que se haya privilegiado a determinados sectores. Fueron las circunstancias del momento. Teníamos personal en todos los lugares, estaban hasta los de tránsito colaborando, y estuvimos defendiendo más de 24 horas a los vecinos y comercios. Hoy tenemos 28 policías lesionados entre Neuquén capital y Centenario.
-Desde algunos sectores sociales se criticó el accionar policial por el nivel de violencia desplegado. Incluso hubo casos de personas que fueron alcanzadas con balas de goma y no participaban de los saqueos.
- Es posible que haya ocurrido, pero es inevitable en esas circunstancias. De todos modos no se persiguió a nadie; si en la corrida nos encontramos con alguien le pido disculpas.
Gracias a Dios a pesar de que fueron varias las horas las que se usó la fuerza no lamentamos lesionados.

El fantasma de nuevos desmanes mantiene en vilo a los vecinos

NEUQUEN (AN).- En algunos puntos del oeste de esta capital aún no se duerme. Allí, el caos social y la amenaza de perder lo poco que se ha logrado en años de sacrificio es el cóctel perfecto para encender la chispa del enfrentamiento de vecinos contra vecinos, tras la ola de saqueos que devastó esta semana la ciudad. Es una dramática película que durante la madrugada de ayer provocó el primer herido grave en el barrio Gran Neuquén Norte. Se trata de Juan López, de 42 años, quien en una pelea con un vecino terminó internado con un traumatismo de cráneo en el hospital Castro Rendón donde fue intervenido quirúrgicamente.
La escalada de violencia, además, mantuvo en vilo a cientos de vecinos del barrio Gran Neuquén Norte, San Lorenzo, Gregorio Alvarez, entre otros, que no pudieron conciliar el sueño a raíz del asedio constante de grupos de jóvenes que amparados bajo las sombras de la noche provocaron la alarma entre los pobladores.
La supuesta ola de saqueos atemorizó a los vecinos que recurrieron a cualquier instrumento para repeler cualquier agresión contra ellos y sus viviendas.
El nivel de tensión que se vive en esta zona de la capital satura los teléfonos de la comisaría18. Al respecto, el comisario Rolando Figueroa dijo que recibieron numerosos llamados que daban aviso sobre inminentes asaltos, pero en su mayoría, fueron una falsa alarma. Con todo, las autoridades policíales ayer no tenían registrada ninguna denuncia por saqueos.
Distinta fue la suerte de López. Aunque en este caso, el alcohol y viejas riñas jugaron a favor del violento desenlace.
El hecho que ocurrió cerca de las 3 paralizó a los vecinos de la calle Rodhe del barrio Gran Neuquén Norte. Para los uniformados, no obstante, ingresar al lugar no fue nada fácil porque fueron recibidos con una lluvia de piedras que los obligó a replegarse.
A todo esto fue la ambulancia del hospital Horacio Heller la que rescató al hombre -que se había caído y golpeado con una piedra- para luego trasladarlo hasta el Castro Rendón. Por el hecho, hasta ayer, había un detenido.
Por otra parte, ayer al mediodía se vivieron minutos de intenso nerviosismo cuando una columna de desocupados avanzó desde el oeste de la ciudad hacia el centro. De inmediato, corrió el rumor entre los vecinos que se acercaba una horda en dirección a un supermercado del alto y el pánico se apoderó, sobre todo, de los comerciantes que se apuraban a bajar las persianas.