Sábado 22 de diciembre de 2001
 

Entrega de alimentos frenó nuevas manifestaciones de protesta en Roca

 

Hoy seguirán repartiendo en numerosos barrios.

  ROCA (AR)- Un importante operativo de asistencia con alimentos impidió a tiempo que Roca se convirtiera nuevamente ayer en escenario de violentos enfrentamientos entre la Policía y vecinos dispuestos a saquear supermercados y comercios.
Durante toda la tarde, camiones de Acción Social del municipio llevaron hacia los barrios de la ciudad miles de bolsones con comida y anunciaron que el reparto de mercaderías continuará hoy durante todo el día en la zona rural. Concretamente, la comuna informó que hoy habrá asistencia desde las 7 en Stefenelli, El Progreso, J.J. Gómez, 260 Viviendas, Villa San Martín y El Petróleo.
Luego de una madrugada sin incidentes y una mañana tranquila, las primeras horas de la tarde mostraron mucho movimiento en sectores de la periferia, desde donde llegaban a los supermercados insistentes rumores sobre la organización de grupos para arribar al centro en busca de víveres.
Patrulleros y camionetas pobladas de uniformados recorrían la ciudad anoche para asegurarse de que no se repitieran los violentos episodios del jueves, cuando decenas de personas -en su mayoría jóvenes- saquearon locales y destrozaron vidrios en el municipio, entre otros desmanes.
Precisamente sobre los disturbios, numerosas fuentes confirmaron ayer que hubo quienes se dedicaron en las horas previas a la movilización del jueves a recorrer barrios y ofrecer entre 10 y 40 pesos más las mercaderías que entregaran para que produzcan incidentes.
Sin embargo, las acusaciones entre dirigentes gremiales fueron cruzadas y hasta anoche las culpas seguían repartiéndose hacia adentro, pero sin hacer públicas las responsabilidades.
En este sentido, el intendente Ricardo Sarandría confirmó ayer que presentará una denuncia penal por los daños ocasionados al edificio comunal. En total, fueron 150 los metros cuadrados de ventanas perdidas, que costarán más de 3.000 pesos. El jefe comunal manifestó la intención de reparar los daños, aunque advirtió un inconveniente, ya que en la ciudad ayer no se conseguían vidrios.
"Es un acto de destrucción de un edificio público que está solventado por los contribuyentes y nosotros no podemos dejar de hacer la denuncia", indicó Sarandría, quien informó que en las próximas horas "la denuncia podría ser ampliada de acuerdo a testimonios, sobre los que tene-mos que corroborar su autenticidad y que aseguran que hubo instigadores que pueden ser identificados y acusados".
Sarandría envió anoche un fax al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación para reclamar mayor ayuda alimentaria, al mismo tiempo que dispuso la donación de su aguinaldo y el de secretarios y directores para afrontar el pago del aguinaldo a los empleados municipales. Esta decisión tiene que ver con la imposibilidad de abonar el 20 % en tickets y la necesidad de hacerlo en efectivo. El 80 % restante se canceló en Lecop.
En tanto, un vecino de la ciudad tuvo la valentía de hacer público su malestar luego de observar cómo tres jóvenes se acercaron sucesivamente al titular de la Asociación Bancaria, Juan Carlos Becerra, primero para pedirle alimentos y luego para preguntarle "¿qué pasó con los huevos?" y "¿cuándo vamos a romper el Boston?" ..
Otro de los acusados de incitar a los violentos fue el dirigente peronista Rodolfo Ponce de León. Mientras que una fuente aseguró que lo vio con piedras en la mano frente a la municipalidad, otra indicó que presenció el momento en que los manifestantes comenzaban a caminar otra vez hacia avenida Roca y Tucumán, cuando Ponce gritó "compañeros ¿nos vamos a ir sin romper nada?".
El dirigente fue consultado anoche por este diario y negó todas las acusaciones que lo vinculaban con los revoltosos. "Esto tiene un origen político. Me pasó lo mismo en el 95, cuando dijeron que yo era el que repartía las gomeras entre los muchachos que se enfrentaron con Gendarmería. Lo único que hice fue insultar frente al municipio y cuando empezaron los gases correr", señaló.
Por otra parte, las comisarías de la ciudad ayer a la mañana ya no alojaban detenidos de la manifestación, situación que favoreció a la paz en el centro de la ciudad, ya que durante las primeras horas de la mañana hubo versiones sobre una nueva convocatoria a protestar si no se disponía la libertad de los apresados.
En el caso de los heridos, fuentes del hospital y nosocomios privados informaron sobre la evolución favorable.

La indigación de los comerciantes

"Los relojes no se comen". Con esa frase pegada en la vidriera de su joyería en plena calle Tucumán, Juan Carlos Bertrán creyó ahuyentaría a los inadaptados. Pero se equivocó.
En una de los tantos enfrentamientos entre la policía y los manifestantes que se produjeron ayer, la vidriera del local fue arrasada con una furia impensada y el comerciante tuvo que gestionar ayer el recambio de los cristales en medio de la indignación. "Se llevaron relojes, y todo tipo de objetos que no son comida, que es lo que ellos pedían", comentó el comerciante, que contabilizó pérdidas por más de 7.000 pesos.
El caso de la relojería es sólo botón de muestra sobre las sucesivas escenas observadas ayer en el centro de Roca. Cartones, aglomerado y maderas fueron los elementos de urgencia que las víctimas de la violencia utilizaron para tapar los agujeros. Lo que no pudieron tapar fue la bronca.
Blanca Sosa es dueña de un kiosco a pocos metros de la intersección de 9 de julio y avenida Roca, es decir el mismo epicentro de los conflictos del jueves.
"Mi marido observó todos los destrozos sin poder hacer nada. Si tan sólo se hubieran llevado las cosas sin romper nada, nosotros tendríamos la posibilidad de recuperarnos. Pero ahora no sabemos qué es lo que va a pasar. Sólo cambiar la puerta nos cuesta más de 700 pesos", comentó la mujer.
En tanto, las sucursales de los bancos Sudameris, Boston, Nación y Galicia atendieron ayer a los clientes con vidrios rotos, paredes pintadas, cajeros destruidos y operativos de seguridad que limitaban el ingreso de los clientes. El frente de uno de ellos-el Sudameris-había sido prácticamente destruido por los violentos. (AR)

Foto: Un camión municipal con alimentos rumbo al sector norte de la ciudad, donde se encuentran los mayores problemas sociales.

Foto 2: El dirigente peronista Ponce de León y otro manifestante , durante los incidentes del jueves.

   
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