Roca fue invadida por gases y corridas

Gente corriendo desesperada tras las detonaciones de las armas policiales. Piedras que volaban y le daban una tonalidad más gris al cielo. Patrulleros a toda velocidad con sirenas encendidas. Manifestantes de toda clase social y edades. Jóvenes y chicos que mostraron una violencia que algunos auguraban, y que no dudaron en enfrentar a la Policía. Jóvenes y chicos que tampoco dudaron en destrozar vidrieras. Roca también vivió ayer su jornada violenta.

La violencia en su máxima expresión.

El grupo de revoltosos avanza contra los ventanales de Tía. A pesar de los gases que se lanzaron y las postas de goma, fueron varios los que llegaron a destrozar los cristales. Sin embargo, fue muy poco lo que pudieron sacar.

Uno de los revoltosos no pudo poner distancia con los policías. Intentó pasar desapercibido en la copa de un árbol. Pero fue descubierto y lo bajaron con un método nada común: empezaron a disparar balas de gomas entre las ramas, hasta que bajó.

Las municiones no

canzaron.

No se dudó en utilizar granadas de gases vencidas ante la falta de equipamiento. Mientras otros uniformados iban en busca de más proyectiles, algunos efectivos utilizaron lo que más a mano tenían. La honda se convirtió en un arma eficaz.

Más de cuarenta detenciones se registraron ayer en Roca. El grupo Bora no ahorró violencia a la hora de lograr su cometido. Muchos de los detenidos sufrieron heridas.

Aurelio Vázquez y otros dirigentes tratan de frenar la represión policial. En ese momento la movilización se les comenzaba a ir de las manos.

Las granadas de gases fueron una tortura para los manifestantes. la suave brisa que corrió ayer no permitía que el efecto lacrimógeno se dispersase. Ni el limón frotado en los rostros pudo disminuir el continuo ardor.

Parecía que los inadaptados se retiraban tras apedrear el municipio de Roca. Sin embargo, a su paso saquearon una casa de computación. Robaron cuatro equipos completos.