Viernes 21 de diciembre de 2001
 

Celos y falta de reflejos en el Deliberante
 

Pidieron la renuncia de la presidenta por exceso de protagonismo
  SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Ayer el Concejo Municipal tiró por la borda la concertación alcanzada el miércoles para contener a la población, durante un prolongado y estéril enfrentamiento entre la oposición y el oficialismo por la presidencia del cuerpo.
El cortocircuito se generó a raíz del activo rol desplegado por la titular del Deliberante, Graciela Di Biase, considerado inconsulto y excesivo por sus pares de la oposición.
En el marco de la convocatoria del miércoles la edil mupista mantuvo una reunión previa con los integrantes locales del Frente Nacional Contra la Pobreza (FRENAPO) que ofrecieron sumarse a la red de contención social en formación, sin éxito a raíz de una serie de desencuentos con los demás ediles.
Las desinteligencias surgidas con el FRENAPO generaron un fuerte malestar entre los concejales, que se vió agravado por acusaciones de discriminación vertidas durante la marcha de ayer, y derivó en el pedido de separación de Di Biase de la conducción del Deliberante.
En medio de la tensión social imperante -que dejó desiertas las principales arterias comerciales y se tradujo en distintos saqueos caída la noche- los concejales opositores flexibilizaron su discurso público mientras puertas adentro continuaban dirimiendo la interna institucional.
Sólo Claudio Lueiro reconoció abiertamente la intención de desplazar a Di Biase de la conducción para que asuma la vicepresidente primera del Concejo, Andréa Casal.
El edil peperreista cuestionó las "actitudes unilaterales de la presidente del Concejo" que a su entender "perjudican el funcionamiento de todo el cuerpo en un momento que nos convoca a asumir la conducción del municipio ante la ausencia del Ejecutivo".
Los reflejos demostrados en la jornada anterior, cuando el cuerpo convocó a los sectores empresariales y las fuerzas de seguridad para prevenir un posible estallido social, se diluyeron ayer en enfrentamientos internos que volvieron a desnudar las fuertes fisuras y desorientación del Deliberante.
Mientras los ediles mantenían su esteril enfrentamiento -que concluyó avanzada la jornada sin resolución alguna- varios presidentes de juntas vecinales se acercaron al Centro Cívico para pedir precisiones sobre la entrega de la ayuda alimentaria, movidos por la presión de los vecinos de su barrio. La reacción social superó la escasa organización alcanzada por el municipio.

Inédito cierre comercial

Por la tarde, el 90 por ciento de los comercios de la ciudad cerro sus puertas y tapó sus vidrieras. Algunos inclusive vaciaron los locales, previendo saqueos de mercaderías. La ciudad lució desolada. Paró el transporte público y la gente se refugió en sus casas.
Comerciantes y empresarios locales aseguraron que Bariloche nunca vivió una jornada de tanto temor, con cierres masivos de los negocios, no solamente en el centro, sino en toda la ciudad.
Previamente, en horas del mediodía, el centro fue recorrido por la pacífica marcha que encabezó el gremio municipal. Los manifestantes repudiaron las medidas económicas, el estado de sitio y al intendente Atilio Feudal.
En el Centro Cívico, que luce desolado y con cubiertas encendidas, el Frente Nacional Contra la Pobreza emitió un duro comunicado contra la mayoría de los concejales. Exigieron un plan municipal que conduzca a una equitativa distribución de la riqueza, sin ningún tipo de exclusión. Invitaron a las iglesias locales a solidarizarse con estos postulados y aseguraron que no habrá tregua hasta conseguir una sociedad más justa y solidaria (AB).
   
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