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Una mujer murió en medio del caos por los saqueos en Cipolletti

Atacaron supermercados de la zona norte. La mujer estaba en el sitio de los incidentes. Un joven está grave por una herida de bala.

CIPOLLETTI (AC) - Una mujer murió anoche de un disparo, al quedar en medio de un violento enfrentamiento entre manifestantes y la policía. Los tiros y los piedrazos gobernaron desde el atardecer la zona norte de la ciudad, donde se produjeron saqueos en tres supermercados, hubo varias vidrieras rotas y hasta se intentó copar un destacamento policial.
Al cierre de esta edición la situación era tensa. Además de la persona fallecida, identificada como Elvira Abaca de 46 años, en el hospital se encontraba un menor de edad con una herida de bala en el cuello.
El intendente Julio Arriaga permanecía anoche reunido con su gabinete en el edificio municipal, mientras el centro se vaciaba de gente. Antes, los negocios habían comenzado a bajar sus persianas, preventivamente.
El panorama en el sector norte fue complejo durante toda la jornada, pero se complicó cerca de las 19. "Empezamos a cerrar las persianas", comentaron algunos propietarios de comercios.
Alrededor de las 19,30, apenas se había retirado el personal del supermercado Bomba, un grupo de no más de 30 personas se ubi-có en el frente del local y arrojó la primera piedra.
"Sonó la alarma, y siguieron rompiendo la vidriera hasta que pudieron entrar", dijo un vecino.
La mayoría eran jóvenes, muchos de ellos menores de edad. "Salían con los carritos cargados con bebidas. Lo primero que empezaron a sacar fueron las botellas de sidra y las de licor fino. Después vimos pasar a una persona con una balanza digital y a otra con un equipo de música", dijeron quienes estaban en las inmediaciones.

Pocos comestibles

Prácticamente no interesaban los comestibles. Los carritos se iban perdiendo por los pasillos de las 1.200 Viviendas, sector que poco a poco comenzó a nutrirse con personas de otros barrios de la zona norte cipoleña, entre ellos del Anai Mapu.
Los piedrazos y los tiros empezaron a dominar el sector, haciendo prácticamente intransitable la calle Esquiú.
El objetivo del grupo era alcanzar el supermercado Alarcón, ubicado en la misma Esquiú. Luego de varios piedrazos, cerca de las 20,25, lograron ingresar. En este caso, a diferencia del Bomba, las persianas hicieron más complejo el acceso, pero igualmente pudieron sacar mercadería.
Ya para entonces la policía de Cipolletti había solicitado la presencia del grupo Bora. Algunos gases se arrojaron para tratar de dispersar a la gente, hecho que generó malestar entre los habitantes de las 1.200 Viviendas. "No se puede estar. Están tirando gases indiscriminadamente y están golpeando a gente que no tiene nada que ver con los saqueos. Acá hay chicos y personas de edad", reclamaban anoche quienes no tenían nada que ver con el conflicto.
Mientras el Bora trataba de ganar posiciones en el interior de los pasillos de departamentos, se conoció luego que también en el barrio Anai Mapu habían saqueado el mercado Mariana y que había ocurrido un intento de copamiento del destacamento 163, donde sólo habían quedado dos policías.
"Los corrieron con balas de goma y gases cuando estaban pateando la puerta", se informó.
Como consecuencia de los enfrentamientos constantes, varios policías y civiles resultaron heridos con piedrazos o disparos de balas de goma. En estos casos, fueron lesiones leves.
La ciudad había amanecido repleta de versiones y conjeturas sobre la posibilidad de que los supermercados y demás comercios fueran saqueados. Por la mañana, el dato sobresaliente fue la fuerte custodia policial en locales de alimentos y el cierre preventivo de una cadena del rubro que suele mantener sus puertas abier-tas todo el día.
Un centenar de personas identificado como Coordinadora de Desocupados llegó a pie y en bicicleta al edificio de la municipalidad para pedir, como siempre, por empleo y, ahora, por comida.
La movilización de estos desocupados puso en alerta a la policía, que sacó a la calle sus móviles para proteger super- mercados y vigilar a los manifestantes.
Los dos locales del supermercado La Anónima cerraron preventivamente sus puertas al mediodía y recién volvieron a abrirlas por la tarde. Nerviosos policías (uno de ellos increpó a "Río Negro") custodiaron los edificios.
"Queremos resguardar a nuestros empleados y a nuestros clientes", explicó el gerente regional de La Anónima, Eduardo Leiva, a la radio FM Galas. "Se tomaron medidas de precaución por todo lo que se habla en la calle", añadió.

La hija de la víctima pensó que la mujer "se había desmayado"

CIPOLLETTI (AC)- Elvira Abaca iba caminando ayer por la tarde por la calle Esquiú junto a su única hija de 25 años, cuando fue alcanzada por una bala y cayó al pavimento.
"Mi mamá es diabética. Cuando cayó a mi lado, pensé que se había desmayado pero después me dí cuenta que tenía una herida en la espalda", dijo entre el llanto y la indignación Daniela Dellabarca, la única hija que tenía la mujer.
Ella misma levantó a su madre y la llevó hasta el hospital local, pero ya estaba sin vida.
Las primeras informaciones que dio a conocer el director del hospital, Jorge García, indicaban que se trataba de una persona embarazada, pero la propia Daniela lo negó.
Elvira Abaca iba caminando hacia las 200 viviendas cuando recibió el disparo en la zona lumbar. "Había 'una bocha' de gente", le dijo su hija a "Río Negro".
También Dellabarca recibió un balazo en el tobillo, pero a diferencia del disparo que alcanzó a su madre, se trataba de una bala de goma. Fue atendida por ello en el hospital.
Representantes de la Corriente de Militantes por los Derechos Humanos se hicieron presentes en el hospital cerca de las 23, donde también se encontraba un joven de 17 años con un disparo con orificio de entrada y salida en el cuello.
Los dirigentes sociales pidieron la intervención del intendente Julio Arriaga.
El jefe comunal expresó anoche que se investigará hasta "las últimas consecuencias" lo sucedido.
También el secretario de Gobierno, Fabián Gatti, expresó su profundo dolor por la muerte de la mujer y manifestó que "condenamos la violencia, sea del lado que fuera".
El hospital era anoche un ir y venir de afectados, médicos, enfermeras y camilleros. Gente con heridas de balas de goma y con problemas respiratorios, junto a familiares y allegados que querían conocer el estado de los atendidos.
Mientras tanto, en la zona de los enfrentamientos se mantenía la tensión.

Foto: Los intentos de saqueo se extendieron por distintos puntos de la ciudad.