Domingo 16 de diciembre de 2001

 

Multarán a los concejales neuquinos que falten

 

Cada vez que se ausenten les descontarán entre 120 y 130 pesos y serán excluidos del Concejo si suman faltas injustificadas. Tratan de evitar que se trabe el trabajo del cuerpo

  NEUQUEN (AN).- A los concejales que se hagan la rabona les van a descontar entre 120 y 130 pesos por día no trabajado y serán excluidos del cuerpo si acumulan faltas injustificadas. Así lo dispone el reglamento interno nuevo del Concejo Deliberante neuquino, aprobado en tiempo récord en la sesión anterior al recambio de la mitad de los integrantes.
Es el "regalito" que dejaron los antiguos concejales a los nuevos para garantizar la continuidad del ritmo de trabajo legislativo.
Ante la nueva composición temían que el cuerpo caiga en la inacción, como ha ocurrido en la legislatura neuquina y en las cámaras nacionales. Ya quedó demostrado en la sesión preparatoria del 10 de diciembre pasado que habrá un mayor nivel de discusión y una mayor influencia de la política externa sobre el funcionamiento del Concejo.
De ahí que la reforma no se queda en la cuestión de las rabonas y previendo relaciones difíciles castiga las "alusiones irrespetuosas" y el "discurso impertinente" en la sesión con la prohibición del uso de la palabra.
Con la Legislatura como postal, para evitar que la falta de quórum de una comisión se torne habitual con la finalidad de no congelar un proyecto en particular o por lobby político, la minoría debe ponerlo en conocimiento del Concejo a fin de adoptar medidas correctivas.
Las comisiones están obligadas a reunirse como mínimo una vez por semana durante el período ordinario de sesiones comprendido entre el 15 de febrero y el 15 de diciembre de cada año. En la misma línea el nuevo reglamento evita el cajoneo intencional de expedientes y proyectos permitiendo el tratamiento directo en sesión, sin despacho de comisión en caso de "retardos ostensibles".
Si como parece, la tónica de los partidos será llevar barra propia al recinto para presionar, abuchear y no dejar opinar a los concejales, como ocurrió en la sesión preparatoria con el MPN, la presidencia está facultada a hacer salir gente y a suspender la sesión. Y de producirse desorden, a requerir el uso de la fuerza pública para hacer cumplir la orden.
Por si a alguien se le ocurre restringir la presencia del periodismo al recinto, el reglamento garantiza su ingreso en la misma categoría que a los concejales, al secretario ejecutivo y al personal asistente.
En el plano de las inasistencias, los concejales están obligados a presentar la justificación por escrito, que es tratada en la sesión inmediata siguiente con el voto de la simple mayoría. De no fundamentarla, se les descuentan los días no trabajados y si la falta se repite en ocho oportunidades son removidos de la banca y reemplazados con el suplente que sigue en la lista.
Similar actitud se adopta si los concejales no asisten a las reuniones de las comisiones internas, que quedaron reducidas a seis. A tal fin se considera cada reunión como un día laborable y su cálculo se hace dividiendo la remuneración mensual por los días hábiles que tuvo el mes respectivo. Sin perjuicio del descuento de la remuneración, la inasistencia injustificada reiterada es considerada falta grave y motivo de expulsión del cuerpo.
A diferencia de las ausencias a sesión, el reglamento no establece un número determinado de faltas y supedita el castigo a las ausencias "reiteradas".
   
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