Lunes 10 de diciembre de 2001

 

La crisis sacude con fuerza el mercado inmobiliario

 

Alquileres y ventas de inmuebles tienen caídas significativas, que llegan en algunos casos hasta el 60 % de los valores que se manejaban algún tiempo atrás. Las dificultades se observan, con matices, en todas las ciudades, pero se acentúan en los lugares en los que la fruticultura es el único sostén económico. Los propietarios aceptan renegociar contratos de alquileres en vigencia, con valores más bajos, cuando se hace evidente que es preferible eso a perder al inquilino.

  El mercado inmobiliario de la región sufre las consecuencias de la aguda crisis económica por la que atraviesa el país. Ventas y alquileres se han retraído en forma considerable en los dos últimos años y más aún en los siete u ocho meses recientes, registrándose sectores en los que las dificultades son más notorias.
Los propios interesados califican a la situación de "catastrófica", con caídas que llegan al 60 % en las ventas y rebajas que oscilan del 30 al 60 % en los valores de los alquileres en procura de concretar operaciones.
En las inmobiliarias se coincide en que los negocios que involucran al sector comercial e industrial afrontan más problemas que las viviendas destinadas a uso familiar.
La crisis se extiende también al sector de viviendas de nivel gerencial que, en el caso de Cipolletti, apunta a ejecutivos de empresas petroleras, quienes llegan a la región hacia finales de año.
Javier Terbay, de la inmobiliaria "Terbay" dice que "los alquileres están en niveles acordes con la situación general del país. Esto hace que los precios sean más flexibles. A veces se debe apuntar a cobrar un poco menos, pero que los inquilinos puedan pagar lo pactado".
"Llevamos tres meses altamente difíciles. El mercado se mueve por los sueldos estatales y la fruticultura. Los sueldos vienen con atrasos y la fruticultura hace años que ni se siente en la economía local" dice Terbay.
Flavio Bertolino, de "Bertolino propiedades", sostiene que "el mercado se ha achicado. De los valores históricos, se está cobrando un 30 % menos en los alquileres comunes y en los casos de viviendas grandes, hasta 0,40 ó 0,50 por ciento lo que antes se cobraba el uno por ciento del valor de la propiedad".
"Se han renegociado alquileres que ya estaban pactados, porque es preferible bajar un poco a perder un buen inquilino. "Si es pagador, cuídelo", aconseja Bertolino.
"La gente busca alquilar casas de bajo valor, en función de que el poder adquisitivo es cada vez menor. Los valores han bajado significativamente. Lo que se alquilaba cinco años atrás en 650 pesos hoy está en 480. En dos años cayó un 30 %", sostiene Roberto Fernández, titular de la inmobiliaria que lleva su nombre.

"Crisis sin precedentes"

Para Carlos Alvarez y María Julia Profili, de la inmobiliaria que lleva el nombre de esta última, "la crisis en el negocio inmobiliario no tiene precedentes. El problema no es económico, sino político. Se debe a la falta de políticas en el país. Si hablamos de fruticultura, aquí hace 20 años que no se hace nada para el sector. No hay políticas serias. Para el Banco de la Nación, por ejemplo, la fruticultura no vale nada. Y nuestro negocio depende de la fruticultura".
"En Roca la situación no es tan catastrófica como en Regina, porque allá hay más oficinas públicas, están los juzgados, entonces hay otro movimiento. Aquí dependemos totalmente de la fruticultura", tercia Otilio Lasso, de la Inmobiliaria Lasso de la "perla del Valle".
En Regina "los valores locativos bajaron un 50 % respecto de un año atrás y hay una caída del 60 al 70% en el interés por la gente por alquilar", según Lasso.
"También las inmobiliarias tuvieron que amoldarse a las nuevas circunstancias. Históricamente se cobraba un mes de adelanto, uno de depósito y otro de comisión, pero ahora se aspira al mes de adelanto y la mitad de la comisión", explica Lasso.
El otro punto conflictivo es el de las garantías, ya que la crisis ha hecho que "la mayoría de la gente no encuentra quien le salga de garante".
Gabriela Benito, de la Inmobiliaria Benito también de Regina, dice que la situación ha empeorado en los dos últimos años. "Sólo se alquilan casas o departamentos en el rango que va de los 250 a los 300 pesos", sostiene.
En el otro extremo del Alto Valle, Gabriel Pujó, de Cinco Saltos sostiene que también allí los alquileres "bajaron respecto de los de un año atrás, aunque la crisis viene de mucho antes".
"Debido a las dificultades económicas, ya sea por que ganan menos o porque pierden sus trabajos, la gente se va a vivir con sus padres o hermanos para no tener que pagar alquiler", indica Pujó.
Alvarez y Profili rescatan el trabajo de las inmobiliarias que "tratan de mantener el negocio y por eso los valores no se han caído aquí (en Roca) tanto como en Neuquén".
"Los comerciantes nos estamos llenando de deudas, no sabemos hasta dónde vamos a resistir. Y no hay perspectivas ni a corto ni a largo plazo", agregan.
Para Florentino Soulés, de Cipolletti "la situación es difícil, como nunca la habíamos vivido. Nadie podía sospechar que llegaríamos a una situación como ésta. Es tan difícil tanto para las ventas como para los alquileres".
Ocurre que "la gente tiene dudas para realizar operacio-nes, tomando en cuenta que las tasas de interés son muy al-tas" y "no tenemos señales serias de quienes nos gobiernan acerca del rumbo del país y la gente está retraída", afirma.
"Los precios han bajado, basados en el apuro que algunos tienen por vender. Las operaciones disminuyeron un 40 % tanto en venta como en alquileres, mientras que los valores rondan un 75 % del que deberían tener según la cotización de los inmuebles", dice Soulés.
"Las ventas no se mueven en esta época porque ésta es una etapa en que se piensa en otra cosa", dice Adriana García de la inmobiliaria Sol de Cipolletti.
"Los créditos hipotecarios que estaban internamente suspendidos, ahora están financiando menos que un tiempo atrás y las tasas están fluctuantes. Ante el cambio de los parámetros se están dando ventas con financiación de los propietarios", dice la empresaria.
"La crisis también hace que haya gente que venda para seguir subsistiendo y lo hacen a precios que entorpecen el mercado. No digo precio vil, pero sí son oportunidades que dificultan al resto de las operaciones", apunta.
Adriana García revela otra faceta del negocio, también afectada por la crisis.
"Habitualmente en esta época del año hay demanda a nivel gerencial por traslados en las empresas petroleras", pero "hasta ahora sólo hubo una o dos consultas en ese rubro, cuando el número habitual era de unas diez cada mes entre octubre y diciembre", explica.
En cuanto a los alquileres en general "quienes buscan alquilar lo hacen por montos más bajos que lo que hay en oferta", sostiene García.
También explica que "en estos tres meses la crisis se ha visto potenciada. Contratos que aún estaban en vigencia fueron renegociados en valores más bajos. Los dueños fueron aceptando cambios en las fechas de cobro y lo que antes se hacía hasta el 15, hoy se extiende al 30 y la incobrabilidad se mantiene en niveles bastante altos". (AR)

"Los últimos meses, catastróficos"

"En los alquileres comerciales, sólo se mueven los que están sobre la calle Tucumán, siempre dependiendo del sitio donde esté. Un lo-cal de 40 ó 50 metros cuadrados se cobraba 500 ó 600 pesos y hoy se está alquilando por 300 pesos y los impuestos", dice Flavio Bertolino.
"Los salones no están resistiendo la debacle comercial. En los negocios las ventas deben haber mermado ultimamente un 50 % y este mes algo más", grafica. Estos dos años han sido malos, pero los siete u ocho meses últimos directamente son catastróficos".
"Las ventas se mueven en el rango que va de los 15.000 a 40.000 pesos. De ahí en adelante las operaciones son muy esporádicas" explica Roberto Fernández.
"El parate financiero es otro de los elementos que se ha sumado a la crisis. La gente tiene temor a tomar créditos a largo plazo, lo que dificulta aún más el movimiento del mercado", completa Fernández.
La realidad de Regina no difiere de la del resto de las ciudades del Valle: basta con recorrer las arterias céntricas para verificar la cantidad de locales comerciales que se ofrecen en venta o alquiler.
Aunque "han disminuido los valores y ahora es más accesible alquilar", como explica Gabriela Benito, "los interesados no aparecen y si lo hacen, abren comercios que duran muy poco tiempo".
"Los alquileres de locales comerciales duran dos o tres meses y después cierran. Los impuestos y los gastos se llevan cualquier intento", dice Otilio Lasso.
En Cinco Saltos "los valores también han bajado en los alquileres de comercios. La ciudad vive una crisis como nunca había experimentado, o que al menos yo no recuerdo y las ventas directamente están paradas" sostiene Pujó.
Adriana García sostiene que en Cipolletti "en el comercio hay muchísima oferta de salones, pero el rubro es el más castigado por la crisis y el alquiler es lo que se deja de pagar en segunda instancia", después de los impuestos.
"Hay dificultades para el cobro de los alquileres de los galpones. Todo lo que tiene que ver con el comercio, la industria, los talleres, son los que más atrasos registran" en los pagos, enfatiza.
En lo que la coincidencia es general es en el tema de las ventas de chacras. "Directamente no hay operaciones desde hace bastante tiem-po", afirman los agentes inmobiliarios de todas las ciudades de la región. consultados.(AR)

Los universitarios

Terbay y Bertolino coinciden en que en Roca "no hay movimiento estudiantil. Este año no vino ni la mitad de los chicos de la facultad de los que llegaron en años anteriores", en parte "por la crisis general, agravada por los paros y tomas de la facultad", que derivó en la virtual pérdida de este año universitario.
"Los estudiantes que llegan hasta Cinco Saltos son de la zona, a quienes les conviene más alquilar que viajar todos los días. Sin embargo, muchas casas se han desocupado últimamente por que los chicos no sabían si iban a tener clases o no", dice Pujó al explicar la situación de su ciudad.
En Cipolletti, "los alquileres a estudiantes pasan por una etapa sin movimiento, tanto aquí como en el resto del país. Vienen chicos de la Línea Sur o de otras localidades, pero siempre buscando la forma de economizar al máximo", sostiene Florentino Soulés, quien integra una red junto con inmobiliarias de otras partes de la República."Muchos empiezan a quedarse en casa, van a las universidades que tienen sede aquí, como la del Comahue y la de Flores o a los institutos terciarios por que las finanzas no dan para más" explica Soulés. (AR)

   
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