Sábado 8 de diciembre de 2001

 

Caótico cierre de clases en escuelas de Bariloche

 

Los actos fueron sencillos y austeros en casi todos los establecimientos.

Muchos docentes dejaron de ir a las escuelas por razones "económicas".

En el nivel medio los afiliados a la Unter no garantizan los exámenes.

  SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El cierre del año fue deslucido y caótico en la mayoría de las escuelas públicas de esta ciudad, cuyos directivos reconocieron que hace muchos años no se vivía una situación similar.
El atraso salarial potenció el descontento de los docentes, que en muchos casos dejaron de trabajar esta última semana por "imposibilidad económica". Salvo escasas excepciones, los alumnos recibieron sus boletines en actos breves y austeros.
Ayer fue el último día de clases en primarias y jardines, aunque los actos en muchos casos ya se habían realizado el viernes pasado, en previsión del desbande que generaría el incumplimiento de la provincia en el pago de haberes.
Pero el cuadro de abandono que sufre la educación pública también se refleja en la falta de materiales didácticos y de mantenimiento en las escuelas. Algunas ya se quedaron sin gas por la mora con Camuzzi y probablemente sigan así hasta marzo.
A los tropiezos que signaron el cierre del ciclo 2001 se suma el sombrío panorama para el año próximo. La desaparición de los subsidios a los colegios privados volcará no menos de un millar de alumnos extra al sistema público y -a pesar de las promesas- hasta ahora no hay nuevas obras en ejecución para contener esa demanda.
La delegada local del CPE, Cristina Balest, admitió que la crisis condicionó severamente el dictado de clases en los últimos días. "No es el cierre que nos hubiera gustado tener -dijo-. Fue bastante accidentado debido a la preocupación que los docentes tienen con su salario".
Balest también señaló que no hay ninguna novedad respecto de las nuevas obras que serán nece-sarias para albergar la creciente demanda de bancos para el año próximo.
Según lo reconoció el propio Verani en marzo pasado, Bariloche tiene un fuerte déficit en infraestructura escolar y necesitaba no menos de tres establecimientos nuevos.
En septiembre pasado la ministra Ana Mázzaro reconoció que no habría escuelas para inaugurar en 2002, pero sí habló de construir una veintena de aulas nuevas en establecimientos ya existentes. Pero hasta ayer no había un sólo ladrillo nuevo ni tampoco proyectos en marcha.
En el jardín 60 de El Frutillar decidieron terminar las clases con un acto muy sencillo. El ánimo no daba para más, en una semana en la que muchos docentes dejaron de ir a clases por "imposibilidad económica", porque aún no cobraron octubre. Lo mismo ocurrió en la escuela 343 del barrio Dos de Abril y en la 324 de Villa Los Coihues, donde las clases del turno tarde terminaron una semana antes por falta de personal.
Un caso particular es el de las escuelas medias, donde no está garantizada la toma de exámenes, según lo resuelto ayer por los docentes de ese nivel reunidos en la Unter.

   
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