Lunes 31 de diciembre de 2001

 

Unánime repudio al asesinato de los tres jóvenes

 

Los mató un policía retirado de custodia en un maxiquiosco. Tras el sepelio, los vecinos reclamaron justicia.

  BUENOS AIRES.- En medio de profundas muestras de dolor, un unánime reclamo de justicia y entonando el Himno Nacional Argentino, fueron inhumados ayer los restos de los tres jóvenes asesinados por un custodio que les disparó porque se burlaban de los policías golpeados por manifestantes en la Plaza de Mayo la madrugada del sábado último.
Una multitud de familiares y vecinos se acercó a brindar el último adiós a las víctimas, Maximiliano Tasca, de 24 años, Adrián Matassa, de 20 y Cristian Gómez, de 25, tres muchachos que vivían en el barrio porteño de Floresta.
En tanto el policía retirado de la Federal Juan de Dios Velaztiqui, de 61 años, se encuentra alojado en los tribunales porteños, a disposición del juez de Instrucción Jorge Warley, quien lo indagaría hoy por "triple homicidio".
Los jóvenes fueron velados en una casa de sepelios de la zona y luego los restos de Tasca y Flores inhumados en el cementerio del barrio de Flores, y los de Gómez en la Chacarita, hasta donde fueron acompañados por una gran cantidad de personas que entonaron el himno.
"Nosotros y las demás familias pedimos que se haga justicia. Esto no va a quedar así (el custodio) va a tener que pagar por lo que hizo, porque mato a mi hermano y a dos chicos que no estaban haciendo nada, estaban mirando la televisión tranquilos. Iban a despedir el año y el hombre hizo esta locura", dijo la hermana de Gómez.
Según la mujer, el imputado "dijo que fue un intento de asalto con resistencia a la autoridad, con un enfrentamiento armado, lo cual es mentira porque ninguno de los tres estaba armado. Esta misma persona les tiró un cuchillo después de matarlos y de sacarlos a la rastra del local".
A su vez, el padre de Matassa, visiblemente consternado señaló que los chicos "no estaban haciendo nada estaban sentados y salió este loco".
Los chicos fueron asesinados el sábado a las 4, cuando se encontraban en el maxiquiosco de una estación de servicio de la calle Bahía Blanca y Gaona, donde miraban las imágenes de la represión en Plaza de Mayo y la plaza de Los Dos Congresos.
En un momento, las cámaras mostraron cómo los manifestantes golpearon a un efectivo de la Policía Federal y uno de ellos dijo que lo tenía merecido por lo que los efectivos habían hecho la semana pasada.
El custodio de la estación de servicio dijo "basta" se acercó y en un ataque de furia, disparó con su arma contra los tres muchachos, mientras que otro logró escapar, según dijeron testigos.
El trágico episodio derivó en una rebelión popular de los vecinos de Floresta que concurrieron a la seccional en reclamo de justicia y fueron reprimidos por efectivos policiales con gases lacrimógenos y balas de goma, por lo que se inició una verdadera batalla campal en el barrio.
Las tres víctimas eran jóvenes conocidos del barrio de "conducta intachable", según contó uno de los vecinos.
Un centenar de personas se reunió ayer por tarde en el barrio de Floresta para protestar por el asesinato de los tres jóvenes. Algunos de los manifestantes portaban carteles con la leyenda "Justicia para los tres chicos de Floresta" y "Policías asesinos".
La concentración se realizó en la misma esquina en donde está el maxikiosco de la estación de servicio YPF, lugar en que el uniformado cometió el triple crimen. (DyN/Télam/Infosic)

Simulación

De acuerdo con el relato de la quiosquera del comercio, ubicado en Gaona y Bahía Blanca, del barrio porteño de Floresta, tras la balacera el custodio arrastró a los jóvenes fuera del local y les arrojó un cuchillo para simular un asalto.
La mujer relató que después de la discusión el policía dijo "basta" y sacó un arma, la apoyó sobre la cabeza de uno de los jóvenes y lo baleó a quemarropa.
Al segundo le efectuó un disparo que lo hirió de muerte y, una vez en el piso, lo remató, mientras que al tercero lo dejó gravemente herido de un balazo. Una vez consumada la agresión, el policía arrastró a los dos muertos y al herido fuera del local y les arrojó un cuchillo, tras lo cual realizó una llamada telefónica. (Infosic)

Reclamaron justicia para la mujer muerta en los disturbios en Cipolletti

CIPOLLETTI (AC).- Daniela Dellabarca ya es querellante en la causa que se investiga por la muerte de su madre, Elvira Aba-ca. Ahora pretende movilizar el expediente para "que se haga justicia" y que el caso no quede "como tantos otros en Cipolletti".
Ayer por la tarde se realizó un acto en la plaza ubicada en Esquiú y Primeros Pobladores de las 1.200 Viviendas, barrio donde A-baca fue asesinada el miércoles 19. La hija de la víctima dijo que la intención es realizar activida-des todos los domingos.
El miércoles pasado junto a su abogado Fernando Dalmazzo, Dellabarca pudo ingresar como querellante en la causa. Pero según dijo, el juez Rubén Norry aún no pudo aportarles muchos datos. "Me dijo que se estaba investigando y que están tratando de hacer lo mejor posible", indicó.
"Por el momento está la fe que tengo y sobre todo la fuerza, por-que voy a sacar fuerzas de donde no tengo para salir adelante", manifestó.
Si bien días atrás Dellabarca mencionó que varios testigos se estaban presentando en su domicilio y que podían declarar, ayer aseguró que la gente "tiene mie-do". Dijo no obstante que sabe que algunos aportarán información llegado el momento. "Lo único que espero es la colaboración de la gente, que quienes vieron de dónde venían los disparos, ayuden a resolver los ca-sos para que no sigan pasando", enfatizó.
El acto de ayer estaba previsto para las 19, pero comenzó cerca de las 20. Habló en primer lugar el pastor de una iglesia al que concurría Abaca, quien recordó cómo era la ciudad hace años. "Tengo en mi mente el recuerdo, la imagen de una ciudad que no se parece mucho a la que estamos hoy", manifestó el pastor.
Luego se escuchó a una mur-ga. "Es una manera de demostrar la personalidad de mi mamá. Ella era muy alegre y la gente que la conoció sabe que ella expandía alegría. Es lo que voy a hacer contínuamente", dijo Dellabarca.
Además se leyeron algunos poemas y cartas, para pedir justicia no sólo por el caso Abaca sino también por los otros que ocurrieron durante los disturbios entre manifestantes y policías, y los que vienen ocurriendo desde hace años.
"Mi idea es unificar los casos y mantener la actividad todos los domingos. Queremos que la gente venga también atraída por los espectáculos", añadió la mujer antes de empezar el acto.
Varios carteles se colocaron en el centro de la plaza. "Exijamos justicia para Elvira. Basta de impunidad", decía uno de ellos.
Entre quienes se acercaron a acompañar a la familia de Abaca se encontraban Ofelia y Laura Villar, la madre y hermana de Verónica Villar; y Mari Mella, tía de las hermanas María Emilia y Paula González.

Foto: Un centenar de manifestantes se reunió ayer por la tarde para reclamar justicia para los tres jóvenes.

     
     
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